Se busca consejero delegado. Razón: Codorníu y Freixenet
Codorníu y Freixenet, los dos líderes del cava, están descabezados mientras las ventas se mantienen estancadas. Los accionistas sacuden a los ejecutivos
No se trata de una oferta publicada en Linkedin, aunque sí es un caramelo para las principales agencias de búsqueda de directivos del país. Freixenet y Codorníu, las dos grandes empresas del sector del cava, buscan un primer ejecutivo ajeno a las familias que han controlado tradicionalmente ambas compañías. La misión: vender más botellas fuera de España y exprimir unas ventas estancadas desde hace años.
Si bien ambos productores quedaron descabezados en circunstancias distintas, sí comparten varias paradas en el recorrido que les ha llevado hasta la actual falta de liderazgo. Sociedades dirigidas tradicionalmente por familiares que fueron incapaces de adaptarse a los estándares de rentabilidad ni de internacionalizarse ante el freno de las ventas en la Península Ibérica.
El caso que más titulares ha protagonizado en los últimos meses es el de Freixenet. Tras dos años de negociaciones, Henkell adquirió en marzo el 50,7% de la empresa de Sant Sadurní d’Anoia. Así, desmantelará el tradicional consejo familiar en favor de una cúpula con José Luis Bonet –hasta ahora presidente–, un representante de los Ferrer y tres directivos colocados por el grupo alemán.
Tres ejecutivos procedentes de Henkell aterrizarán en las bodegas de Freixenet en las próximas semanas
Los ejecutivos procedentes de la firma germana tomarán la dirección financiera, la comercial y la de producción. A falta de conocer sus nombres, La Vanguardia apuntaba en el momento de producirse la operación que uno podría proceder del entorno de Demetrio Carceller, presidente de la cervecera Damm.
Los directivos toparán con un plan industrial sobre la mesa que puede incluir recortes en materia laboral y despidos para los trabajadores. Los sindicatos ya preparan la venda antes de la herida: “lucharemos para garantizar la ocupación en todas las filiales del grupo”, explican desde el sindicato CCOO.
Bajar costes será clave para una compañía que en el ejercicio 2016/2017 facturó 535,1 millones de euros y ganó apenas 8,4 millones, cuatro veces más que los 2,3 de la temporada precedente. No obstante, el flamante equipo directivo también deberá incrementar los ingresos, que en el caso de Freixenet ya proceden en un 82% desde el exterior.
Las sinergias en su primer mercado, Alemania, al incrustarse en la órbita del gigante dr.Oetker –matriz de Henkell— serán clave para potenciar la distribución de los productos del líder del cava.
Con unas ventas estancadas y parte del accionariado en rebeldía, Freixenet apartó a Javier Pagés de la gestión
Si la venta de Freixenet estuvo trufada de tensiones entre sus propietarios, las discrepancias en el capital también costaron la cabeza a Javier Pagés al frente de Codorníu. Camuflada en forma de ascenso hacia una presidencia no ejecutiva, los accionistas de la empresa más antigua de España forzaron un cambio al frente de la firma y la apuesta por un consejero delegado externo a la familia.
“Buena parte del accionariado considera que la dirección necesita un nuevo impulso después de que las ventas no terminen de despegar”, justificaban hace unas semanas a Economía Digital. “Se ha buscado una salida honrosa para Pagés. Que le mantenga en el consejo por todos los años en el cargo”, añaden. Así, sustituirá en la presidencia a Mar Raventós, que se jubilará a final de año al perder el pulso con los díscolos.
Mientras los rebeldes sondean, de momento sin éxito, la venta de su paquete en la cavista, en el consejo de administración ya se ha formado una comisión específica para encontrar un nuevo primer ejecutivo. Todavía en fase inicial –el traspaso de poderes no se producirá hasta finales de 2018–, se busca un directivo «de máximo nivel» capaz de liderar una empresa multinacional.
Remontar las cifras de la compañía será de sus primeras misiones. En el año 2016/2017 los ingresos fueron de 236 millones de euros, un millón menos que en el 2009/2010. Según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil, la cifra de negocios no superó los 240 millones de euros durante los últimos siete ejercicios. Mayores vaivenes dieron los resultados, aunque jamás alcanzaron las cotas deseadas por parte del accionariado: 4,7 millones de euros fue el pico más alto cosechado, mientras que unas pérdidas de 5,3 millones fueron el suelo.