Telefónica acelera su salida de Latam con los deberes por terminar

La compañía negocia la venta de dos países, pero sigue sin dar salida a muchos otros

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El camino de Telefónica para salir de Latinoamérica está lleno de piedras. Un año después de anunciar que se concentraría en cuatro países, la compañía de telecomunicaciones ha podido salir de plazas como Costa Rica y Nicaragua, pero sigue pendiente de vender algunas de sus filiales extranjeras y no encuentra compradores para otras. 

El último movimiento llegó esta semana. Pese a no ser reconocido ante ningún regulador bursátil, el mercado supo que la compañía presidida por José María Álvarez-Pallete negocia la venta de Ecuador y Colombia, aunque se desconoce cuál será el precio.

Sí se sabe quién es el comprador: Liberty Latin America, el operador que se hizo recientemente con la filial de Costa Rica de Telefónica por aproximadamente 500 millones de euros tras la espantada de última hora del gigante Millicom. Liberty se encuentra en fase de expansión, pues la de Costa Rica no es la única operadora que ha adquirido recientemente.

Atrás quedan las ventas de Panamá y Guatemala, en 2019. Dicha operación conjunta, en la que se incluyó también Nicaragua en el paquete, se cerró por un precio conjunto de 1.356 millones de dólares. Telefónica solo recibió 814 millones porque controlaba el 60% de estas tres sociedades en Centro América. El otro 40% estaba en manos del operador Corporación Multi Inversiones.

Pero no todas las operaciones han salido como se esperaba. Pese a llegar a un acuerdo, Telefónica cambió de planes en El Salvador, país que iba a parar en manos del grupo América Móvil, propiedad del empresario Carlos Slim.

La renuncia estuvo motivada por las condiciones establecidas por la Superintendencia de Competencia  — equivalente a la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) en España — para la obtención de la correspondiente aprobación regulatoria.

La marcha atrás, acordada por ambas partes, supuso que la cotizada española dejara de ingresar 169 millones de euros, correspondiente el 59,6% que controla de la compañía en el país caribeño. 

Países sin comprador

Pese a los países mencionados, Telefónica no ha salido por completo de la región. Hay plazas en las que se presupone que no lo hará, al menos, en el medio plazo.

Es el caso de México, donde se ha apoyado con el gigante estadounidense AT&T en un acuerdo que le está dando buenos resultados económicos. Ante un entorno regulatorio difícil, Telefónica ha conseguido unas condiciones que le permite ahorrar en infraestructuras y equilibrar sus cuentas.

Otros dos casos en los que no se conoce comprador son los de Argentina y Uruguay. Estos dos países, en la línea de toda la región de Hispam, antes divididas en dos (Hispam Norte e Hispam Sur), cada vez pesan menos en el balance global del grupo.

La región mengua conjuntamente en ingresos, pero sobre todo en el resultado de explotación (oibda), el indicador clave de las telecos para conocer el estado de salud del negocio.

En Chile, en cambio, se ha optado por una estrategia a medio camino: abrir el capital a nuevos inversores y compartir la gestión, lo que no impediría reducir la exposición en el país y al mismo tiempo mantener el control de la filial.

Así lo habría asegurado en noviembre el consejero delegado de la compañía, Ángel Vila, durante las jornadas anuales del sector de telecomunicaciones que organiza el banco de inversión Morgan Stanley. La fórmula consistiría en buscar socios para seguir creciendo con Telxius, su división de torres, con el objetivo de multiplicar los despliegues de fibra óptica en el país latino.

Brasil, la operación defensiva deseada

Mientras, la compañía sigue defendiéndose allí donde sabe que es fuerte. La plaza de Brasil es vital para la compañía y no está en venta. El objetivo es seguir con una posición dominante en la región, en la que la compañía mantiene el liderazgo del segmento móvil con la marca Vivo (aproximadamente un 30% del mercado).

Telefónica mantendrá el liderazgo móvil en Brasil tras la compra de los activos móviles de Oi

En una operación defensiva para no retroceder frente a sus competidores, Telefónica llevará a cabo una compra a tres bandas (le acompañan en la operación Telecom Italia y América Móvil) por Oi, el operador nacional que estaba en concurso de acreedores desde 2016 y no tuvo más remedio que vender sus activos móviles para evitar la quiebra. La adquisición ya está cerrada, pero falta la opinión de los regulador de competencia (CADE) y de telecomunicaciones (Anatel).

Telefónica se refugia en Europa

Por otro lado, Telefónica en Europa, con solo tres países, pesa más que la decena de filiales que tiene en Latinoamérica. España, Alemania y Reino Unido baten en ingresos a la suma del negocio del resto de plazas.

España es el país principal. Los de Álvarez-Pallete siguen teniendo una posición dominante en el mercado doméstico, una plaza copada por cuatro operadores. Pero pese a estar por delante y a bastante distancia de Orange y Vodafone, la compañía necesita que el proceso de consolidación llegue pronto al país, para que la feroz competencia se rebaje, baje la presión sobre los precios y deje de destruir valor en el sector.

Alemania y Reino Unido también son vitales. En el país británico la compañía ha hecho posible la fusión de O2, la marca de Telefónica en UK, con Liberty, que utiliza la enseña Virgin. Ambos se proponen crear un gigante de telecomunicaciones que pueda rivalizar con British Telecom. La unión tiene mucho sentido porque los operadores se complementan a la perfección: Virgin es la segunda compañía de banda ancha fija + televisión y O2 es el segundo operador móvil de Reino Unido.

Por lo que respecta al país germano, cabe destacar que fue el único de los cuatro enclaves prioritarios de Telefónica que creció durante el tercer trimestre, en el que todavía se notaron algunos efectos de la crisis del coronavirus

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