Telefónica y Orange se imponen al auge del ‘low cost’
Pese a que 2018 estuvo marcado por el robo de clientes y la guerra de ofertas, los dos principales grupos crecieron a base de Champions y clientes 'premium'
En un año marcado por las ofertas de bajo coste y el robo de clientes, las dos principales compañías del sector teleco, Orange y Telefónica, no solo resistieron los envites, sino que fueron capaces de sobreponerse a esta tendencia y seguir creciendo en España, donde tienen uno de sus mercados más importantes.
El cierre de 2018 de ambas compañías terminó con un crecimiento de ingresos por parte de ambas compañías con una fórmula opuesta a las low cost, es decir, captando clientes de valor. La compañía presidida por José María Álvarez-Pallete aumentó su facturación en un 0,4% en España más que los 12.653 millones de euros que facturó en 2017.
La compañía, que tiene en el mercado nacional la fuente de ingresos más importante para el grupo junto a Brasil, creció gracias a sus clientes convergentes (+6,7%), conocidos como «fusión», aquellos que contratan paquetes con servicios combinados de voz, datos, fibra y televisión (muchos llegaron en busca de servicios como la retransmisión de la UEFA Champions League).
Especialmente importantes fueron estos últimos, abonados a la televisión de pago Movistar TV, que crecieron en cerca del 5,95%. Estos clientes, que le aportan el ingreso medio por usuario más alto del mercado, llevaron a Telefónica a crecer de forma orgánica por primera vez después de diez años.
Las previsiones para 2019 apuntan en la misma dirección. El consejero delegado de Telefónica España, Ángel Vilà, en la rueda de prensa posterior a la presentación de resultados, la compañía sigue pensando en esta fórmula conocida como “más por más” (más servicios a cambio de un mayor precio) para este 2019.
Orange tira también de clientes convergentes (aunque apoya en MásMóvil)
Orange, por su parte, también aumentó su facturación. Aunque sigue engordando la partida de ingresos totales gracias a los servicios mayoristas por el acuerdo MásMóvil, sus clientes convergentes también fueron responsables de que el operador naranja mejorase la cuenta de resultados.
Estos usuarios crecieron en un 3,1%, aportando 2.143 millones (65 millones más que en 2017). Y, pese a que el crecimiento fue de menor intensidad que en 2017, cada vez tienen más peso en la compañía (suponen más del 40% de toda la facturación).
Con este balance, Orange pudo compensar las partidas en las que sigue sufriendo: la solo móvil y solo fijo, aquellas en las que compite a través de una estrategia con cuatro segundas marcas (Amena, Simyo, Jazztel y República Móvil) con tarifas de bajo coste. La división sólo móvil, como viene siendo habitual, cayó en un 1,3% y la solo fijo en otro 1%.
El auge del bajo coste
El 2018 estuvo marcado por muchos motivos por el bajo coste. En primer lugar, porque el número de portabilidades cerró con un record histórico. Noviembre, mes de máxima actividad, dejó más de 900.000 cambios de operador entre telefonía móvil y fija.
La segunda razón fue que muchos de estos cambios a la competencia llegaron entre los clientes premium, debido a la guerra de tarifas que también provocó que compañías como Telefónica y Orange bajaran al barro con descuentos agresivos.