Trabajo detecta fraude en el proveedor de falsos autónomos de Coren
Trabajo concluye que Servicarne es una falsa cooperativa que opera como una empresa pantalla en la inspección realizada a un matadero de Álava
El Ministerio de Trabajo emprendió hace ya año y medio una ofensiva contra lo que los sindicatos califican como “falsas cooperativas”, sociedades dedicadas a proveer de autónomos a empresas del sector cárnico, abasteciendo a los mataderos de trabajadores externos. Este modelo ha tenido un notable éxito en Galicia, donde más de un millar de autónomos, según los cálculos de CIG y CC.OO., se despliegan por las instalaciones de empresas como Coren o Grupo Sada.
El proveedor del grupo ourensano es Servicarne, una cooperativa catalana que surte a las plantas de Ourense, O Porriño y Lugo. Las condiciones laborales de sus cooperativistas, conocidos como gladiadores en el ramo, desembocaron en cerca de un centenar de denuncias y protestas que se repiten desde hace ya años.
Las condiciones laborales de estos trabajadores, fuera del convenio de las empresas al operar como autónomos, despertaron las quejas de los sindicatos y las indagaciones posteriores provocaron el convencimiento de las centrales de que Servicarne opera de manera fraudulenta. La CIG fue la primera organización en Galicia en impulsar cerca de un centenar de denuncias individuales presentadas en Madrid.
Una sociedad «pantalla»
Las primeras consecuencias de la oleada de inspecciones ha sido que centenares de trabajadores autónomos fueron dados de alta en la Seguridad Social para disgusto de las empresas, que en su mayoría procedieron a darlos de nuevo de baja del régimen general. Ahora, los inspectores concluyen que Servicarne es una falsa cooperativa, lo que podría derivar en una sanción económica y en su exclusión del registro de cooperativas.
A eso apunta la resolución de la inspección realizada al matadero de la compañía Arpisa en Álava. El acta, informa El País, constata que Servicarne no funciona como una cooperativa. “»La cooperativa es una apariencia (…) Es una pantalla, carece de patrimonio propio, de infraestructura organizativa empresarial y de mercado», dice la Inspección de Trabajo.
3,1 millones en cuotas pendientes
A juicio de los inspectores, los cooperativistas, que abonan una cuota por pertenecer a Servicarne, “no tienen poder de decisión ni de información alguno”, pues la “participación es prácticamente inexistente” y las decisiones se toman de manera “absolutamente vertical”. “La cooperativa no es más que una mera apariencia”, concluyen los inspectores.
La previsión, han manifestado tanto sindicatos como la propia Servicarne, es que el procedimiento desemboque en un largo litigio judicial, ya sea por iniciativa de las empresas, incapaces de integrar en sus plantillas el voluminoso número de autónomos que han utilizado durante años, o de la cooperativa catalana, que se juega su supervivencia en el conflicto.
El acta sobre el matadero de Álava propone una liquidación de 3,1 millones en cuotas a la Seguridad Social no abonadas desde 2013.