Una querella entre familiares centra la lucha por el control de Urbar
El actual presidente, Daniel Salama, acusa a su sobrino de delito societario al haber actuado de manera desleal con la empresa y en beneficio propio
Un auténtico culebrón se está viviendo por el control de la cotizada Urbar Ingenieros, la empresa guipuzcoana dedicada al desarrollo de máquinas industriales vibrantes.
De manera paralela al proceso de refinanciación de sus 7 millones de euros de deuda se ha abierto una brecha judicial. La que enfrenta a Daniel Salama Millet, actual presidente, con su sobrino segundo, Rafael Salama Falabella, ex presidente y principal accionista de la ingeniería con el 23,73% del capital.
Habrá que ver en qué acaban las diligencias previas abiertas en el juzgado de primera instancia e instrucción 4 de Tolosa (Guipúzcoa) y esa querella por delito societario interpuesta por Urbar Ingenieros contra Rafael Salama, su yerno Ignacio Abascal, su hombre de confianza José Ángel Escribese y dos inmobiliarias de Barcelona, en las que figura como administrador único Guillermo Puig Boix.
Apoyo a la querella
A la querella de la empresa se han unido el actual presidente e Inversiones Ribera del Tajo, que ostenta el 22,8% del capital de la ingeniería y ocupa un sitio en el consejo de administración representado por Francisco Deirós.
Las razones que han llevado a Urbar a interponer esta querella tienen su inicio en los movimientos llevados a cabo por Rafael Salama tras cesar, en junio de 2013, como consejero y presidente de la empresa cuatro meses después de asumir la presidencia.
Entonces, Rafael Salama se quitó de la primera línea pero dejó al frente del control de la empresa a José Ángel Escribese, su mano derecha, que se mantuvo como consejero delegado.
Movimientos de Escribese
A principios de 2014, el consejo de Urbar, ante la imposibilidad de pagar la deuda, encargó a Escribese que iniciara las negociaciones con los bancos para alcanzar un acuerdo. «Fue un desastre. En la primera reunión se peleó y se enfrentó con las entidades financieras y ya no hubo más contactos», comentan fuentes jurídicas.
Por esas fechas, la empresa empezaba a pasar por apuros. Tuvo que despedir a 31 trabajadores y reconocer que había dejado de atender pagos por un importe de 433.500 euros. Y, a mediados de año, ante las pérdidas registradas en 2013, tuvo que reducir capital para restablecer el equilibrio entre el capital y el patrimonio neto. Lo hizo en 5,86 millones de euros, hasta quedar en poco más de 3 millones.
Rundan Invest y Yakan XXI
De manera paralela a este desencuentro con los bancos entran en escena Rundan Invest y Yakan XXI –aquella es socio único de esta–, dos inmobiliarias constituidas en Barcelona por esas fechas y en las que figura como administrador único Guillermo Puig Boix.
A lo largo de 2014, las interrelaciones entre Yakan XXI y Urbar se suceden. En junio de ese año, Rafael Salama maniobra para colocar a la sociedad Yakan XXI como consejera de la ingeniería, siendo representada por su yerno, Ignacio María Abascal Alía. En ese mismo consejo cesa como consejero José Ángel Escribese para centrar su labor, a instancias de Salama, en esas inmobiliarias.
Compra de deuda con quita del 50%
El tránsito de Yakan XXI por el consejo de Urbar fue breve. Tan solo tres meses. El suficiente para que esa sociedad comprara a tres bancos casi 1,2 millones de euros de la deuda de Urbar, y con una quita del 50%. Como estaba impagada y provisionada, las entidades no pusieron objeción alguna a la operación.
Con esta estrategia, según comentan fuentes jurídicas, lo que busca Rafael Salama es que o bien Urbas recompre la deuda pagando el doble o solicitar la ejecución del 100% de la deuda para quedarse con los activos que más le pueden interesar.
Reacción de Urbar
Ante esta jugada de Salama Falabella, Urbar ha reaccionado contratando a Forest Partners para renegociar de nuevo la deuda con las entidades financieras, y anunciar una ampliación de capital, con el apoyo del 54% de los accionistas.
La idea es convencer a los acreedores de que es mejor una refinanciación sin quita. Si esto se logra, las fuentes consultadas se muestran convencidos de que se iría a una negociación entre los accionistas y la querella quedaría desactivada.
Tocolce
Rafael Salama Falabella ostenta directamente el control del 15,2% de Urbar. El 8,5% restante, hasta el 23,72%, lo hace de manera indirecta a través de Tocolce, sociedad constituida en 1988 de la que es administrador único.
Había iniciado su actividad profesional en 1986, en un programa de entrenamiento de la banca de inversión JP Morgan Chase, en Madrid y Nueva York. Después, en 1993, fundó Inter Atlántico, junto a William Ogden, ex director financiero del Chase Manhattan Bank. En 2003 vendió esta sociedad a Guggenheim Partners, pero se mantuvo como asesor hasta el año 2012.