Un viejo socio de Amador de Castro y Epifanio Campo gestionará las ITV gallegas
Applus, heredera de la antigua división de consultoría y medio ambiente de Unión Fenosa, se impuso a grupos como SGS en la compra de Supervisión y Control
No le faltaron novias a Supervisión y Control, la concesionaria de las ITV gallegas y la división más rentable de ese diversificado grupo que capitanea Amador de Castro junto a los herederos del fallecido Epifanio Campo.
La venta de la empresa estuvo asesorada por Deloitte y se la llevó un viejo conocido de los propietarios, Applus, compañía con la que no solo comparten “cultura empresarial”, como dicen en el grupo gallego, sino también parte de su trayectoria.
Entre 1996 y 2004, Supervisión y Control y Applus fueron socios en una joint venture que tenía por objeto, precisamente, el desarrollo del mercado de la inspección técnica de vehículos. Ahora, Fomento de Iniciativas traspasa a la compañía de origen catalán las 25 estaciones de inspeción fija y diez móviles que tiene en Galicia, además del negocio en Costa Rica. En conjunto, una actividad de cuatro millones de inspecciones al año y 74 millones de facturación.
Applus integró Norcontrol, la filial de Unión Fenosa. Tiene sede en Galicia, donde su actividad sostiene 600 empleos
En la mesa del grupo gallego había otros nombres, fundamentalmente fondos y grupos internacionales como SGS, con los que hubo contactos, según fuentes empresariales. Sin embargo, pesó sobre ellos la experiencia de Applus en el sector –realiza 16 millones de inspecciones al año– y la proximidad al mercado gallego.
La compañía, un gigante con actividad en 70 países y 19.000 trabajadores, integró en 2004 la antigua Norcontrol, una sociedad tecnológica creada en su momento por Unión Fenosa para tareas de mantenimiento y medio ambiente que pasó posteriomente a formar parte de la consultora Soluziona.
La actividad de consultoría de Applus, que tiene sede en Sada, sostiene 600 empleos en Galicia. La empresa nació por el proceso de diversificación de la polémica Aguas de Barcelona (Agbar), pero acabó en manos de los grandes capitales internacionales.
Applus tiene actividad en 70 países y una cifra de negocio de 1.578 millones
Carlyle, el dueño de Cupa, compró la empresa en 2007 para después iniciar un proceso de desinversión. De las sucesivas ventas surgió una propiedad dominada por inversores internacionales y fondos. Entre los accionistas de referencia está el fondo soberano noruego Norges Bank.
Applus realiza la compra a través de su filial Applus ITEUVE Galicia SLU. Además de quedarse el 80% de Inversiones Finisterre, sociedad dominante de Supervisión y Control, se reserva una opción de compra sobre el 20% restante que podrá ejercer a partir de julio de 2022.
Para financiar la operación, la compañía ejecutará una ampliación de capital con exclusión del derecho de suscripción preferente por un total del 10% del capital social, que se ejecutará mediante una colocación acelerada entre inversores institucionales.