Un gigante del carbón está detrás de la mina de tantalio de Ourense
Grupo Samca, que ahora busca litio y tantalio en Galicia, abasteció de carbón a la central térmica de Endesa en Teruel hasta su cierre
En los últimos días, diversos colectivos como Ecoloxistas en Acción y las entidades agrupadas en la red ContraMINAcción han anunciado alegaciones contra el proceso de tramitación de un nuevo proyecto minero en Galicia para la extracción de litio y tantalio, dos elementos clave en los componentes de los smartphone. La promotora, Recursos Minerales de Galicia, quiere transformar su permiso de exploración en uno de explotación sobre un área de 60 cuadrículas mineras –en torno a 1.600 hectáreas—situadas entre los municipios de Beariz y Avión (Ourense) y sobre los que tenía derechos para investigar la presencia de litio, tantalio, wolframio, niobio y estaño, según consta en el Censo Catastral Mineiro de Galicia.
Los colectivos ecologistas, en sus alegaciones a la solicitud de los derechos de explotación, censuran que la Consellería de Medio Ambiente, a través de la dirección xeral de Calidade Ambiental e Cambio Climático, concluyese en noviembre de 2018 que no era necesaria la tramitación de una declaración de impacto ambiental. También alertan sobre la “fragmentación artificial” del proyecto, pues la propia titular de los derechos admitió en el proceso de tramitación que “en función de las necesidades del mercado, se irá procediendo a la apertura de nuevas minas para explotar el yacimiento descubierto, explotaciones en las que se aplicarán en todo momento las mejores técnicas disponibles. Para ello se irán desarrollando los proyectos correspondientes al ritmo que lo demande el mercado”, según recogen las alegaciones presentadas por Ecoloxistas en Acción.
Del carbón a los móviles inteligentes
Los derechos mineros Alberta I, como se denomina el proyecto, estuvieron en manos de la canadiense Solid Resources y fueron adquiridos por Recursos Minerales de Galicia, una sociedad creada en 2015, con domicilio en Zaragoza y con un capital social de 20 millones. Detrás de esta empresa está un histórico grupo del carbón español, que ha ido reconvirtiendo y diversificando su actividad con los réditos del lignito y ante el apagón de las centrales térmicas.
Samca (SA Minera Catalano Aragonesa) tiene un siglo de historia vinculada a las minas de carbón de Teruel, pero logró un fuerte crecimiento y diversificación a partir de 1972, cuando toma las riendas de la empresa el turolense Ángel Luengo Martínez, cuya familia todavía controla el grupo. Discreto al estilo de Amancio Ortega, tanto que apenas hay fotos suyas públicas, el empresario empezó a abastecer en los años ochenta a la central térmica de Andorra desde las minas de Ariño y siguió hasta que Endesa clausuró las instalaciones, llegando por el camino a la lista Forbes de los más ricos. Es la segunda fortuna de Aragón con un patrimonio estimado de 700 millones, según la publicación.
Frutas, mascotas y renovables
El grupo factura cerca de 1.000 millones, tiene unas 70 filiales y cuenta con una plantilla media de más de 3.000 trabajadores. Antes de la llegada del euro y de que Europa se preocupara por el medio ambiente, el grupo comenzó su diversificación, ahora acelerada de nuevo por el apagón del carbón. La configuración de la compañía es de lo más singular. Tiene una división de renovables que es la principal línea de ingresos del grupo con 300 megavatios en energía eólica, 100 megavatios de termosolar y 50 megavatios de fotovoltaica. Pero también tiene una empresa de fruta que comercializa 120.000 toneladas de fresca de hueso, pepita, uva y cítricos, bajo la enseña Frutaria.
Samca desarrolló una división agrícola que vende bionutrientes y mejoradores de suelo, así como soluciones para el control de plagas. Fabrica esmaltes, pavimentos y ladrillos en sus centros dedicados a la cerámica y arcillas absorbentes para mascotas que han llegado a los lineales de Mercadona. Los intereses del grupo también están en la producción de plásticos y fibras sintéticas para el textil y, por supuesto, tiene dos promotoras inmobiliarias, Ebrosa y Reina.
Los riesgos de la mina ourensana
En este camino de diversificación se encontró la compañía con las minas gallegas, primero con la ourensana de Alberta I, y después con las explotaciones en Burela, Cervo y Foz de Área Minera, que compró en 2019. No le falta músculo financiero detrás, pero eso no significa que el proyecto para extraer litio y tantalio no tenga riesgo. Al menos, así lo consideró el Instituto Geológico y Minero de España, que alertó sobre la posibilidad de que la mina provoque la formación de aguas ácidas; y la Sociedade Galega de Historia Natural, que pidió que se evalúe la presencia de torio y otros elementos radioactivos que pueden estar asociados a los yacimientos de tantalio.