Roberto Cibeira, CEO de Pontegadea, testigo en el juicio por la Torre Cepsa
Además del primer ejecutivo del brazo inversor de Amancio Ortega, este mes también testificará la consejera delegada de Bankinter dentro de la causa que investiga la Audiencia Nacional
Roberto Cibeira, el consejero delegado de Pontegadea, el brazo inversor de Amancio Ortega, declarará en calidad de testigo este mes en la Audiencia Nacional en el marco del proceso que investiga presuntas irregularidades en el proceso de compraventa de la conocida como Torre Foster o Cepsa, que fue adquirida por la patrimonial del hombre más rico de España en 2016 a Muscari, después de que esta ejecutara su derecho de adquisición a Bankia.
Es decir, Muscari, sociedad del jeque y expresidente de Cepsa Jadem al Qubaisi, adquirió el edificio a Bankia para luego revendérselo a Pontegadea.
En el transcurso de la operación, Bankinter concedió al jeque un crédito puente de 400 millones de euros que supuso a la entidad financiera una sanción del Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias (Sepblac) de 8,2 millones de euros.
Investigación por blanqueo de capitales
Las pesquisas del juez Calama giran en torno a la intervención del fondo de Al Qubaisi, principal investigado por un presunto delito de blanqueo de capitales, a quien, en un principio, las autoridades no han podido localizar.
En concreto, los investigadores dudan de la procedencia de las cantidades iniciales que el magnate árabe desembolsó en virtud del contrato firmado en 2013 para alquilar a Bankia la por entonces Torre Foster para trasladar allí la sede de la petrolera, contrato en el que se acordó una opción de venta que se ejecutó en 2016.
El pasado 17 de marzo ya declararon, también como testigos, el expresidente de Bankia José Ignacio Goirigolzarri y el que fuera su «número dos» en la entidad, José Sevilla. Ante el juez, ambos justificaron la operación porque el contrato firmado no permitía dar marcha atrás.
La historia de la torre Foster
La torre, diseño del arquitecto Norman Foster, era propiedad de Caja Madrid -después, integrada en Bankia- desde 2007, año en el que se la compró a Repsol por unos 815 millones de euros mientras aún estaba en construcción y poco antes del estallido de la crisis financiera.
En 2013, Bankia alquiló las instalaciones a Cepsa, propiedad del fondo de Abu Dabi Ipic, para que la petrolera estableciera en ellas su sede central.
Ya entonces estableció una posibilidad de que Muscari, que fue quien realizó la operación, ejerciera una opción de compra sobre el edificio.
El contrato establecía un periodo de alquiler de ocho años prorrogables por otros siete, y que el inquilino pudiera ejercer en 2016 una opción a compra sobre el inmueble, con el fin de asegurarse unos ingresos a futuro como parte de los requisitos que le eran exigidos para recibir ayudas públicas.
El fondo prefirió a Pontegadea
Muscari comunicó entonces a Bankia su intención de ejercer dicha opción para, posteriormente, vender el edificio a un tercero, que tendría que mantener las condiciones de arrendamiento en su día firmadas con el banco.
Entre las ofertas recibidas, la presentada por Pontegadea, fue la preferida a pesar de no ser la más elevada económicamente; no obstante, el fondo habría valorado en su elección la liquidez del inversor y su seriedad.