Tres años de Arturo Dopico en Portugal: MásMóvil vende Nowo sin aclarar su futuro

Arturo Dopico, durante 18 años primer ejecutivo de R, desembarcó en Portugal en 2019 para ponerse al frente de Nowo junto a dos exdirectivos de la cablera gallega, Pablo Iglesias y Francisco Rodeiro, que pasaron a formar parte de la cúpula de la empresa portuguesa como responsables de la dirección financiera y de planificación estratégica, respectivamente. Nowo estaba llamada a convertirse en la gran animadora del estabilísimo mercado luso, presionando en precios y robando cuota a los tres grandes operadores: MEO, NOS y Vodafone. Sin embargo, cuando los mimbres del proyecto parecían al fin reunidos una vez celebrada la subasta de espectro, MásMóvil decidió vender su filial portuguesa.

Ejecutivo de buena imagen en los mentideros empresariales, la trayectoria de Dopico en los últimos siete años ha estado marcada por las operaciones de concentración en el mercado de las telecomunicaciones. Dejó R con la integración de la empresa gallega en Euskaltel. Regresó a la primera línea con la entrada de MásMóvil en Portugal. Y ahora da un nuevo volantazo con el traspaso de Nowo a Vodafone, a su vez, influido por la joint venture de Orange y MásMóvil en España.

El grupo de Meinrad Spenger no ha aclarado hasta ahora cuál será el futuro papel de Dopico si continúa en la compañía. Tampoco el operador británico ha hecho mención alguna. Y tienen una buena excusa, pues la operación de venta está incompleta y no está previsto que se cierre hasta el primer trimestre del año que viene, cuando las autoridades de competencia den las preceptivas autorizaciones.

La evolución de Nowo

Nowo llega a la integración en Vodafone con 250.000 clientes de móvil y 140.000 de televisión y banda ancha, además de una red que alcanza el millón de hogares en Portugal. Los últimos datos de la Autoridade Nacional de Comunicaçoes (Anacom) le otorgaban un 3% de cuota en servicios convergentes a cierre del primer semestre de este año, frente al 41% de MEO; el 35,7% de NOS y el 20,2% de Vodafone. La todavía filial de MásMóvil mantendría un 3,1% de los clientes de banda ancha y también un 3,1% de los de televisión. En todos estos servicios, Nowo habría ido a la baja en comparación con el mismo periodo del año anterior. Concretamente, perdió en un año 0,3 puntos porcentuales en cada uno de los segmentos: televisión, banda ancha y convergentes.

La comparativa desde la llegada de Dopico es difícil ya que Anacom ofrecía los datos de Nowo agrupados con los de ONI, el segmento de empresas del que se desprendió MásMóvil. Entre los dos, por ejemplo, mantenía el 3,8 de los clientes en convergentes a cierre de 2019, bajo los mandos de Miguel Venâncio.

El evento clave para Nowo, más allá de la clientela, fue la subasta de espectro 4G y 5G organizada por Anacom y que, además de prolongarse inesperadamente durante meses, fue más cara de lo esperado por la competitividad de Digi. MásMóvil invirtió 70 millones para conseguir las frecuencias que le permitiesen desplegar red 5G, pero terminó por vender la empresa antes de que Dopico y Spenger presentaran el plan estratégico que debía aprovechar esta nueva capacidad.

Digi y Orange

La venta de Nowo tiene varios detonantes. Por un lado, la entrada de la rumana low cost Digi en el mercado luso, lo que anticipaba una mayor competitividad y una mayor presión sobre los precios para ganar cuota. Por otro, la alianza con Orange en España, una joint venture que dejó fuera el mercado portugués pero que acabó condicionando a Nowo, por la necesidad de MásMóvil de centrar sus esfuerzos en el mercado doméstico y aligerar la mochila de deuda con la que carga de cara a la fusión.