Tras los pasos de Repsol: así encaran Cepsa y BP el fin del petróleo
Las grandes petroleras diversifican su apuesta ante los cambios que se avecinan en el mix energético
Que el petróleo se termina es una afirmación tan cierta como que no desaparecerá hasta dentro de muchos años. Pero el desafío es ya una realidad que ha afrontado Repsol y de manera más discreta Cepsa y BP.
Mientras, a corto plazo, la OPEP tiene como objetivo mantener estables los precios del crudo y hacer creer a los inversores que no provocará una sobreoferta cuando expiren los recortes marcados para este año. No obstante, en el cartel ya saben que algún día llegará el famoso peak oil, momento en el que los niveles de extracción tocarán techo para dar paso a un permanente declive.
Lo que también está claro es que este viraje no se producirá de la noche a la mañana. El petróleo representa todavía el 31% de la demanda de energía primaria en el mundo – las renovables, en cambio, no superan el 13%–, por lo que las empresas del sector y los países productores ven lejos el nuevo escenario.
Además, la tecnología ha ido dilatando el fatídico momento al hacer posible la explotación de reservas en campos no convencionales –atrapados en rocas o inundados de arena– y en aguas superprofundas.
Cepsa, de petrolera pura a una energética global
Cepsa apuesta por dejar de ser una gran petrolera pura para convertirse en una compañía energética global. ¿Para cuándo esta transición? Un plan a 15 años, con tres etapas de cinco años cada una, y una inversión de 40.000 millones tienen la respuesta.
Según destacó el vicepresidente y consejero delegado de Cepsa, Pedro Miró, la revisión del papel de la compañía está plasmada en este plan estratégico en el que se dibuja “una nueva hoja de ruta” que “revise los valores” de la petrolera, al igual que los objetivos como grupo en un mundo en el que el mix energético “está siendo claramente cuestionado”.
Pedro Miró (Cepsa): «el grupo debe jugar un papel en los distintos ámbitos energéticos»
Así, la compañía quiere «jugar un papel en los distintos ámbitos energéticos», como en la comercialización de electricidad y gas a clientes domésticos. Todo ello, dentro de un modelo integrado que irá evolucionando «en función de las circunstancias de futuro».
Pero hay tiempo. El cambio de estrategia, según Miró, no debe basarse “en giros bruscos”, puesto que “la prudencia es importante”.
BP toma nota de la transición energética
BP, por su parte, revela en su último informe anual Statistical Review of World Energy que el mercado mundial ya refleja los cambios a largo plazo de la transición energética y cómo ésta se reflejó «en las distintas suertes que sufrieron el carbón y las energías renovables”.
En el mismo sentido, la compañía concluye que “está ampliando sus proyectos en energías renovables, invirtiendo en desarrollar nuevos modelos de negocio bajos en emisiones de carbono y estableciendo alianzas que permitan acelerar el desarrollo tecnológico».
BP anunció a finales de año la compra del 43% de Lightsource, empresa estratégica de energía solar
Como muestra, la británica llegó a un acuerdo a finales de 2017 para hacerse con el 43% de Lightsource, empresa de energía solar, por 170 millones de euros. La operación es sintomática: supone el retorno de la multinacional a un sector que abandonó en 2011.
Al respecto, el consejero delegado de BP, Bob Dudley, manifestó que Lightsource complementará los actuales negocios de energías alternativas del grupo, también presente en la eólica y la biomasa.