Reganosa recibió otro barco ruso el día después de que Putin cortase el gas a Europa
El metanero 'Fedor Litke' descargó gas natural procedente de Rusia en la terminal de Mugardos este domingo, después de que Gazprom anunciase el corte de suministro a través del gasoducto Nord Stream 1
El gas ruso vuelve a hacer acto de presencia en Mugardos. La terminal de Reganosa en el municipio de Ferrolterra recibió este domingo la buque Fedor Litke. Se trata de un metanero que opera bajo bandera chipirota, que zarpó del puerto ruso de Sabetta el 26 de agosto y que recaló en Galicia el día después del cierre del principal de gasoducto que conecta Rusia con Europa.
Es precisamente en esta ciudad de la península de Yamal en donde se asienta la sociedad Yamal LNG. Ubicada junto a las reservas de gas de South-Tambeyskoye, la rusa Novatek participa al 80% en esta firma, que también tiene en su accionariado a la francesa Total (con un 20%) y que en 2013 selló un contrato a largo plazo con Naturgy para el suministro de gas natural licuado.
Media docena de descargas de gas ruso
De esta forma, el Fedor Litke regresa a unas instalaciones mugardesas en las que ya recaló el pasado 14 de junio. El buque ha protagonizado dos de las seis descargas de metaneros con procedencia rusa en Reganosa. Las otras cuatro embarcaciones han sido el Eduard Toll, Boris Davydov, Vladimir Voronin y el Georgiy Brusilov.
De Rusia han llegado seis de los 16 buques que han recalado en la terminal de Mugardos a lo largo del año. La proporción (un 37,5% del total) es ligeramente inferior al 45,5% registrado en 2021 (aglutinaron 10 de las 22 descargas en Reganosa) pese a la escalada de la tensión con el Kremlin.
La invasión de Ucrania por parte del país que preside Vladimir Putin ha elevado hasta máximos históricos el precio del gas natural. Su cotización en la plataforma holandesa TTF, de referencia para Alemania, llegó a situarse por encima de los 300 euros el megavatio/hora a lo largo de las últimas semanas.
Cierre del principal gasoducto entre Rusia y Europa
Lejos de aminorarse, la tensión por el gas ha vuelto a dispararse como consecuencia del último movimiento de Vladimir Putin. El consorcio estatal ruso Gazprom anunció en la madrugada del viernes al sábado la suspensión completa del tránsito de gas a través del gasoducto Nord Stream I.
La firma controlada por el régimen ruso ha justificado este movimiento por una supuesta fuga de aceite detectada durante el mantenimiento de la única estación compresora aún en funcionamiento. «La explotación de esa unidad compresora sin subsanar los fallos detectados crea un riesgo de incendio o explosión, lo que repercute en la seguridad industrial de toda la estación», ha advertido Gazprom.
Estos argumentos se han topado con la oposición de Siemens Energy. A juicio de la multinacional (encargada de las tareas de reparación), la problemática alegada por Gazprom «no constituye una razón técnica para cesar las operaciones» y, además, «este tipo de filtraciones no suelen afectar a la actividad de la turbina y se pueden arreglar en el lugar».
Gazprom, por su parte, ha recordado que el pasado 2 de septiembre recibió una advertencia del Servicio Federal de Supervisión Técnica de Rusia (Rostejnadzor) esobre la necesidad de suspender la operación de la estación debido a esta avería.
Se trata de un nuevo golpe al suministro de gas de Rusia a Europa por vía terrestre después de varios meses con el Nord Stream 1 operando a cerca del 30% de su capacidad como consecuencia de la avería en una turbina que tuvo que ser reparada en Canadá.
España, principal cliente de Rusia en agosto
El conflicto diplomático con Rusia está impactando de lleno en el gas. No en vano, el país que preside Vladimir Putin alberga las mayores reservas de este mineral, con cerca de 40 billones de metros cúbicos. Es por ello que el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA, por sus siglas en inglés) estima que Rusia ya ha ingresado unos 158.000 millones euros por las exportaciones de gas natural desde la invasión de Ucrania.
El país ha aportado el 10,7% de todo el gas natural consumido en España en el mes de julio, pero los últimos datos del CREA revelan que la dependencia energética se disparó en agosto hasta el punto de que España se convirtió en el principal importador de gas ruso durante este mes. Según sus cálculos, las importaciones ascendieron hasta los 747 millones de euros en un periodo marcado por las altas temperaturas y la sequía, superando así a los 600 millones de Francia o los 526 millones de China.