Repsol busca adelgazar 2.500 millones más antes de engordar

Repsol adelanta a los inversores que busca oportunidades para vender activos de exploración y producción por 2.500 millones de euros

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Rotación de activos. Estas son las palabras mágicas que últimamente quieren escuchar analistas e inversores. Son mágicas porque son sinónimo de movimiento, de que una compañía no es inmóvil ante un mundo cambiante. Si un activo no es lo suficientemente rentable, se desinvierte sin sentimentalismos. Y en eso está Repsol.

La mayor petrolera española está a la espera de que CVC y la familia March cierren los acuerdos y autorizaciones para tomar su 20% de Gas Natural, operación con la que Repsol recibirá 3.800 millones. Es el ejemplo de un activo que viene de muy atrás y que en las oficinas de la petrolera se dieron cuenta de que ya restaba más que sumaba. Pero habrá más ventas. En concreto, 2.500 millones más en exploración y producción.

Repsol rotará activos poco rentables de exploración y producción antes de hacer nuevas compras

Las desinversiones de la compañía presidida por Antoni Brufau no se van a limitar a Gas Natural. La rotación va a afectar también a la actividad de exploración y producción, lo que denominan upstream. Según explicó la pasada semana a analistas e inversores, Repsol busca vender activos de ese ámbito antes de acometer grandes inversiones como la de Talisman en 2015.

En una cena en Madrid y un almuerzo en Londres, el grupo dirigido por Josu Jon Imaz aseguró al mercado que, antes de hacer más compras en upstream, rotará activos poco rentables hasta el 20%, según explicaron fuentes financieras a Economía Digital. Desde Repsol evitaron hacer comentarios.

La compañía no dio muchos más detalles a los analistas, pero fuentes del sector explicaron a este medio que las desinversiones podrían superar los 2.500 millones. Según sus cuentas anuales de 2017, sus activos de exploración y producción tienen un valor neto de 12.553 millones, por lo que el 20% estaría valorado en algo más de 2.500 millones.

Repsol está haciendo la digestión de Talisman, que le costó 10.000 millones, y analiza ventas en varios mercados

Las fuentes consultadas apuntan que la compra de Talisman, por unos 10.000 millones –incluyendo deuda–, aportó a Repsol activos muy interesantes, pero también otros que plantean distintas opciones, por lo que Imaz y su equipo los están analizando para plantear qué hacer con cada uno de ellos, sin que hasta ahora haya transcendido el destino de los mismos.

Repsol realiza exploraciones de gas y crudo y tiene plantas de producción en los cinco continentes. Canadá y los Estados Unidos son dos de los países con más actividad upstream, pero también tienen explotaciones muy importantes en el Reino Unido, Trinidad y Tobago, Venezuela, Malasia, Indonesia, Perú y Brasil, entre muchos otros países.

Si se trata de rotar los activos menos rentables, Europa tiene todos los números, puesto que el valor de las explotaciones en el continente a 31 de diciembre de 2017 era negativo. La mayoría de los activos de la compañía en Europa son el el Reino Unido y Noruega.

Europa es el negocio menos rentable de Repsol en cuanto a exploración y producción

Para las desinversiones, Repsol se plantea varias opciones. Desde vender el 100% de algún activo hasta simplemente mantener la propiedad pero buscar un operador externo que lo explore y lo explote.

También sondea la opción intermedia: vender solo una participación –minoritaria o de hasta el 50%– y dar así entrada a un socio, que puede ser industrial o financiero. Con tantos activos, hay recorrido y todas las opciones están encima de la mesa, según apuntan fuentes bien informadas.

Lo que está claro, al menos así lo expresó Repsol a los inversores, es que solo cuando la rotación esté completada, procederá a nuevas inversiones en este campo. O, lo que es lo mismo, hasta que no haya hecho bien la digestión de Talisman no volverá a sentarse a la mesa.

Así invertirá Repsol los 3.800 millones de Gas Natural

Los directivos de Repsol también hablaron a los inversores de la venta del 20% de Gas Natural y, sobre todo, de lo que hará con esos 3.800 millones. Imaz definirá el futuro de la compañía en el nuevo plan estratégico que presentará antes de verano, pero ya adelantó algo a los analistas.

El planteamiento de la petrolera es destinar aproximadamente una tercera parte de la venta a tres finalidades distintas. Un tercio irá a crecimiento orgánico en exploración. Es decir, a invertir en los activos que ya tiene, y que necesitan dinero para su desarrollo, para sacarles así el máximo partido.

Otra tercera parte irá a inversiones en gas, más allá de la exploración, que ya desarrolla. Es decir, en actividades que hasta ahora no podía hacer por entrar en competencia con Gas Natural. Imaz aseguró en la presentación anual de resultados que no entrarán en negocios regulados, por lo que la comercialización en España se descartaría, pero sí que podría actuar como distribuidor.

El último 33% irá al resto de negocios, relacionados con fuentes alternativas de energía, renovables, baterías, etc., así como a movilidad sostenible. En este caso se tratará tanto de crecimiento orgánico –potenciar lo que ya tiene en estos ámbitos– como inorgánico –ir de compras–.

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