Urovesa, líder de la industria militar, quiere volver al sector civil

Urovesa, el grupo gallego de vehículos especiales, se expande en Oriente Medio y Sudeste Asiático y mira hacia Latinomérica y Europa para seguir creciendo

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Urovesa, la compañía gallega de vehículos especiales, se ha convertido, con el paso de los años, en una isla en medio de la complicada situación que atraviesan las empresas centradas en el sector militar, como es el caso de Navantia. No obstante, la empresa compostelana no cierre puertas y apuesta, a la vez, por recuperar el peso en el sector civil. Así lo asegura a Economía Digital el propio consejero delegado de Urovesa, Justo Sierra, quien indica que, al margen de los vehículos destinados al consumo militar, la firma explora nuevas líneas de negocio. «Estamos trabajando con universidades y centros tecnológicos para convertir el vehículo en operado por control remoto o incluso autónomo y, también, para disponer de opciones híbridas y/o eléctricas», comenta. «Pero, además, estamos recuperando el mercado de los vehículos para aplicaciones urbanas, como servicios municipales o recogida de residuos, con motores de gas natural o eléctricos», añade.

La cosa no queda ahí, ya que Urovesa también ha puesto la mirada en el sector de las emergencias, por eso también centra sus esfuerzos en una línea de camiones de alta movilidad con suspensión independiente, algo que les permitirá circular a más velocidad con el máximo de carga posible. «Esta tecnología por ejemplo, puede ser de gran utilidad para el cuerpo de Bomberos, que tiene necesidad de llegar a un incendio lo antes posible con el máximo de agua en la cisterna», dice.

Las previsiones de la compañía de Justo Sierra, el también presidente de Asime (la patronal gallega del metal), pasan por seguir haciendo caja y mercado en el exterior. En los últimos años, los territorios de Oriente Medio y Sudeste Asiático han surtido de pedidos al grupo, si bien la intención de la firma pasa ahora por explotar aquellos espacios en los que, hasta ahora, su presencia era menor. «Europa y Latinoamérica son nuestras dos grandes asignaturas pendientes», indica, en declaraciones a este medio.

A la espera del Ministerio de Defensa

Pero, si bien son los contratos internacionales los que han disparado la facturación de la compañía en los últimos años, Urovesa también mantiene su mercado nacional. La compañía aspira a llevarse a principios del próximo año un contrato del Ministerio de Defensa para el suministro de unos 700 vehículos por algo más de 150 millones de euros. Resultar adjudicatarios de este contrato supondría, según el CEO de la compañía, dos logros: «Por un lado, con este contrato tendríamos asegurada la continuidad en el mercado doméstico por un mínimo de 4 años y un máximo de 6. Además, este contrato sería una gran carta de presentación para los mercados exteriores, dado que se trata de una referencia comercial clave en nuestra actividad».

El producto estrella de Urovesa es estos momentos es, precisamente, el Vehículo de Alta Movilidad Táctica (Vamtac). El 70% de las ventas las representa este modelo de vehículo, muy demandado por la industria militar y que la empresa personaliza a medida del cliente. «En nuestra fábrica, algunas unidades tardan en fabricarse 15 días y otras hasta un mes», comentan desde la compañía. El pasado año, Urovesa consiguió un millonario contrato en el ejército portugués para surtirlo de casi 140 unidades de este tipo. «Ahora mismo se están ya entregando los primeros lotes. Las primeras diez unidades fueron entregadas a finales de octubre, y la previsión inicial es tener entregadas otras 50 unidades entre finales de 2019 y principios de 2020″, indica Sierra.

Concentración de contratos

El pasado año 2018, Urovesa consiguió una facturación récord, disparando sus ingresos hasta los 58,72 millones de euros. Los beneficios de la compañía pasaron de 2,82 a más de 6 millones de euros. No obstante, desde la compañía convienen en que lo abultado de los resultados del pasado ejercicio se debe, en gran medida, a una concentración de proyectos nacionales y de exportaciones. «Lo normal, no obstante, es que los proyectos se repartan más en el tiempo«, comentan.

Con instalaciones en Santiago de Compostela y en Valga (Pontevedra), Urovesa cuenta con una plantilla que puede llegar a las 250 personas. La firma destaca también su apuesta por los proveedores gallegos: «Por cada puesto generado en Urovesa, se generan otros cuatro o cinco inducidos. Por poner un ejemplo, la cabina, el bastidor, la soportería interior y exterior y gran parte de los cristales del modelo Vamtac se fabrican en Galicia», explica el presidente de Urovesa.

 

 

 

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