Ejercicio agridulce para el capital riesgo de la Xunta. Sodiga, la firma especializada que depende de Xesgalicia, el brazo inversor del Gobierno gallego, transitó en 2017 por un año atípico, en el que sus ingresos financieros, que es la savia de su negocio, cayeron, al igual que sus beneficios. Lejos han quedado los años de crisis, que golpearon el balance de Sodiga a base de quebrantos y dotaciones extra, pero lo cierto es que sus resultados han caído a la tercera parte en solo un año.
La cuenta de resultados de Sodiga muestra un beneficio neto de apenas 444.555 euros en 2017, frente a un resultado positivo, el obtenido en 2016, de 1,2 millones de euros. Como sociedad de capital riesgo que es, Sodiga computa como ingresos los intereses de sus créditos, dividendos de sus participaciones y otros rendimientos similares. Pues bien, el volumen de negocio de la firma, el conjunto de esos ingresos, cayó hasta el millón de euros en 2017, frente a los 1,3 millones que había logrado un año antes.
Menos ingresos por enajenaciones
En esta evolución ha sido determinante el acusado descenso de resultados por enajenaciones; es decir, por desinversiones, lo que para una empresa convencional se podría entender por resultado atípico. Si en 2016 Sodiga había logrado casi 700.000 euros por enajenaciones y ventas accionariales, el año pasado fueron apenas 64.000 euros.
Dentro de los movimientos en sus participadas, Sodiga destaca en su memoria varias operaciones. Entre ellas, la destinada al grupo vigués Matrigalsa, dedicado a la construcción de moldes industriales e inductores. La sociedad de capital riesgo destinó 1,7 millones de euros a aumentar su participación en la compañía, que alcanza actualmente el 20% del capital.
De la oreja de mar a Dairylac
Otra de las operaciones estrella ha sido la de Galician Marine Aquaculture, compañía en su día participada por Rosp Corunna, grupo de Rosalía Mera. Al margen ya de la heredera de la inversora coruñesa y ex mujer de Amancio Ortega, Galician Marine Aquaculture, dedicada a la producción intensiva de oreja de mar, recibió dos inyecciones de Sodiga, por importe conjunto de casi 350.000 euros, hasta llegar a controlar un 25% de su capital.
En julio era la láctea Dairylac la que recibía otros 333.000 euros de Sodiga en forma de compra de acciones. En total, el capital riesgo de la Xunta tiene un 25% del capital de la compañía. A Dairylac, a mayores, le concedió un préstamo participativo de 2,3 millones.
El 2017 también fue un año de retiros accionariales para Sodiga, en parte derivados de los contratos de compraventa que había firmado en años anteriores para participar en empresas. Es el caso de las salidas de Unvi Carroceros, Naviera de Galicia (Navigasa), Losán Benelux BV y Cablerías Auto. Sodiga apenas ingresó plusvalías de 30.000 euros por esas ventas.