Un tribunal acredita maltrato animal en la sede del carnicero de Mercadona
Una sentencia judicial avala que el matadero de Incarlopsa, proveedor de Mercadona, degollaba cerdos sin sedar, tal como obliga la ley
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla La Mancha ha acreditado que la empresa Incarlopsa, fabricante de carne de cerdo y conocido en los medios como “el carnicero de Mercadona”, incurrió en maltrato animal en su matadero de Tarancón (Cuenca) hasta el año pasado.
El matadero de Incarlopsa, que ha aumentado su capacidad para cubrir la demanda de su principal cliente, Mercadona, incumplió la normativa de bienestar animal al no sedar completamente a los cerdos antes de ser sacrificados.
La normativa de bienestar animal, recogida en el reglamento 1099/2099 de la Unión Europea, obliga a los mataderos a sacrificar a los cerdos una vez que estén inconscientes. Para ello, es necesario que estén expuestos unos tres minutos en un pozo de CO2 para que queden completamente sedados. Pero las prisas por mantener el ritmo de producción hacían que en ocasiones los animales no tuviesen la exposición suficiente. Por tanto, asistían con consciencia al proceso del degüello y desangrado.
En las instalaciones del matadero era frecuente escuchar los chillidos de los cerdos en el momento del degüello, según ha podido saber este medio. Además, los veterinarios de Sanidad de la Junta de Castilla La Mancha también reflejaron estas irregularidades en actas de inspección, tal como queda acreditado en la sentencia firmada por cinco magistrados el pasado 21 de septiembre. La sentencia judicial avala que hubo “un incorrecto e imperfecto aturdimiento” de los cerdos justo antes de su sacrificio.
Como la empresa no lograba sacrificar a los cerdos en estado de plena inconsciencia, llegó a utilizar descargas eléctricas para reaturdirlos antes del degüello. En algunas jornadas, el 90% de los cerdos tenían que ser reaturdidos con esas descargas. Pero los informes también constataron que cerdos llegaban vivos al proceso de escaldado, donde son sometidos a temperaturas de 65 grados centígrados para facilitar el despelleje.
Más de 3.000 sacrificios por jornada
Tres años antes de la sentencia, el 26 de septiembre de 2014, los servicios periféricos de la consejería de Sanidad y Asuntos Sociales de Castilla La Mancha ordenaron reducir la producción del matadero para garantizar que los cerdos estuviesen permaneciesen en el pozo de CO2 una cantidad de tiempo suficiente para ser sedados o aturdidos por completo antes de su sacrificio. El propio jefe de equipo del matadero incluso llegó a proponer el cese de la producción, según la sentencia.
Pero la empresa se negó a incumplir la orden de la administración y las recomendaciones de su personal y continuó sacrificando a los cerdos al ritmo habitual: unos 3.230 cerdos cada ocho horas, según consta en un informe de los veterinarios inspectores. No daba tiempo a que se sedaran por completo y asistían conscientes a su sacrificio. Otro informe del secretario provincial, citado en la sentencia judicial, advierte de un posible incumplimiento de la ley de bienestar animal por parte del proveedor de Mercadona.
El jefe del equipo del matadero llegó a proponer el cese de la producción
El informe de auditoría de la Dirección Provincial de Sanidad de Cuenca “puso de manifiesto graves deficiencias estructurales” en el matadero que impedían que los animales fuesen sacrificados en completo estado de sedación, según razona la sentencia.
Para defenderse de las acusaciones, la compañía cárnica argumentó que trabajaba en la construcción de un nuevo matadero donde sí se garantizaría el cumplimiento de la ley por completo.
De regreso a la legalidad
El proveedor de Mercadona culminó las obras del nuevo matadero el año pasado y ahora sí garantiza que los cerdos son sacrificados completamente inconscientes, según han informado fuentes internas de la compañía.
Oficialmente, su presidente, Emilio Loriente, aseguró a este diario que no le consta que exista ninguna sentencia donde se acredite el maltrato animal en su matadero desde 2014 hasta 2017, tal como queda recogido en la sentencia judicial. “Eso es imposible”, declaró el presidente a este medio. Economía Digital intentó sin éxito contactar con otros portavoces de la empresa y con la Junta de Castilla La Mancha.
Loriente, un empresario que ha convertido en su empresa en la primera en importancia y facturación de la comunidad autónoma de Castilla La Mancha, ha consolidado su imperio familiar sobre su relación comercial con Mercadona. Hace dos semanas, una declaración inoportuna lo convirtió en protagonista de una polémica mediática cuando declaró que los cerdos de sus granjas estaban mejor alimentados que los cerdos en las dehesas que podían comer “ratas y pájaros”. Eso es “una guarrería”, aseguró.
Incarlopsa, proveedor de referencia de Mercadona, factura unos 600 millones de euros en carnes, jamones y salchichas a la principal cadena de supermercados española. El 80% de su facturación proviene en exclusiva de Mercadona.
Mercadona se lava las manos
La cadena de supermercados ha explicado a este diario que no puede hacerse responsables por las malas prácticas de sus 2.700 proveedores. La compañía asegura que hace auditorías constantes para evitar irregularidades como las que han quedado acreditadas en la sentencia. Pero el maltrato animal, según la documentación de las auditorías y los veterinarios, se produjo desde finales de 2013 hasta el año pasado. No conwsta en ningún documento que la cadena de supermercados haya solicitado la modificación de las condiciones de trabajo.