Realidad virtual e impresoras 3D: así se diseña la Navantia 4.0
Los astilleros activan su revolución tecnológica incorporando al proceso constructor maquetas virtuales de los buques o gafas de realidad aumentada
Cuando a Pilar Platero, la presidenta de Sepi, le pidieron en el Congreso que concretara en qué consistía eso del astillero 4.0. hizo un gesto para indicar que no tenía horas el día para entrar en tanto detalle. Aún así recordó las tabletas de los trabajadores que había visto en los astilleros de Navantia en Cádiz y cómo recogían todo el proceso de producción para “saber dónde está una pieza en cada momento”, relató.
Pero la definición que más ha calado en la empresa pública es la de Ángel Recamán, que por algo es el responsable de la concepción e implantación del plan de digitalización en las instalaciones. Recamán explicó en varias ocasiones que la dirección de Navantia visitó hace cuatro años las instalaciones de otros astilleros alrededor del mundo en busca de una respuesta a la crisis de la empresa, que había perdido la mitad de su cartera desde 2009. La conclusión fue que los buques de Navantia eran buenos, pero el proceso constructivo era muy mejorable.
La revolución tecnológica que prevé el plan estratégico de la compañía nace en ese momento, agitado por las dificultades de la empresa pública y por la evidencia de que en el mundo hay más astilleros que quieren hacer barcos que barcos para hacer. En Ferrol, la implementación de tecnologías digitales está protagonizada por una unidad mixta en colaboración con la Universidade da Coruña conformada por 15 programas y 17 ingenieros.
La realidad virtual llega a Navantia
Las herramientas tecnológicas inciden tanto en la fabricación como en el ensamblaje y diseño de buques, teniendo un último objetivo en la ciberseguridad de los programas. En todas las áreas hay maquinaria propia del cine de ciencia ficción de no hace tantos años.
Impresoras 3D se utilizan para hacer piezas de importante volumen, hasta tres metros. Pilar Platero se refirió, por ejemplo, a las rejillas de ventilación.
La incorporación de robótica y de vehículos autónomos para agilizar las tareas también es una de las claves para lograr competir en “velocidad” con otros astilleros.
Las herramientas tecnológicas permiten tener en formato digital la maqueta del buque que se está construyendo. De esta manera se puede comparar la versión real con la diseñada facilitando la detección de errores.
Mediante tabletas se puede visualizar todo el desarrollo del producto y monitorizar las distintas piezas.
Toda esta tecnología requiere de una plataforma que permita la coordinación y el análisis de datos, para corregir errores y facilitar mejoras. Ahí entraría el llamado IoT, tomar datos de la realidad, y el Big Data, para facilitar el análisis de los mismos. En definitiva, están enfocados a facilitar la toma de (buenas) decisiones.
Trabajar con la universidad… y con la plantilla
Navantia ha enfocado el desarrollo del astillero 4.0. como una oportunidad para generar un particular ecosistema tecnológico mediante la colaboración con las instituciones, como en el caso de la universidad. Pero otra pata clave en el futuro de las instalaciones son los planes de formación para los trabajadores y el rejuvenecimiento de la plantilla que prevé el plan estratégico y que conllevará, presumiblemente, numerosas prejubilaciones en los astilleros.