Sandra Ortega y Amancio López redefinen su estrategia hotelera tras el golpe del Covid
La sexta ola del Covid pilla a Sandra Ortega, la mujer más rica de España, y al presidente de Hotusa en pleno proceso de reordenación de sus activos hoteleros, apostando por el segmento del lujo
De Meliá a IAG, los valores turísticos volvieron a derrumbarse en bolsa esta semana tras la irrupción de la nueva variante del Covid, la Omicron. El nuevo repunte del coronavirus pilla a muchas de las grandes fortunas de España en general (y de Galicia en particular) en pleno proceso de redefinición de su estrategia hotelera. Dos de los principales exponentes son Sandra Ortega y Amancio López Seijas. La mujer más rica de España y dueña de un 5% de Inditex y el presidente de Hotusa, compañía que recibió la friolera de 241 millones de euros de la SEPI para poder paliar la situación a la que la abocó la pandemia el pasado 2020. Ahora, mientras las restricciones vuelven a llamar a la puerta, ambos empresarios, una de A Coruña y otro de Chantada (Lugo), redoblan su apuesta por los activos de lujo mientras reestructura su cartera inmobiliaria.
Hotusa: rescate y reordenación
El golpe del Covid causó un agujero de 130 millones a Hotusa. Esas fueron las pérdidas registradas en 2020 por la cadena hotelera de Amancio López, que recurrió a todas las ayudas disponibles para salir del trance. Los ERTE sirvieron para reducir el impacto de los establecimientos cerrados a causa de la pandemia, pero también los créditos ICO, nada menos que 105 millones a través de las distintas filiales del grupo; y la financiación adicional habilitada a través de la SEPI, 241 millones del fondo para reflotar empresas ahogadas por el coronavirus.
Rearmada financieramente, para lo que también puso a la venta alguno de sus hoteles, el grupo ha pasado a la ofensiva en la nueva normalidad, ahora ensombrecida por la aparición de la nueva variante del Covid y el temor a una escalada hacia las restricciones más duras. Amancio López reordenó internamente el grupo en tres áreas: la de servicios a hoteles, que se integrará bajo la marca Keytel tras absorber a Hotusa Hotels; la de distribución, que opera como Restel, y el área de explotación hotelera, Eurostars Hotel Company.
Reactivar al turista
Además de mantener la inversión en la apertura de nuevos establecimientos, como el Eurostars Universal y el Ikonik, Hotusa ha presentado dos ofertas muy diferenciadas en el mercado. Por un lado, ofrece lujosas habitaciones con precio rebajado, por ejemplo, en el Pazo de Sober (Lugo), donde el programa Hola Galicia permite acceder por 150 euros a habitación doble deluxe con desayuno, spa y late check out a las 16 horas.
Esta promoción estaba pensada para reactivar al turista doméstico tras la reapertura de los hoteles, aunque luego se extendió a viajeros procedentes de cualquier destino. En esta línea encaja también la campaña “Ven a Cenar y te invitamos a dormir” en hoteles de cuatro y cinco estrellas y que atrajo a cerca de 60.000 personas en un año, entre octubre de 2020 y el mismo mes de 2021.
Reordenar las marcas y apostar por el lujo
Si por un lado se trata de devolver al turista el hábito de ser turista, por otro también de fortalecer el mercado en el mismo camino que había seguido el sector español antes del cortocircuito: atraer a un cliente con mayor poder adquisitivo y capacidad de gasto, aumentando el ingreso por alojamiento. Hotusa lanzó recientemente una marca de hoteles premium, Áurea Hotels, en los que engloba activos singulares que ya gestionaba pero que ahora operan bajo una enseña boutique. El propio Pazo de Sober, el Convento Capuchinos de Segovia o el Palacio de Correos de Logroño están en este nuevo segmento y dan una buena idea del nuevo concepto lanzado por la cadena de Amancio López.
Áurea Hotels no solo avanza en la reordenación de las marcas del grupo, sino que también lo posiciona en un turismo más experiencial, más pegado al entorno y de lujo, a priori, tres valores que parecen salir fortalecidos hacia la nueva etapa postcovid, frente a los hoteles urbanos o los de precios más asequibles (Hotusa tiene la marca Crisol en este segmento).
