¿Por qué el presidente de Repsol dice que «montañas de carbón» salen de A Coruña a Alemania?

El Puerto de A Coruña disparó el pasado año su tráfico de graneles sólidos, lo que incluye el carbón, que es trasladado a Alemania y Polonia ante los recortes del suministro de gas ruso

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, junto al presidente de Repsol, Antonio Brufau, durante la inauguración de la terminal de la compañía en Punta Langosteira / Xunta

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, junto al presidente de Repsol, Antonio Brufau, durante la inauguración de la terminal de la compañía en Punta Langosteira / Xunta

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Antonio Brufau, el presidente de Repsol, manifestó esta semana en Madrid, en el marco de una charla organizada por la Fundación Seres, que no hay que prohibir los vehículos de combustión, argumentando que un automóvil moderno de este tipo “emite mucho menos en todo su ciclo de vida que uno eléctrico”. Al hilo de esto, aseguró que “la realidad” es que hay “montañas de carbón” que salen del puerto de A Coruña hacia Alemania para producir energía para fabricar vehículos eléctricos.

La aseveración del directivo generó dudas debido a que las operaciones de carbón en las radas de A Coruña fueron cayendo hace años debido al cierre de la térmica de Meirama, operada por Naturgy. No obstante, tiene su explicación, ya que la guerra de Ucrania ha convertido al puerto exterior de Punta Langosteira en un hub de almacenamiento de carbón de cara a su transporte. Ahora, el carbón ya no llega para ser trasladado a las térmicas del entorno, sino que permanece almacenado en la dársena para que otro barco lo traslade al destino. Fuentes del ente portuario indican que los principales son Alemania y Polonia, países que durante todo el año pasado volvieron a quemar carbón ante los problemas con el suministro del gas ruso.

Entre el carbón y el hidrógeno verde

Y es que, curiosamente, mientras que el puerto exterior de A Coruña se prepara para transformarse en un hub ligado a las nuevas energías como el hidrógeno verde (es uno de los emplazamientos en España seleccionados por el gigante naviero Maersk para su inversión de 10.000 millones en metanol verde), ha logrado batir récord de tráfico de graneles sólidos, entre los que se encuentran los cereales, pero también el carbón.

De hecho, el pasado 2022, el tráfico de graneles sólidos en el puerto herculino se disparó un 83%, al pasar de 2,9 a 5,4 millones de toneladas de mercancía. Recientemente, la institución que preside Martín Fernández Prado indicaba que “Punta Langosteira no solo se ha consolidado como el principal centro logístico del noroeste de España en graneles agroalimentarios. También ha conquistado un notable posicionamiento estratégico en el actual contexto del tráfico marítimo internacional, como nodo en el intercambio de mercancías”. “Su ubicación como conector atlántico, los cambios en la organización de las cadenas logísticas globales y sus ventajas competitivas en calados o superficie logística han convertido a Langosteira en el puerto idóneo para la distribución de cargas y su canalización a otros puertos, especialmente en productos como coque, fertilizantes o carbón”, explicaban.

La tendencia ha continuado este principio de año. Si el mes de enero, según los datos de Puertos del Estado consultados por Economía Digital Galicia, se movieron un 12,3% de graneles sólidos más que el mismo mes de 2022, en febrero, el porcentaje se estiró hasta un 63,7%, siendo el segundo puerto estatal con mayor incremento. En los dos meses, Langosteira acumuló un tráfico de más de un millón de toneladas.

Las críticas de Brufau

A pesar de que esta semana llamaron especialmente la atención, las críticas de Brufau a las políticas de descarbonización europeas no son nuevas. El pasado marzo las realizó, precisamente, en A Coruña, en la visita con motivo de la inauguración en el puerto exterior de la nueva terminal de la multinacional.

En Galicia, Repsol tiene en marcha un proyecto junto a Naturgy y Reganosa para desarrollar un hub de hidrógeno verde renovable de hasta 200 megavatios en Meirama, así como un segundo con las mismas compañías para levantar una red de plantas de biometano para generar anualmente 300 gigavatios/hora de energía renovable con 1,2 millones de toneladas de deyecciones ganaderas.

Pese a la apuesta verde, en su visita a Langosteira, Brufau ya indicó, al ver las dársenas con carbón, que la Unión Europea estaba marcando el camino de la transición por la vía de la imposición,  «obviando otros aspectos como la seguridad del suministro y el coste de ese suministro». 

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