Todas las incógnitas de la fábrica de fibras textiles de Altri

Todavía se desconoce la ubicación definitiva del proyecto llamado a captar fondos europeos así como la identidad de todos los potenciales socios de la pastera portuguesa y cómo se integrará el reciclaje de residuo textil

José Soares de Pina, CEO de Altri / Altri

José Soares de Pina, CEO de Altri / Altri

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En octubre del pasado año, Impulsa Galicia, la sociedad creada por la Xunta para fomentar proyectos que capten fondos europeos de reconstrucción anunció que había llegado a un acuerdo con la pastera portuguesa Altri para liderar el proyecto de implantación de una fábrica de fibras textiles en la comunidad. Con una inversión aparejada de 800 millones, el objetivo principal es construir una factoría de lyocell, un tipo de fibra sostenible que se comercializará para hilo, corte y confección. Este producto se obtendría con la madera de los bosques gallegos como materia prima principal. A pesar de que se trata de uno de los denominados proyectos tractores de la administración gallego que más rápido se reveló, a día de hoy siguen existiendo numerosas incógnitas.

Estas van desde la ubicación hasta el número de socios totales que tendrá la cotizada lusa en su desembarco gallego. También resta por saber la repercusión de este negocio en la cadena valor de la madera en la comunidad y de la industria textil, apremiada por las nuevas normativas a explotar el reciclaje de materiales.

Guerra política por la ubicación

A día de hoy, la primera gran incógnita a despejar sobre el futuro de la planta de fibras textiles es su ubicación. No es baladí. La operación, mantenimiento y logística del proyecto supondrá unos 1.500 empleos directos y 6.500 indirectos. Además, la construcción de la factoría emplearía a unos 1.700 profesionales.

Se sabe que la empresas de esta naturaleza necesitan cerca de sus emplazamientos una vía cercana de captación de agua. Precisamente debido a los emplazamientos alternativos que, en un principio, se barajaron para la pastera pontevedresa de Ence, el nombre de As Pontes surgió rápido, si bien fue desplazado por la zona de A Mariña, a día de hoy primera en las quinielas. Al final y al cabo, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, desveló durante el último debate del estado de la autonomía que la planta iría a Lugo. Y esta semana, el grupo parlamentario del PP anunció que, en el próximo Pleno, solicitarán que “se le dé prioridad a la construcción de la fábrica en la provincia lucense”.

En Lugo sí, pero, ¿dónde?

No obstante, fuentes institucionales consultadas por Economía Digital Galicia aseguran que por el momento la compañía promotora aún está realizando el estudio de viabilidad de los posibles emplazamientos. La localización, aún así, debería despejarse en un periodo de tiempo breve. Al fin y al cabo, como cotizada en la bolsa de valores portuguesa, Altri también debe explicaciones a sus inversores.

En la provincia uno de los primeros en mover ficha fue el alcalde de Ribadeo, Fernando Suárez, que ya el pasado año remitió sendos escritos a los consejos de administración de Altri y a Impulsa Galicia para ofrecer su municipio. Polígono industrial al 20% de su capacidad, proximidad a la A-8 y al puerto comercial y la línea del decaído tren Feve son sus principales ofertas.

El silencio, sin embargo, inquieta en A Mariña, que acaba de sufrir el golpe de la hibernación de la planta de aluminio primario de Alcoa. Esta semana, el alcalde de Foz y presidente de la Mancomunidad de Municipios, el socialista Fran Cajoto, volvió a reclamar la factoría. «Vemos como de forma reiterada se intenta apostar porque venga para la provincia de Lugo, pero no se especifica la comarca de A Mariña que es precisamente la zona de la provincia de Lugo donde está el eucalipto, donde está la materia prima», incidió.

La incertidumbre ha desatado una guerra política ya que el PSdeG de Valentín González Formoso, también alcalde de As Pontes, insistió este jueves en que la Xunta tendrá que explicar “a dónde la quiere llevar y qué acuerdos ocultos tienen para no apostar por esa zona”.

Socios para Altri más allá de Greenalia

A estas alturas, queda claro que aunque Altri liderará el proyecto, contará con socios gallegos. Según adelantó Economía Digital Galicia, los accionistas mayoritarios de Greenalia, la familia García, mantienen avanzadas negociaciones para sumarse al proyecto. Ambos actores son viejos conocidos unidos por acuerdos comerciales, ya que los dueños de la fábrica de biomasa de Teixeiro suministran madera al grupo luso desde el puerto de Ferrol. Además, distintas fuentes consultadas por este medio aseguran que los de Manuel García no serían los únicos compañeros de viaje y que, en un futuro, emergerán nuevos socios vinculados al sector gallego de la madera.

Además de estos, tanto Altri como Impulsa Galicia han abierto la puerta a la entrada en el proyecto de socios ajenos al negocio forestal.

«Incorporar el residuo textil»

Esta semana, en la presentación de la segunda edición del Atlas Gallego de la Empresa Comprometida de Economía Digital Galicia, el vicepresidente económico, Francisco Conde, insistió en la importancia de establecer cadenas de valor en los proyectos industriales que se desarrollan en Galicia así como en la economía circular. “Un ejemplo claro en el que estamos trabajando es esa fábrica de fibras téxtiles en la que un elemento clave será incorporar residuo textil como materia prima dentro del proceso y, por lo tanto, formando parte de la economía circular”, expuso.

El uso del residuo textil como materia prima está muy presente en el sector de la moda. A finales del año pasado, el Congreso de los Diputados aprobó el proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados que, grosso modo, obliga a establecer sistemas separados de recogida de residuos textiles antes de 2025 y que, además prohíbe la destrucción de excedentes.

Además, en el plazo máximo de tres años desde la entrada en vigor de la Ley de Residuos deberán desarrollarse regímenes de responsabilidad ampliada de los productores para los residuos textiles, los muebles y los plásticos de uso agrario.

Por tanto, otra de las incógnitas, por el momento, es cómo se articulará la relación entre la fábrica de fibras sostenibles y el reciclaje de residuo textil y si este se abordará en la factoría de Altri o mediante otros proyectos.

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