Vestas asfixia la negociación y se niega a ampliar las consultas del ERE de Viveiro
Tanto los trabajadores como la Xunta piden más margen antes de ejecutar el expediente laboral para poder encontrar un inversor estable
El presidente del comité de empresa de Vestas en Viveiro, David Mariño, asegura que la empresa se niega a ampliar la negociación del ERE hasta final de año, tal y como reclaman los trabajadores, que sostienen, en la misma línea que la propia Xunta de Galicia, que eso daría tiempo para poder buscar un nuevo inversor estable que garantice la pervivencia de la planta y de los puestos de trabajo.
Tras la quinta reunión del periodo de consultas, Mariño ha indicado que la empresa se mantiene en su intención de que la negociación tan solo se prolongue hasta el 5 de noviembre, de forma que critica que la única intención de Vestas es «dejar de fabricar en Viveiro«. «No colabora ni lo va a hacer en buscar una solución industrial para los trabajadores», lamenta.
En la busca de un inversor
«La intención de Vestas era convocarnos diariamente agotando de este modo las reuniones necesarias para justificar correctamente el periodo de consultas y poder ejecutar el ERE sin mayor problema«, censura.
Mariño explica que representantes de Vestas afirman que la producción llegará a final de diciembre, mientras la Xunta demanda más tiempo para cerrar a un inversor entre ocho posibles compradores de la planta de Chavín. Por ello se pide ampliar las consultas hasta final de año, cuestión a la que no accede la multinacional danesa.
Reubicaciones
El comité ha emplazado a Vestas a reunirse el 4 de noviembre. La plantilla se mantiene en la reclamación de mantener los puestos de trabajo, al tiempo que tacha de «tramposas» las propuestas de recolocación.
«No tenemos más que mirar nuestros antiguos compañeros de León, de casi 400 empleados apenas cuatro fueron finalmente las recolocaciones reales. Las promesas eran reubicar el total de la plantilla a través de muchos mecanismos, pero una vez firmado el ERE, desaparecen las buenas voluntades, y saltan la torera todos los planes de reubicación», avisa Mariño.