Pymes y economistas de prestigio se vuelcan con Mas y el independentismo
Jordi Galí, Sala-Martín, Puig y Casas se alinean con treinta entidades empresariales para "romper el discurso del miedo" ante el 27S
El Gobierno español admite, y buena parte de los dirigentes de los partidos políticos que están en contra del proceso soberanista en Cataluña, que Mas ha logrado un apoyo de importantes figuras del mundo académico, en el campo económico, y que el discurso independentista ha captado a amplias clases medias, a través de la «ilusión» de construir un país nuevo.
Más allá de asumir o no la realidad, lo cierto es que hasta treinta entidades empresariales, aunque no la principal -Foment del Treball– han expresado este jueves en un acto en La Pedreara un claro apoyo al proceso, junto con economistas que se han convertido en figuras de referencia.
Mejorar la situación económica y social
En el terreno académico se admite, por ejemplo, que si hay un economista en España con posibilidades de ganar el Premio Nobel ese es Jordi Galí, experto en política monetaria, catedrático de la Universitat Pompeu Fabra, y director del Centro de Investigación en Económica Internacional (CREI), que impulsó en su momento el también catedrátivo y actual conseller de Economia, Andreu Mas-Colell.
Pues Galí, junto a otro catedrático, que combina su trabajo de investigación en Estados Unidos, con un papel más histriónico en Cataluña, Xavier Sala-Martín, y Miquel Puig y Joan B.Casas, el decano del Colegio de Economistas, han querido «romper el discurso del miedo» ante el 27S y han apostado por una Cataluña independiente como un instrumento para mejorar la situación económico y social de la actual comunidad.
El futuro de Cataluña
Patronales como Cecot, que preside Antoni Abad, o Pymec, que preside Josep González, entidades como FemCat, junto a cámaras de comercio, han difundido un documento como colectivo El Far, en el que apoyan el proceso soberanista, que han entregado a la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, con la idea de «respetar la voluntad que expresen los catalanes», y acompañarles en su camino, en función de lo que decidan el 27S.
El proceso, asegura el manifiesto, «debe permitir que nuestros conciudadanos puedan libremente y democráticamente expresar su voluntad sobre el futuro del país».
Agravios con otras comunidades
Son entidades que han estado al lado de Artur Mas desde el inicio del proceso, a partir de la Diada de 2012. Y que han obedecido cuando desde el poder político de la Generalitat se ha tocado el silbato. Pero en su seno, aunque hay una gran pluralidad, sí existe una apuesta por el proceso, de empresarios pequeños y medianos que han interiorizado el discurso independentista.
Uno de ellos es Joan B. Casas, que ha destacado el hecho de que más del 70% del gasto en Cataluña esté adjudicado, en referencia a la falta de capacidad de maniobra del gobierno catalán. Casas también ha señalado que Asturias, por ejemplo, «dispone de hasta un 29% más de recursos en Sanidad que Cataluña», y que el reparto en la financiación no es justo con Cataluña.
Sala Martín, independentista convencido, ha señalado que el Estado «está muy débil, por los representantes que tiene», y que la fuerza del proceso independentista es «la ilusión que genera».
Intereses o convecimiento ideológico
Este economista forma parte del llamado colectivo Wilson, que integra economistas de prestigio que investigan, en su mayoría, fuera de España. Entre ellos, además de Galí y Sala-Martín, están Paul Antràs (Harvard); Carles Boix (Princeton); Gerard Padró, (LSE) o Jaume Ventura, (Pompeu Fabra). Y todos ellos desmienten, a pesar de las aseveraciones de los responsables políticos europeos, que una Cataluña independiente quede fuera de la Unión Europea, o del euro.
Los catalanes decidirán el apoyo que le dan el 27 de septiembre a Junts pel Si, la candidatura en la que figura Artur Mas de número cuatro, y que apuesta por el proceso independentista. Lo cierto es que, y eso lo admite el PP, el bloque soberanista ha logrado importantes complicidades, con una estrategia que se ha capilarizado en muchos ámbitos de la sociedad catalana, ya sea por intereses puramente crematísticos o por un convencimiento ideológico.