Shein, como Inditex, Uniqlo y Skechers: acusada de beneficiarse de trabajo esclavo en China
Una investigación de Bloomberg, en la que se han analizado prendas de la marca en laboratorio, revela el uso de algodón de Xinjiang, comarca acusada de obligar a la minoría musulmana uigur a trabajos forzosos
Las dudas sobre la procedencia de las prendas de Shein vuelve a poner contra las cuerdas la reputación de la marca. Según una investigación realizada por Bloomberg, la multinacional capitaneada por Chris Xu utiliza en sus productos algodón de Xinjiang, región acusada por organizaciones internacionales, como Naciones Unidas, de obligar a la minoría musulmana uigur a trabajos forzosos.
Las denuncias por incluir en la ropa algodón de esta región no es algo nuevo en el sector del textil. En julio de 2021, según avanzó Efe, la Fiscalía Nacional de Francia abrió una investigación contra varias empresas de moda –como Inditex, Uniqlo, Skechers y SMCP – tras la acusación de un grupo de ONG por «beneficiarse de la explotación» a la que son sometidos los uigures de la región de Xinjiang. Los de Amancio Ortega «rechazaron firmemente» estas denuncias y aseguraron disponer de «rigurosos controles de trazabilidad que permitieron confirmar que tales acusaciones eran infundadas».
Investigación de Bloomberg
Bloomberg realizó a lo largo de este año dos compras de productos para, posteriormente, analizar sus fibras en el laboratorio alemán Agroisolab GmbH (Jülich). En las pruebas se estudiaron las variaciones en los isótopos de carbono, oxígeno e hidrógeno presentes en la ropa para «comprobar la altitud y otras características de la región» en la que se cultivó el algodón.
Los resultados se contrastaron con los obtenidos con otras telas que el medio obtuvo de una empresa estadounidense con operaciones en China, cuya identidad no ha sido desvelada. También se hizo la comparativa con una muestra que el propio laboratorio alemán había obtenido en la región.
Muestra típica de Xinjiang
El director ejecutivo de Agroisolab, Markus Boner, confirmó que las pruebas del primer lote de prendas de Shein –que incluía pantalones y una blusa– evidenciaban que se trataba de una muestra típica de Xinjiang. El segundo lote, en el que había pantalones cortos y un vestido, mostraba unas variaciones ligeramente más altas, aunque su proporciones de isótopos de carbono, hidrógeno y oxígeno «coincidían con las dos pruebas del rango que indican un origen muy probable en la zona china».
El laboratorio también descubrió que una quinta pieza, en este caso una sudadera, «probablemente era una mezcla de algodón de Xinjiang y otra tela».
Shein, por el momento, no ha rebatido el estudio de Bloomberg ni ha aclarado si el algodón que utiliza procede de la región china. La compañía hace frente a las acusaciones sobre la dudosa procedencia de sus prendas respondiendo que hace auditorías internas para garantizar que la compañía «cumple todos los requisitos legales de los países en los que operan«. En este sentido, a principios de año comenzó a trabajar con el laboratorio Oritain (Londres), que utiliza el mismo tipo de pruebas que Agroisolab, para fortalecer la cadena de suministro de la compañía.
Este laboratorio londinense rechazó la propuesta de Bloomberg de analizar las prendas del gigante de la moda barata alegando un «conflicto de intereses».
Problemas en Estados Unidos
A principios del año pasado una nueva normativa en Estados Unidos prohibió el algodón procedente de esta región. El Congreso terminó por ampliar la prohibición a todos los productos, incluidas las materias primas, en aplicación de la Ley de Prevención del Trabajo Forzoso.
Esta postura no es exclusiva del Gobierno estadounidense. La Comisión Europea también quiere prohibir las importaciones de productos fabricados con trabajos forzosos. En el mes de septiembre el ejecutivo comunitario presentó una propuesta legislativa para que la UE no pueda importar estos productos.
La situación de Shein en Estados Unidos podría complicarse a raíz de este informe. Reconocer la procedencia de este material podría afectar a la imagen de la compañía y disuadir a los consumidores de comprar prendas de la marca. Pero, según apunta Bloomberg, negarlo podría molestar en Pekin, ya que han negado en reiteradas ocasiones las acusaciones de trabajos forzados.
Como ejemplo de perjuicio que le podría ocasionar está el caso de H&M. Tras anunciar que dejaría de usar algodón de Xinjiang, el Gobierno chino orquestó un boicot que terminaría por suprimir los productos de la marca sueca en Tmall, la plataforma de comercio electrónico propiedad del grupo Alibaba.