Sandra y Marta Ortega: nueva etapa en los imperios de las herederas de Zara
En la misma semana, mientras Ortega Pérez ascendía a la presidencia de Inditex y presentaba en A Coruña la exposición del fotógrafo Peter Lindbergh, París acogía la inauguración de una de las apuestas inversores de Ortega Mera en el terreno hotelero
Sandra y Marta Ortega atraviesan etapas de cambio, cada una en sus respectivos negocios. La primera activó este ejercicio una revisión de las inversiones que acomete con su holding, Rosp Corunna, que se nutre principalmente de su participación de un 5% en el capital de Inditex. La segunda se prepara para asumir el próximo abril el puesto de presidenta no ejecutiva del grupo textil. Será entonces cuando Pablo Isla, hasta ahora presidente, salga de una compañía que, según los analistas, cerrará el ejercicio 2021 con récord de beneficios pese al Covid. Ambas, herederas directas de los cofundadores de Zara, Amancio Ortega y Rosalía Mera, juegan papeles clave en sus respectivas empresas, aunque con roles distintos.
Para muestra, un botón. En una misma semana, Marta Ortega ha ascendido (todavía de forma virtual) a la presidencia de la primera textil del mundo y ha ejercido de anfitriona de políticos e históricas top models en A Coruña en la inauguración de una retrospectiva sobre el famoso fotógrafo de moda Peter Lindbergh, quien fue amigo personal de la futura presidenta de Inditex. Casi al mismo tiempo, en el número 30 de la Avenue George V de París se inauguraba , después de la parálisis de la pandemia, un hotel Bulgari. Un activo en el que Sandra Ortega habría invertido a través de 30AGVH1, sociedad de la que, a cierre de 2020, poseía una participación de un 45% y que está domiciliada en Luxemburgo. No es la primera vez que la hija y heredera de la fortuna de Rosalía Mera realiza negocios relacionados con esta cadena de lujo. Su madre ya invirtió en otro hotel de la firma en Londres. Tres años después de su apertura, Ortega Mera se deshizo de su participación, lo que, se calcula, le habría reportado unas plusvalías cercanas a los 50 millones de euros.
Similitudes y diferencias
En la trayectoria de Sandra y de Marta Ortega hay puntos en común, aunque también muchas diferencias. La primera, nacida en 1968, estudio Psicología en la Universidad de Santiago de Compostela. Desde que se licenció, su carrera profesional la hizo, codo a codo con su madre, en la Fundación Paideia, entidad social impulsada por la primera mujer de Amancio Ortega y que, desde 1986, se ha centrado en proyectos de economía circular que apuestan por la inclusión laboral de colectivos en riesgo de exclusión y por el emprendimiento femenino y de personas con discapacidad. Consultadas por Economía Digital Galicia, distintas personas que han trabajado con ella aseguran que lleva “muy directamente” el control de la fundación y de todos los proyectos en los que participa. “Las veces que interactué con ella siempre me pareció que no era una mera mecenas. Tiene control sobre lo que ocurre en Paideia y sabe mandar. También me sorprendió su normalidad, no me pareció ni una pija ni una persona con la vanidad que le puede otorgar su patrimonio”, expone un antiguo cargo público de A Coruña.
Al margen de su papel clave en Paideia, Sandra ascendió a la presidencia de Rosp Corunna tras el repentino fallecimiento de su madre, en 2013. Presidenta también de sus sociedades de inversión colectiva (Soandres y Breixo), el pasado año rompió la costumbre de no sentarse en los consejos de administración de sus participadas, para coger un sillón en el máximo órgano de dirección de Pharma Mar, biotecnológica gallega que representó una de las históricas inversiones de Rosalía Mera.
En el caso de Marta Ortega, si bien es cierto que lleva 15 años trabajando en Inditex (actualmente en Zara Woman, bajo la tutela de la histórica Beatriz Padín, que lleva en el grupo desde 1985), hasta ahora, nunca había ocupado un cargo de responsabilidad en la cúpula de la compañía. Nacida en Vigo en 1983, en su caso, se graduó en International Business por la European Business School de la Regents University de Londres. También ella está presente en la obra social de su padre, la Fundación Amancio Ortega, aunque de una forma menos notoria que Sandra Ortega en Paideia. No obstante, desde 2015 ocupa una vocalía en la institución, cuya cara visible está representada en la figura de su madre, Flora Pérez Marcote, que ejerce de vicepresidenta.
La distancia ‘fotográfica’
Los analistas habituales de las figuras que conforman el universo Inditex destacan que, si bien Ortega Mera heredó el carácter enérgico de su madre, también adoptó la famosa discreción de su padre. Un dato lo evidencia: si bien Rosalía Mera no rehusaba aparecer en ruedas de prensa sobre las iniciativas de Paideia, Sandra no siguió ese camino. Apenas hay fotos de ella en los medios de comunicación. Tampoco se sienta en el consejo de Inditex y ha vivido desde la distancia, aunque informada, el proceso que desembocará en la salida de Pablo Isla y la presidencia de Marta Ortega.
