Las contradicciones de los supermercados con el aceite de palma
Las cadenas de supermercado comienzan la retirada del aceite de palma de sus productos ecológicos. ¿Es lógico o es sólo marketing?
¿Puede ser el aceite de palma, un ingrediente denostado por nutricionistas, ser utilizado para la fabricación de un producto “ecológico”? Dos cadenas de supermercados, Lidl y la valenciana Supersano, han decidido retirar el aceite de palma de sus productos ecológicos para acabar con la supuesta contradicción alimentaria, con ese oxímoron de la industria que promueve productos saludables con ingredientes cuestionados.
Ambas cadenas han decidido que el denostado ingrediente no es compatible (al menos en términos de marketing) con líneas de productos ecológicos, vendidos como más sanos.
El profesor de bioquímica de la Universidad Politécnica de Valencia, Juan Miguel Mulet, fue el primero en plasmar la contradicción después de haber encontrado en los supermercados Aldi, Lidl y Supersano productos ecológicos elaborados con aceite de palma.
“Estamos diciendo que el aceite de palma no es recomendable en una dieta, que su cultivo se hace a expensas de suelos tropicales de gran valor ecológico y que su cultivo puede fomentar la desigualdad. Y a pesar de todo eso ¿se vende como ecológico?”, razona Mulet en su blog “Tomates con genes”.
¿Bollería ecológica o manzana transgénica?
El divulgador científico, conocido recientemente por ser atacado por Mercedes Milá al llamarlo “gordo”, explica que los fabricantes y cadenas de supermercados han caído en una aparente contradicción que, en el fondo, no es tal.
“Yo he sido muy crítico con lo que se vende de los productos ecológicos, porque la actual normativa sólo toma en consideración el criterio ‘natural-artificial’ cuando se deberían tomar en consideración otros criterios más objetivos como la huella hídrica o la huella de carbono”, explica el científico a este diario.
Supersano y Lidl ha comenzado con la retirada del aceite de palma, una grasa saturada sumamente barata, en sus productos biológicos y han comenzado a estudiar alternativas para sustituir el ingrediente del resto de productos.
La medida, que en principio puede ser vista como positiva, aflora una contradicción que el científico decidió publicar en Twitter. “Entonces cuando lo vendían era Super-menos-sano?” preguntaba el profesor a la cadena ecológica Supersano.
Ante la crítica, la cadena de supermercados perdió los estribos. “Sí cuando no aparecía en las etiquetas y cuando tú, Mulet, aún no te dedicabas a escribir y vender libros con tu sueldo del Estado”, respondió el community manager de la empresa.
El científico sigue cuestionando algunos preceptos de la industria que pretende vender “productos más sanos”. “¿Es más sano una bollería ecológica o una manzana transgénica?”, escribe en su cuenta de Twitter.
Lidl explicó que intenta buscar sustitutos al aceite de palma ya que entiende que es un ingrediente poco beneficioso que cada vez está siendo más cuestionado por los consumidores. Pero el cambio no será de la noche a la mañana. La industria debe encontrar sustitutos, también económicos y con características organoléptcas similares para no perder en sabor ni textura.
Cuando los fabricantes descubran el sustituto, tal vez se concrete el pronóstico del científico. “El aceite de coco fue considerado poco saludable y sustituido por el de palma. No descartemos que el sustituto del aceite de palma termine siendo peor”.