Deporte, cuidado del entorno, emprendimiento… El Plan Social de Ence en Pontevedra atrae a cerca de 400 proyectos
Un mes después de su lanzamiento, la nueva edición del Plan Social de Ence, dotada con tres millones de euros, ha recibido un total de 388 solicitudes
Apoyo al deporte y recuperación y cuidado del entorno son las dos grandes áreas que tienen una mayor presencia en la nueva convocatoria del Plan Social de Ence, con 184 y 52 proyectos respectivamente. Desde su lanzamiento el pasado 11 de abril, un total de 388 iniciativas han presentado la solicitud a una nueva edición en la que la empresa, al igual que en años anteriores, destina tres millones de euros.
Entre los proyectos también se encuentran 41 con el área de impulso, 40 vinculados al apoyo de la educación y cultura y 23 destinados a ayudas vecinales.
Este plan es uno de los programas sociales de mayor envergadura de una empresa privada a nivel nacional. Con él la compañía demuestra su activa contribución a la mejora de la calidad de vida de sus vecinos, el cuidado del entorno y el crecimiento económico de la comarca.
Impulso de la economía local
Esta contribución del grupo en Pontevedra se extiende más allá de su papel como uno de los principales motores de la industria y de generación de empleo y riqueza. Así, el compromiso de la compañía con la sociedad se manifiesta con este Plan, que supone un gran impulso para el desarrollo del deporte del deporte base, la cultura, la inclusión, el medio ambiente, el emprendimiento y las acciones vecinales en los ayuntamientos de la zona más próxima a la biofábrica.
Esta iniciativa de Ence resulta de suma importancia para la economía local, puesto que garantiza la continuidad y supervivencia de empresas, clubes, entidades y colectivos especialmente vulnerables, al tiempo que ayuda a impulsar la generación de empleo y riqueza en la comunidad.
Éxito del Plan Social
Las cifras avalan el éxito que ha tenido, y sigue teniendo, este programa. Gracias a ediciones anteriores, un total de 811 proyectos resultaron beneficiarios. Entre ellos se encuentran los presentados por el Colegio Sagrado Corazón de Placeres para mejorar las instalaciones deportivas que se habían quedado obsoletas.
El primero de ellos se presentó en la convocatoria de 2019 y tenía como objetivo la construcción de una pista multideportiva que se utiliza tanto para los recreos como para impartir clases de educación física.
En la edición de este año el proyecto es un poco más ambicioso y tiene como objetivo el desarrollo de una instalación deportiva que pueda ser utilizada por las poblaciones cercanas. «Nuestra intención es montar unas pistas de pádel y de un deporte nuevo que se llama pickleball», explica Rafael Pazos García, jefe de estudios del centro, quien define el programa de Ence como «un beneficio para todos».
Otro de los beneficiarios de ediciones pasadas que también ha presentado solicitud para la nueva convocatoria del Plan Social de Ence es la Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios Rías Baixas. El primer proyecto que recibió fondos del programa consistía en una exposición en la que se narraba la historia de la ría de Pontevedra. «Resultó un importante trabajo de investigación histórica, puesto que se ofrecían datos desde la época de los dinosaurios, de los distintos pueblos que habitaron la zona etc.», explica Rosa Vales, presidenta de la asociación.
Una vez finalizada la exposición, desde Rías Baixas diseñaron unos «librillos» en los que se recogía toda la información que aparecían en los paneles y que incluso llegaron a ser solicitados por personas «que estaban haciendo labores de investigación sobre Pontevedra».
En la segunda convocatoria en la que se postuló la asociación –la anterior al estallido de la pandemia—el proyecto beneficiario fue un curso de cocina online en el que se enseñaba a preparar platos elaborados con productos de la ría como, por ejemplo, mariscos.
En esta nueva edición acceden al Plan Social de Ence para poder renovar los equipos informáticos de la oficina. «Después de la pandemia se ha implantado una fórmula de relaciones sociales en la que todos los trámites hay que hacerlos a través de portales electrónicos. En la asociación tenemos la oficina de atención al consumidor, en la que hacemos muchos trámites para los vecinos como solicitar los bonos sociales para la luz, el Ingreso Mínimo Vital o presentar reclamaciones de seguros o bancos, y necesitamos equipos adecuados para poder hacerlo», explica la presidenta.
En toco caso, desde la Asociación ponen en valor la iniciativa de la compañía ya que supone una ayuda «muy necesaria» para las asociaciones que «cada vez reciben menos ayuda por parte de las instituciones públicas».
Apoyo al deporte
El Plan Social de Ence también representa el compromiso de la compañía con la promoción del deporte. Como ejemplo de ello se puede destacar el apoyo ofrecido a través del programa al equipo de fútbol sala Marín Futsal, que surgió tras la fusión del Ancoradouro, del O Fisgón Futsal y del ED Marín.
Según la presidenta del club, Araceli Otero, «como beneficiarios del programa, una de las cosas que hacemos es invertir el presupuesto en el fútbol base», entendido este como el practicado por los deportistas antes de llegar a nivel profesional.
«Hicimos la fusión de los tres clubes porque entendimos que esa unión era muy importante a nivel de fútbol sala. Ence apoyó a los tres equipos con anterioridad de manera independiente; tras la fusión nos hemos presentado a esta nueva convocatoria», explica.
En la actualidad El Marín Futsal es el único equipo de primera nacional «que apuesta por jóvenes universitarias». «Tenemos a siete chicas que continúan con su formación, aunque algunas ya son seleccionables para participar con España». Gracias al programa de Ence, el club también pone a disposición de los deportistas otros servicios y ayudas como un programa de becas, asistencia de preparadores físicos o de psicólogos.
«El Plan Social es un gran apoyo para muchos colectivos; en nuestro caso es una gran ayuda para seguir destinando presupuesto para la formación que nuestros deportistas necesitan», concluye Otero.