Slim endeuda a Realia con 184 millones para no dejar la caja a cero
Tras liquidar la deuda con los fondos buitre, la promotora reduce su tesorería a 163 millones y mantiene un apalancamiento de casi 1.000 millones, procedentes, en su mayoría, de la actividad patrimonial
El magnate mexicano Carlos Slim sigue intentando cuadrar las cuentas en FCC, Cementos Portland y Realia. Así, como era de esperar y ante la insuficiente liquidez, la inmobiliaria ha tenido que financiar un préstamo de 183 millones de euros para terminar de liquidar los 803 millones de deuda que mantenía con los fondos buitre por el negocio promotor, y evitar dejar la caja en negativo.
Hasta el 11 diciembre del pasado año –antes de alcanzar el acuerdo con Fortress-Puffin, King Sturge-Aneto y Goldman Sachs–, la promotora contaba con una liquidez de 622 millones –en su mayoría procedentes de la venta, en julio de 2014, de su filial francesa SIIC de Paris–, pero el cumplimiento de los pagos contemplados en el acuerdo con estos fondos la ha ido debilitando.
Sin tesorería suficiente
Como, al final, la quita que Slim pretendía se quedó reducida al 9% –solo 72 millones sobre los 804 de la deuda original–, y habría que hacer el pago de manera acelerada, la tesorería se quedaba corta.
Ni siquiera se llegaba sumando los 89 millones que entraron, a mediados de enero, a través de la ampliación de capital. Por eso, y para evitar dejar la caja en números rojos, no quedaba otra que echar mano de un nuevo préstamo.
Caja diezmada
El primero de los pagos se hizo coincidir, el 11 de diciembre del pasado año, con la firma del acuerdo con los fondos. Realia desembolsaba entonces 365 millones tras aplicar una quita de 36. Fueron pagados íntegramente con la caja disponible, quedando un líquido de 257 millones.
Posteriormente, a mediados de enero, con los 89 millones de la ampliación, la tesorería se situó en 346 millones, por lo que la promotora controlada por Slim tomó la decisión de afrontar, a finales de ese mes, el segundo pago pactado por 89 millones –los obtenidos con la ampliación– y adelantar a esa fecha el tercero de los plazos, por 94 millones. Un total de 183 millones de euros que dejaron las arcas de la inmobiliaria con 163 millones.
Avales y más avales
Para cerrar el acuerdo de refinanciación, los fondos impusieron a Slim dos condiciones suspensivas. Una, que el magnate mexicano avalara, con su propio pecunio a través de Inversora Carso, los 732 millones del pago de la deuda ante la eventual entrada en concurso de acreedores de la inmobiliaria. Condición cumplida a la firma del acuerdo.
Y una segunda, relativa a que el empresario azteca pusiera a disposición de los fondos un aval no inferior a 202 millones de euros antes del pasado 31 de enero. Al final, el aval fue entregado dos días antes y por un importe, ya descontada la quita del 9%, de 184 millones, coincidente con la cantidad a devolver en el último pago.
Intereses a los fondos
Con ese aval quedaban sin efecto los compromisos (covenants) pactados en septiembre de 2009, cuando se firmó el contrato de financiación sindicada, una vez cumplidas las dos condiciones suspensivas y, además, quedaban canceladas todas las garantías asociadas a dicho contrato.
El préstamo sindicado devengaba un doble interés. Uno, referenciado al Euribor a un mes más un margen del 0,5% pagadero al final de cada periodo de interés. Y otro, capitalizable y pagadero al vencimiento de cada cuota, a un 1,5% anual sobre el saldo medio del importe pendiente de amortización. En 2015, Realia devengó 14,45 millones de euros por los intereses de este préstamo.
Estos intereses leoninos han sido la razón por la que Slim ha decidido que la promotora adelantara el pago del cuarto plazo. En lugar del próximo 31 de mayo, el último plazo se hacía efectivo la semana pasada, el jueves 7 de abril, abonando los últimos 183,5 millones restantes tras aplicar la quita.
Una cantidad que la inmobiliaria obtenía a través de un préstamo otorgado por una entidad española. La empresa, preguntada por Economía Digital, no ha querido dar detalles acerca del prestamista ni de las condiciones del préstamo.
Quedan 1.000 millones de deuda
De esta manera, Realia ya no debe ni un euro a los fondos por la deuda promotora sindicada, pero sí el importe del nuevo préstamo contraído, así como otros 800 millones correspondientes al negocio patrimonial.
Total, casi 1.000 millones. Los de la actividad patrimonial se desglosan en un sindicado de 750 millones, que vence dentro de un año –en abril de 2017–, más 55 de otros préstamos.
Esperando a la opa
Mientras tanto, Slim y Realia siguen a la espera de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) autorice la opa de Inversora Carso sobre el 70% que el empresario azteca no controla sobre la inmobiliaria. Presentada el pasado 26 de febrero, fue admitida a trámite el 3 de marzo.
Junto al folleto de la operación, Slim remitió un aval bancario por 257 millones, otorgado por CaixaBank, para cubrir ese porcentaje a un precio de 0,8 euros por acción.