La unión de los puertos de A Coruña y Ferrol situaría a Galicia en el 'top ten'

Esta semana, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, estuvo de visita en Bruselas para tratar de convencer al presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, de que la UE incluya a Galicia en el Corredor Atlántico de Transportes a partir de 2021, lo que en la práctica supondría certificar la conexión de sus puertos con la red europea de mercancías.

Uno de los argumentos que empleó el presidente autonómico fue precisamente la importancia de puertos como el de Vigo, el de A Coruña o el de Ferrol-San Cibrao, pero quizá le hubiese sido más fácil vender esta idea si alguno de ellos estuviese en el ‘top ten’ nacional, algo que se conseguiría con la unión de las autoridades portuarias del Arco Ártabro, una idea que ya planteó en su día uno de sus antecesores en el cargo, el socialista Fernando González Laxe.

La realidad es que los puertos gallegos, a pesar de ser fuertes en determinados tráficos, no consiguen plasmar su hegemonía sobre el papel. A Coruña, con 15,2 millones de toneladas movidas en 2017, es el duodécimo puerto con mayor volumen de tráfico del Estado, y el de Ferrol, con 13,5 millones, el decimocuarto. Juntos sumarían cerca de 30 millones de toneladas transportadas, lo que les catapultaría directamente a la octava posición, por detrás de Huelva y por delante de Las Palmas.

Hacia la especialización

El expresidente de la Xunta, Fernando González Laxe, ya advirtió durante su etapa al frente de Puertos del Estado que la coordinación de los puertos de A Coruña, Vigo, Ferrol, Vilagarcía y Marín «situaría Galicia en el mapa de las grandes rutas internacionales» y facilitaría el mejor conocimiento de «las necesidades de los operadores». También señalaba de que la puesta en marcha de los puertos exteriores de A Coruña y Ferrol era una oportunidad única para conseguirlo.

Puertos del Estado trabajaba entonces con informes y análisis que recomendaban la integración y especialización de las dos dársenas. Uno de ellos, bautizado como Port-Hércules 2012, fundamentado en los análisis del Instituto Universitario de Estudios Marítimos de A Coruña, sugería incluso la especialización de A Coruña como puerto de cruceros, turismo náutico, ocio marítimo y pesca, dejando en el puerto exterior de punta Langosteira, graneles líquidos y sólidos, contenedores y una plataforma logística portuaria.

Para los muelles interiores de Ferrol dejaba la actividad de astilleros y varaderos, reparación y mantenimiento de buques y ocio marítimo, mientras que para la rada exterior fijaba los graneles sólidos, mercancía en general y contenedores. El proyecto también incluía los muelles de Mugardos, para gas y productos químicos, y el puerto de Sada, de titularidad autonómica, que quedaría para astilleros y varaderos, empresas pesqueras y acuicultura.

Crecimiento

En la actualidad, el puerto de A Coruña figura en el ‘top ten’ en cuanto a tráfico de graneles líquidos –séptimo, con 8,7 millones de toneladas en 2017 (un 7,5% más que el año anterior)– y también en sólidos. En este capítulo, la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao ocupa el segundo puesto, con 10,5 millones de toneladas, un 11,6% más, mientras que A Coruña está en el octavo, con 5 millones de toneladas y un crecimiento interanual del 16,38%.

En mercancía general, la unión supondría duplicar sus respectivos volúmenes de tráfico, ya que ambos están casi a la par. En contenedores, la actividad en A Coruña es prácticamente nula, mientras que en Ferrol acaban de poner en marcha este mismo mes la primera línea regular de contenedores. Además, en los tres primeros meses de 2018, el puerto ferrolano ya ha movido la mitad de contenedores que hace un año, lo que da muestras del potencial de crecimiento que tiene este tráfico.

En pesca, donde el puerto de Vigo es el rey y el de A Coruña el siguiente en la lista, la aportación de Ferrol tan solo serviría para marcar distancias con el tercero. En cruceros pasaría justo lo contrario. Los 23 crueceros que recibió Ferrol en 2017 sumados a los 124 de A Coruña permitirían a la nueva entidad disputar a Cartagena el séptimo puesto.