Povisa reduce a la tercera parte las pérdidas con Ribera Salud, pero encadena siete años en rojo

El mayor hospital privado de Galicia continúa abonado a los números rojos. Povisa cerró el pasado ejercicio con 1,15 millones en pérdidas, una reducción sustancial, a la tercera parte, respecto a los 3,6 millones que perdió en 2020. Fue aquel un año condicionado por el estallido de la crisis sanitaria del Covid-19 y el primer ejercicio completo bajo la gestión de Ribera Salud, el grupo valenciano que compró las instalaciones a José Silveira por 22 millones.

Con este resultado negativo, Povisa encadena siete años en números rojos, todos en los que estuvo vigente el concierto de 2014 con el Sergas. Tampoco la modificación del acuerdo en el año 2018, cuando Silveira dijo basta y llevó al hospital al preconcurso de acreedores, sirvió para devolver al centro a la rentabilidad. En ese mismo curso, Povisa perdió 7 millones, mientras que en 2019, con el concierto ya modificado, registró un resultado negativo de 3,2 millones.

Ribera Salud, de compras

A pesar de este balance, el músculo financiero de los nuevos dueños, primero bajo la órbita de Centene Corporation y, a partir de este año, de la francesa Vivalto Santé, parecen asegurar el futuro de las instalaciones. Las reservas de Povisa a cierre del pasado ejercicio ascendían a 34,5 millones, según consta en las cuentas de Primero Salud, el holding que controla el grupo hospitalario. La situación parece más holgada que en 2018, cuando Silveira advirtió del inminente agotamiento de las reservas debido a las pérdidas acumuladas para justificar el preconcurso.

Otra prueba de la liquidez de Ribera Salud es que ha adquirido otros dos hospitales gallegos desde su desembarco en Povisa, el Polusa de Lugo y el Juan Cardona de Ferrol. En el sector no descartan nuevas operaciones de este tipo con los escasos centros independientes que quedan en la sanidad privada gallega, como el Centro Médico Concheiro o el San Rafael de A Coruña. Entre el grupo valenciano, Quirón y HM controlan cerca del 75% de las camas de los hospitales privados de Galicia.

Al margen de posibles adquisiciones, Povisa seguirá siendo la joya de la corona, si no en resultados, al menos sí en tamaño. Tiene instaladas más del 25% de las camas de las que dispone la sanidad privada en Galicia; una plantilla media de más de 1.200 trabajadores; y el concierto con el Sergas le asegura unos elevados ingresos por atender a pacientes de la sanidad pública. La cápita que percibe de la Xunta por ejercer como centro de referencia para más de 100.000 usuarios le permitió también estar más protegido que el resto de centros privados durante el golpe del Covid. A pesar de ello, perdió más de tres millones en aquel ejercicio.

Dos equipos de gestión y tres dueños en cuatro años

En cuatro años, Povisa ha tenido dos equipos de gestión y tres dueños distintos. Silveira traspasó el hospital a Ribera Salud, entonces controlada por Centene. Tres años después del desembarco del nuevo equipo, la corporación estadounidense vendió Ribera Salud a Vivalto Santé, el tercer consorcio sanitario francés, que presta servicio a más de un millón de pacientes. Esta operación no supone cambios en la gestión diaria del centro, según trasladó la consejera delegada de Ribera Salud, Elisa Tarazona, a la propia plantilla y a la Xunta.

“Comenzamos una nueva etapa que supone un paso natural coherente con nuestra estrategia de crecimiento, con las circunstancias y también con los valores que nos definen, y que compartimos con Vivalto, de proximidad, compromiso con la salud de las personas, alianza con los profesionales, conocimiento e internacionalización”, dijo la directiva.