R llega a la opa de MásMóvil como la ‘joya de la corona’ de Euskaltel

La cablera gallega aportó 100 millones en dividendos al grupo desde su integración en Euskaltel; MásMóvil acuerda blindar el empleo durante cinco años

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La cablera gallega R está a punto de cambiar de manos por tercera vez en poco más de un lustro. La compañía se integró en 2015 en Euskaltel, en la operación que inició la consolidación de un gran grupo de telecomunicaciones en el norte peninsular.

La sala de mandos de la operadora vasca también mutó en 2019, con el ascenso del fondo británico Zegona como primer accionista y el nombramiento del ‘ex’ Jazztel José Miguel García como consejero delegado.

Ahora, la opa amistosa de MásMóvil podría deparar un nuevo cambio de rumbo, además de consolidar al grupo resultante como el cuarto gran operador del sector en España, solo por detrás de las grandes ‘telecos’: Movistar, Orange y Vodafone.

Los suculentos dividendos de R

En el convulso periodo bajo el mando de Euskaltel, la empresa gallega ha sido una de las patas más rentables del grupo. Prueba de ello son los 100 millones en dividendos que ha aportado a los resultados de la operadora vasca en poco más de un lustro a cuenta de sus beneficios.

Al año siguiente de la absorción aportó 27 millones; en 2017 se elevaron a 31,3 millones; el dividendo tocó techo al año siguiente con 38,5 millones; y se hundió en 2019, quedándose en 5,4 millones.

En ese ejercicio, el entonces consejero delegado Francisco Arteche decidió fusionar la operadora asturiana en pérdidas Telecable con R, dando como resultado la caída en números rojos de la nueva sociedad, R Cable y Telecable Comunicaciones.

La empresa gallega pasó de unos beneficios de 44 millones en 2018 en solitario a unas pérdidas al año siguiente de 23,4 millones con Telecable. Aún así, en dos ejercicios el comportamiento de la sociedad fusionada mejoró sensiblemente, reduciendo las pérdidas antes de impuestos a la mitad (7 millones en 2020 frente a los 17 de 2019). El ajuste fiscal permitió incluso que el resultado después de impuestos del año pasado arrojase cifras positivas por valor de 8,4 millones.

Las externalizaciones y la expansión

Hay que tener en cuenta que, en el momento de la fusión con R, Telecable presentaba un resultado de explotación negativo de 40,39 millones y unas pérdidas de 58,33 millones. La directiva de Euskaltel justificó la operación para simplificar la estructura y alegó que lo trascedente era el resultado consolidado del grupo y no el de las filiales. Ambas mantuvieron la marca en sus respectivos territorios.

En paralelo al cambio organizativo se produjeron también externalizaciones de las subcontratas de R, fundamentalmente hacia la sede en Asturias del gigante asiático ZTE, lo que provocó numerosas movilizaciones sindicales en Galicia. Este proceso continuó con el ascenso del fondo británico Zegona en el accionariado de Euskaltel y el inicio de la expansión por el mercado español con la marca Virgin.

Los compromisos de MásMóvil

La opa de MásMóvil irrumpe en medio de este proceso de expansión, ofrenciendo 11,17 euros por acción, lo que supone una prima del 26,8 % sobre el precio medio de las acciones de Euskaltel de los últimos seis meses. Valora la compañía en unos 2.000 millones, por lo que la participación que mantiene Abanca en el grupo vasco tras la absorción de R se situaría por encima de los 80 millones.

MásMóvil cuenta con el respaldo de los tres mayores accionistas de la compañía, que suman 52,32 % de las acciones:  Zegona, Kutxabank y corporación Alba. El éxito de la oferta está supeditado a alcanzar el 75% del capital y la pertinente autorización de los reguladores.

En el acuerdo con los principales accionistas, la compañía se compromete a no aplicar ERE durante cinco años, a preservar la sede en el País Vasco durante el mismo periodo; a priorizar el despliegue del 5G en Euskadi, así como los servicios de banda ancha ultra rápida bajo tecnología FTTH para todos los clientes del grupo.

MásMóvil ha manifestado también su compromiso de mantener las marcas R y Telecable, así como el empleo y la sede en A Coruña de la cablera gallega.  

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