Ortega sale de Room Mate y reordena EEUU
Pero, más allá de López Seijas, en Galicia hay más empresarios de relumbrón que abordan un proceso de reordenación de sus apuestas hoteleras. Los negocios inmobiliarios de Sandra Ortega tuvieron un 2020 complicado. Ferrado Inmuebles, la filial de Rosp Corunna (el holding inversor de la hija de Amancio Ortega y Rosalía Mera) cerró el año de la pandemia con unas pérdidas de 128 millones de euros y, sobre el papel, en causa de disolución, ya que, a fecha del pasado diciembre, el patrimonio neto de la sociedad era inferior a la mitad de su capital social. El principal agujero negro de la compañía se encuentra en sus activos hoteleros en suelo estadounidense. La cabecera del grupo en ese territorio, Ferrado Properties, contabilizó 128,3 millones en negativo. La reordenación es esta localización está ya en marcha.
Tal y como se anunció este mes, Barceló pasará a gestionar uno de sus hoteles en Palo Alto, al lado de Sylicon Valley, bajo la nueva marca El Prado. Además, según medios americanos, Ferrado también habría realizado otra operación, en este caso de desinversión, al abandonar el inmueble que tenía alquilado en West Hollywood y que, hasta principio de año, explotaba a su vez la famosa cadena Standard.
El otro gran movimiento en marcha de Rosp Corunna en el terreno hotelero pasa por desinvertir en Room Mate, la cadena de Kike Sarasola. La ejecutiva gallega es accionista, con un 31% del grupo y, además financiadora. Las últimas cuentas de la compañía en el Registro Mercantil, las del año 2019, evidencian que Rosp Corunna Participaciones Empresariales mantiene créditos a largo plazo con Room Mate por valor de 26,59 millones de euros, al margen de un crédito deteriorado de 2,1 millones. Según publicó El Condifencial, el grupo inversor coruñés estaría dispuesto a traspasar su participación al grupo TPG por un euro, antes de verse obligado a capitalizar más deuda. La hotelera ha solicitado a la SEPI un rescate de más de 50 millones de euros.
La apuesta por el lujo
No obstante, la poseedora del 5% de las acciones de Inditex mantiene a día de hoy dos grandes proyectos hoteleros que se asientan sobre el mercado del lujo. Uno, el hotel Bulgari de París. Otro, un resort en la península de Troia, en Portugal.
La madre de Sandra Ortega, la ya fallecida Rosalía Mera, hizo un buen negocio hace años con la cadena Bulgari. En 2012, la firma de lujo abrió un hotel en Londres cuya accionista mayoritaria era la empresaria a través de Rosp Corunna. Según José Leyte, histórico número dos de Mera y ahora enfrentado con Sandra Ortega en los tribunales, la operación fue redonda, ya que Rosp firmó la preventa de uno de los apartamentos del establecimiento por 90 millones de libras para, tres años después de su apertura, vender el inmueble por 270 millones.
De momento, se desconoce si Ortega Mera pretende replicar la operación, pero lo cierto es que, de nuevo, Rosp Corunna participa como socia en un nuevo activo hotelero de la cadena, en este caso en París. Tras retrasarse su apertura por causa del Covid, está previsto que el próximo 2 de diciembre Bulgari inaugure su hotel en el número 30 de la Avenue George V. La ejecutiva canaliza su inversión en este activo a través de la sociedad luxemburguesa 30AGVH1, de la que posee el 45%. Las últimas cuentas consolidadas de Rosp Corunna destacan que el grupo mantiene créditos a largo plazo con esta filial por valor de 69,2 millones de euros. Según la página web del Bulgari, una habitación este mes de diciembre para una persona podría conseguirse en una horquilla de precios, dependiendo de la estancia, que oscila desde los 1.500 y los 35.000 euros.
En Portugal, Ortega también ha iniciado las obras de su resort de lujo Na Praia, un complejo de lujo con hotel de cinco estrellas, instalaciones deportivas y tres zonas residencias que, según la prensa lusa, lleva aparejada una inversión de unos 200 millones de euros. La ejecutiva desarrolla este proyecto a través de la sociedad Ferrado Nacomporta, con la que en 2016 compró a Sonae los terrenos por un importe cercano a los 50 millones de euros. En la actualidad, elevó su participación en esta sociedad al 95% después de, en 2020, adquiriese a uno de los accionistas “un 5% de las acciones por un precio de 2,5 millones de euros”.