Test, vacunas y fármacos: las ‘biotech’ gallegas plantan cara al Covid
Las gallegas Zendal, ICM, Iberatlantic o Pharma Mar innovan y encuentran oportunidades de mercado con sus soluciones anti-Covid
Galicia emerge como potencia anti-Covid. El sector biotecnológico de la comunidad desarrolla algunas de las principales armas para combatir el coronavirus. Empresas con sede en suelo gallego como Zendal, ICM o Iberatlantic y otras con cerebro y capital gallego como Pharma Mar actúan contra la pandemia tanto por la vía de la producción de la ansiada vacuna como a través de fármacos para sanar a aquellas personas ya enfermas o con test que permitan detectar positivos y aislarlos.
Entre las firmas dedicada a esta última función sobresale el caso de la lucense Instituto de Estudios Celulares y Moleculares (ICM), el primer laboratorio privado de genética de toda España. La compañía ha desarrollado y comercializa unos test de saliva con fiabilidad del 95% y resultados en 24 horas.
La firma tiene capacidad para procesar más de 3.000 pruebas al día desde su laboratorio en Lugo y ha abierto una nueva fuente de ingresos que complementa a la que hasta ahora era la principal (los paneles genéticos con los que es capaz de lograr la detección de precoz de enfermedades cardiovasculares, neurológicas o el cáncer). La firma prevé doblar su facturación hasta alcanzar los seis millones de euros y un beneficio bruto de explotación (ebitda) de tres millones en un ejercicio marcado por el interés de empresas como Atrys Health, la tercera mayor firma del Mercado Alternativo Bursátil (MAB); que ha decidido comprarla tras valorarla en unos 15 millones de euros.
La doble vía de Pharma Mar
Galicia aporta soluciones para frenar al Covid a través de Pharma Mar. El grupo de capital y origen gallego, pero ahora con sede en Madrid, fue la primera firma española en lanzar sus propios kits de diagnóstico de coronavirus. Lo hizo a través de su filial Genómica, que ha cerrado los nueve primeros meses del año con una facturación récord de 10,7 millones de euros tras casi triplicar los 4,2 millones del mismo periodo del ejercicio anterior gracias, en buena medida, a sus test anti-Covid.
Y es que de esos 10,7 millones, 4,2 millones de euros se corresponden solo a las ventas de pruebas PCR, a los que se suman los otros 2,3 millones de euros que la compañía se ha embolsado a través de sus test de anticuerpos (estos, a diferencia de las PCR, revelan si la persona ha contraído coronavirus en algún momento, pero no indican si la persona está contagiada en estos momentos).
Pharma Mar ha impulsado kits de diagnóstico del coronavirus a través de su filial, mientras que la matriz se encuentra a la espera de recibir la validación de uno de sus antitumorales como fármaco contra el Covid-19. Se trata del Aplidin, con el que el pasado mes de abril arrancó un ensayo clínico de fase I/II entre 27 pacientes de hospitales españoles. La firma se encuentra a la espera de conocer la decisión de los reguladores de productos sanitarios tanto de España como de Estados Unidos para saber si puede comenzar un ensayo de fase III que sería su paso previo a la comercialización.
Hasta el momento, la compañía ha reivindicado que el 80,7% de los pacientes a los que se les suministraron las distintas dosis del fármaco acabaron recibiendo el alta médica en las dos semanas posteriores al inicio de un tratamiento que Pharma Mar espera poder distribuir de manera masiva para el tercer trimestre del año que viene.
La solución de Zendal
Precisamente el vicepresidente de Pharma Mar, Pedro Fernández Puentes (primo de José María Fernández de Sousa) ataca otro frente contra el coronavirus a través del grupo que sí preside. Se trata de Zendal, que trabaja en la producción de dos tipos de vacunas diferentes.
Y es que la compañía con sede en O Porriño recibió el encargo de la estadounidense Novavax para la producción industrial de su vacuna contra el coronavirus en la Unión Europea. La vacuna inició su ensayo clínico de fase III el pasado mes de septiembre y se espera que Zendal ya comience a fabricar sus primeras unidades antes de que acabe el año con el objetivo de alcanzar una cifra final de 250 millones de dosis.
Además de esta vacuna, el grupo gallego también selló un acuerdo con la Coalición para la Promoción de Innovaciones para la Preparación ante Epidemias (CEPI) para producir una parte de las 2.000 millones de dosis que la vacuna que finalmente sea elegida por este organismo que recibe financiación de la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), Unicef o la Fundación Bill y Melinda Gates.
Acento gallego en la vacuna rusa
También detrás de otra vacuna, aunque en este caso la rusa, se encuentra otra empresa gallega: Iberatlantic. La firma capitaneada por Pedro Mouriño ha sido seleccionada para convertirse en distribuidor de la vacuna rusa Sputnik V en caso de que logre superar los exámenes regulatorios y consiga la aprobación de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
Iberatlantic cubre un vacío, ya que esta vacuna, al no estar impulsada por ninguna farmacéutica, sino por el propio fondo soberano ruso y las autoridades sanitarias del país, no cuenta con una red de distribución, por lo que el papel de búsqueda de alianzas comerciales quedará en manos de Iberatlantic, que se erige como clave en la hipotética distribución de una vacuna que ya se encuentra en la tercera fase de sus ensayos clínicos, por lo que está siendo testada entre unos 40.000 voluntarios.