Reganosa y Enagás mantuvieron su pulso en los tribunales semanas antes de firmar la alianza

La regasificadora de Mugardos interpuso un recurso contencioso contra la resolución del pasado 2 de febrero por la que Competencia estableció el régimen económico singular para la planta de El Musel, en cuyo capital entró posteriormente tras alcanzar un acuerdo con Enagás

Planta regasificadora de Enagás en El Musel / Enagás

Planta regasificadora de El Musel / Enagás

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De rivales a socios en tiempo récord. El pasado 28 de febrero, Enagás y Reganosa anunciaron un acuerdo que supuso poner fin a décadas de tensiones con el negocio gasero como telón de fondo y dar paso a una nueva etapa como socios. Los de Antonio Llardén pactaron adquirir la red de gasoductos de la compañía gallega, de 130 kilómetros, a un precio de 54 millones de euros. La segunda se hizo con el 25% de la planta de El Musel, en Asturias, por 95 millones de euros. Se trata de un factoría que aún no está operativa, tras años paralizada, y que, históricamente destinada a ser rival de los de Mugardos, ha acabado por ser su participada.

No obstante, un anuncio en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de la Comisión Nacional de los de Mercados y la Competencia (CNMC) revela que la silenciosa batalla entre ambas compañías, ahora socias, se mantuvo activa hasta pocas semanas antes de su alianza.

Según el mismo, Regasificadora del Noroeste SA interpuso un recurso contencioso-administrativo contra la resolución de pasado 2 de febrero de 2023 por la que se estableció un régimen económico singular y de carácter temporal para la planta de regasificación de El Musel. La citada resolución, y por tanto la ofensiva judicial, se produjo el mismo mes en que que la compañía participada por el Grupo Tojeiro y la Xunta y la entonces única dueña de la planta asturiana llegaron a un acuerdo.

Compensaciones a El Musel

La planta asturiana de recepción, almacenamiento y regasificación asturiana se construyó entre los años 2010 y 2013, aunque se mantuvo desde entonces en régimen de hibernación tras distintos problemas con la tramitación de las instalaciones. Con la crisis por la guerra en Ucrania llegó, por fin, la luz verde a su puesta en funcionamiento, determinando el Gobierno la necesidad de su uso para el suministro de gas con destino el extranjero, contribuyendo a la seguridad energética de la Unión Europea.

En este contexto, Enagás solicitó a la CNMC la aplicación de un régimen económico singular y temporal, estimando esta una retribución con cargo al sistema de 25,3 millones de euros en 2024 que irán disminuyendo hasta los 22,9 millones en 2026. “Ello permitirá rebajar el coste anual reconocido de la planta para el sistema gasista e iniciar su amortización”, destacó Competencia.

Esta resolución habría sido recurrida por Reganosa, en una operación que se enmarca dentro de las tensiones que ha mantenido con Enagás a lo largo de los años.

«Tiempo nuevo» y «relación inmejorable»

En cualquier caso, para Enagás y Reganosa procesos como este no son más que un eco del pasado. Sobre el recurso, fuentes de la compañía indican a Economía Digital Galicia que «es una inercia de procesos anteriores al acuerdo de las partes». «Estamos en un tiempo nuevo. Reganosa llega a El Musel como socio industrial para sumar. Este tipo de procedimientos decaerán, como es natural, al cierre formal del acuerdo, que, como es sabido, simplemente está pendiente de las autorizaciones oportunas. La relación con Enagás es inmejorable«, apuntan.

Las zancadillas entre Enagás y Reganosa por causa de El Musel y la eventual competencia entre ambas plantas se reprodujo a lo largo de los últimos años. Por ejemplo, en plena pandemia, de nuevo el BOE, reveló que un total de nueve organismos habían presentado alegaciones para impedir la aprobación de la declaración de impacto ambiental de la planta de El Musel. Entre ellas, Reganosa y la Xunta de Galicia.

Una maniobra, a su vez, que fue entendida por muchos como una respuesta de los de Emilio Bruquetas a las alegaciones que Enagás presentó contra el trámite administrativo de evaluación ambiental que Reganosa tuvo que reactivar en 2019 para poder seguir operando. En el verano de ese año, una sentencia del Tribunal Supremo anuló un acuerdo del Consejo del Ministros de mayo del año 2016 que eximía a la planta mugardesa del trámite de evaluación de impacto ambiental, una decisión que el Alto Tribunal rectificó tres años después.

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