PSA-Vigo plantea dos ERTEs hasta final de año por la caída de ventas
La dirección de la compañía negocia un ERTE en dos fases por el retorno a la actividad y ante el desplome en ventas del 30% que esperan en este 2020
PSA se prepara para poner en marcha dos nuevos expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) en Vigo ante la previsión de que sus ventas se desplomen un 30% en este 2020. La dirección de la planta mantuvo ayer la primera reunión de negociación del ERTE por causas organizativas y en ella se planteó la aplicación de un ERTE en dos etapas.
Una primera, de 55 días, iría desde el arranque de actividad (previsto para el día 20, pero que sigue sin estar confirmado) hasta el mes de agosto. La compañía ha justificado su plan para poner en marcha este ajuste temporal de empleo por todos los ajustes que se realizarán para el arranque paulatino de la actividad. Comenzará trabajando un único turno por línea de producción durante las dos primeras semanas para, posteriormente trabajar dos turnos por línea otras dos semanas. No sería hasta julio cuando se incorporase el cuarto turno.
La segunda etapa del ERTE arrancaría en agosto y sería de 35 días y en este caso no viene justificada por razones productivas sino por una situación de mercado adversa como consecuencia de la crisis del coronavirus. Y es que fuentes de PSA han recalcado a EFE que su previsión es que las ventas de vehículos sufran un desplome del 30% en este 2020.
Acuerdo antes del sábado
El ajuste laboral que negocia PSA con los sindicatos afectaría solo a aquellos trabajadores a jornada completa y solo entraría en vigor cuando el ERTE por fuerza mayor (que se puso en marcha el pasado 30 de marzo para los más de 7.000 trabajadores de su planta en Vigo) dejase de aplicarse.
El objetivo de los sindicatos es alcanzar un acuerdo antes del fin de semana “ante la posibilidad de que el actual ERTE no esté vigente el próximo lunes ya que depende de cómo se regule legalmente la prórroga del estado de alarma”, aseguran desde Comisiones Obreras, que ponen blindar a los trabajadores eventuales y a aquellos que no renueven su contrato porque son los “eslabones más débiles” en esta situación.