Ocurre lo contrario en el caso de Marta Ortega. Aunque de igual carácter reservado, la hija de Amancio Ortega y Flora Pérez Marcote es, desde hace años, una cara habitual del papel couché. Nunca había hecho declaraciones públicas hasta este septiembre, cuando The Wall Street Journal publicó un profético reportaje en la que la presentó ante el gran mercado como “el arma secreta de Zara” y en donde ella manifestaba que estaría “allí donde la empresa la necesitase”. Así, a pesar de ser muda para la prensa, su figura es de sobra conocida. Durante años, las cámaras de los medios de comunicación la han captado en los concursos internacionales de salto que se celebran en el centro hípico que su padre le construyó en Larín (Arteixo), cerca del cuartel general de Inditex. Tampoco se escondió en 2018, cuando se casó en segundas nupcias con Carlos Torretta en una multitudinaria boda que fue fotografiada por medios e instagrameada por invitados. Ni siquiera la semana de su nombramiento público como próxima presidenta de Inditex, en la que se publicaron distintas instantáneas de la misma como anfitriona de la exposición de Lindbergh, por la que pasaron desde el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo hasta la icónica Naomi Campbell.
La coincidencia del cambio
Pero, al margen de su enorme distancia en cuanto al grado de exposición pública –algo que, posiblemente, también determina sus distintos roles profesionales tanto en Rosp Corunna como en Inditex– también existen coincidencias en el camino que recorren. La principal, la etapa de cambios que ambas atraviesan.
Sin haber ejercido puestos de relevancia en el organigrama de Inditex hasta ahora, el próximo abril, Marta Ortega desembarcará en la presidencia de Inditex. Será un cargo no ejecutivo, eso sí, y lo desempeñará acompañada de un nuevo comité de dirección conformado por hombres y mujeres de la vieja guardia de Amancio Ortega. No solo estará Padín, también Pablo del Bado, sus tíos Óscar y Jorge Pérez Marcote, Begoña López-Cano Ibarreche, Miguel Díaz Miranda, Ignacio Fernández Fernández y Javier García Torralbo. A ellos se les une el nuevo consejero delegado, Óscar García Maceiras, abogado del Estado y ex del Santander y la Sareb que, aunque con pocos meses dentro del grupo, cuenta con el beneplácito de José Arnau, vicepresidente de Pontegadea y cargo clave en todo este proceso de cambios dentro del grupo. Una operación diseñada desde hace meses pero que, tal y como informó Economía Digital Galicia, se aceleró en sus últimos compases.
Si bien las grandes casas de análisis presuponen que el proceso de transición en Inditex no conllevará grandes turbulencias a medio y largo plazo, la realidad es que, aunque arropada por históricos pesos pesados de la compañía, Ortega Pérez da un paso al frente en una transición que aún tiene muchas incógnitas, especialmente en lo relativo a la definición de su futuro papel y a la sorpresiva marcha de Pablo Isla del grupo, en la que habría jugado un papel clave la distancia entre los equipos de quien fue CEO de Altadis y la familia política del fundador, apoyada por Arnau.
También Sandra Ortega atraviesa un momento de transición en sus negocios, con relevos en su cúpula. La presidenta de Rosp Corunna, que cerró el año del Covid con unos números rojos de 91 millones, revisa sus inversiones, especialmente la que tiene que ver con su 31% en la hotelera Room Mate. La empresaria coruñesa ha puesto a la venta su participación que, además, ha sido germen de sus desencuentros con José Leyte, el histórico número dos de su madre y con quien rompió relaciones laborales a finales de 2020. Ahora, ambos están enzarzados en una guerra que se disputa en los juzgados.
El caso que se dirime en los juzgados de A Coruña pasa por una demanda laboral de Leyte contra su ex jefa y, a la vez, por dos querellas penales cursadas en otros dos juzgados por la hija de Amancio Ortega contra quien durante veinte años pilotó Rosp Corunna.
El caso en el que se reclaman las responsabilidades penales contra Leyte se sustancia en la presunta suplantación de la firma de Sandra Ortega en las cartas de patrocinio (avales) con las que hasta cinco entidades financieras inyectaron 130 millones en Room Mate cuando estaba quebrada. Según la versión de la acusación, Leyte habría sido el artífice de esa suplantación, sin conocimiento de la empresaria. El ejecutivo, sin embargo, argumentó ante la jueza que era una práctica habitual.
Así, con similitudes y diferencias, enfrentan Sandra y Marta Ortega nuevas etapas de cambio tanto en Rosp como en Inditex.