Sorpresa en Varilongo: la minera halla el doble de wolframio previsto
La australiana Rafaella Resources abre la puerta a retomar la actividad en la histórica mina tras detectar un 103% más de wolframio de lo previsto
Rafaella Resources aflora un «excepcional potencial» en la mina de Varilongo (ubicada en el concello de Santa Comba) que adquirió el pasado verano a Galicia Tin and Tungsten. La firma australiana ha dado carpetazo a los trabajos de exploración tras cerrar el primer semestre del año con una conclusión: la cantidad de wolframio y estaño en este yacimiento es un 103% superior a la inicialmente prevista.
Y es que según ha revelado la compañía al regulador de la bolsa australiana, la mina de Varilongo albergaría unas reservas de 1.629 toneladas de estaño, así como de 10,61 toneladas métricas con una ley de 0,17% en óxido de wolframio, una cifra que duplica a las 5,2 toneladas métricas que se calculaba el último estudio hecho en el año 2012 y que le permitiría colocar en el mercado un total de 18.532 toneladas de wolframio.
Mina a cielo abierto
Además de detectar más cantidad de wolframio que el inicialmente previsto, desde Rafaella Resources también destacan que la ubicación del mineral podría elevar la rentabilidad de este yacimiento. «Se ha expandido la zona con mineralización de wolframio cerca de la superficie, que es potencialmente susceptible de ser operada a cielo abierto con bajo coste«, recalcan en el comunicado.
Y es que 10,37 de las 10,61 toneladas métricas de wolframio detectadas se encuentran próximas a la superficie y podrían ser extraídas a cielo abierto, mientras que solo las 0,24 toneladas restantes se encuentran a mayor profundidad (en la Mina Carmen), que debería ser operada de manera subterránea.
¿Reapertura de la mina?
«Esta actualización de recursos incrementa el nivel de confianza en el Proyecto Santa Comba y sustenta el desarrollo de un plan minero y el estudio de factibilidad«, revela Steven Turner, director de la compañía, que acerca la posibilidad de que la histórica mina vuelva a operar.
La compañía cuenta con distintos derechos mineros que abarcan un área de 36 kilómetros cuadrados en Santa Comba y que podrían devolver la actividad a un yacimiento que fue considerado como esencial por el ejército nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Y es que el médico Pedro Abelenda (que controlaba los derechos mineros de esta mina y de la de Monte Neme), decidió arrendárselos a la alemana Sofindus, que llegó a emplear a 1.700 personas en la primera mitad de la década de los 40 para proveer este mineral clave para blindar la punta de los proyectiles anti-tanque y para apuntalar la coraza de los blindados del ejército nazi.