Vegalsa-Eroski, reconocida por su gestión de residuos alimentarios

Vegalsa-Eroski ha obtenido el Certificado de Desperdicio Alimentario desarrollado por el líder mundial en inspección y certificación, Bureau Veritas. La compañía de distribución alimentaria se ha convertido en la primera del sector en Galicia en conseguir la certificación, que reconoce la eficiencia de la gestión de reducir los residuos alimentarios en toda su cadena de suministro.

Vegalsa-Eroski ha obtenido esta certificación después de un riguroso proceso de gestión y verificación, que ha garantizado que no se realiza ningún desperdicio evitable de comida ni en su red de tiendas ni en sus plataformas de mercancías.

Para la concesión de este certificado, Bureau Veritas ha tenido en cuenta el compromiso de Vegalsa-Eroski con los principios de la prevención y gestión de residuos alimentarios, estableciendo unos indicadores que garanticen la eficacia y la continuidad del proyecto a lo largo del tiempo.

El acto de entrega de la certificación en el hipermercado Eroski de A Sionlla (Santiago de Compostela) ha contado con la presencia de Mª Elena Cid Gil, del área de Desarrollo de Negocio de Bureau Veritas; del director de Calidad y Medioambiente de Vegalsa-Eroski, Ricardo Castro; de la directora de Sostenibilidad y Comunicación Corporativa, Gabriela González, y de la responsable de Hipermercados Eroski, Begoña Louro, entre otros miembros de la compañía.

“Este certificado supone un reconocimiento al trabajo que venimos realizando en Vegalsa-Eroski desde hace ya más de una década a través de nuestro programa corporativo Desarrollo Sostenible, Desperdicio Cero con el que buscamos reducir el impacto medioambiental de nuestra actividad”, ha declarado Ricardo Castro.

Por su parte, Mª Elena Cid Gil ha apuntado que “este logro es el resultado del trabajo de Vegalsa- Eroski en la implementación de procesos innovadores y sostenibles en sus operaciones, desde la gestión de inventarios hasta la optimización de la cadena de suministro y el fomento del consumo responsable entre sus clientes”.

Hacia el desperdicio cero

En su intervención, el director de Calidad y Medio Ambiente de Vegalsa-Eroski ha recordado que la FAO estima que un tercio de todos los alimentos producidos a nivel mundial se desperdician, mientras la ONU indica que 800 millones de personas en el mundo se encuentran en un estado de subalimentación. “Conscientes de esta situación, con este sistema contribuimos a subsanar este reto, que además es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030”, ha declarado Castro.

En el marco del uso eficiente de los recursos y la gestión responsable de residuos derivados de su actividad, Vegalsa-Eroski orienta sus procesos en toda su cadena de valor hacia el desperdicio cero con el objetivo de garantizar que no se deseche ningún alimento y se aprovechen correctamente los recursos.

Para ello, Vegalsa-Eroski realiza donaciones desde puntos de venta y plataformas a entidades del tercer sector, con 668 toneladas de alimentos donados el pasado año. Asimismo, en 2023 la compañía llevó a cabo descuentos por fecha de caducidad próxima en un total de 4.684 toneladas de alimentos.

A estas medidas, se suma la reciente colaboración de la compañía con la app Too Good To Go, con la que la compañía da una segunda oportunidad al excedente de comida de sus establecimientos de las enseñas Eroski. Los clientes pueden adquirir paquetes sorpresa de alimentos de calidad que están a punto de alcanzar su fecha de consumo preferente a precios reducidos.

De igual manera, Vegalsa-Eroski aprovecha subproductos y residuos alimentarios. Por ejemplo, el pan y los yogures se tratan para la obtención de harinas, la fruta y la verdura se destinan a alimentación animal, y la carne y el pescado a la obtención de grasas. En el último año, fueron un total de 2.685 las toneladas de excedentes valorizados por Vegalsa-Eroski para la industria transformadora.

La obtención de esta certificación se suma a la obtenida de su sistema de Circularidad de Plásticos, mediante el cual Vegalsa-Eroski da una segunda vida al residuo plástico a través de la fabricación de las bolsas de compra corporativas que la compañía pone a disposición de sus clientes a su paso por caja.