Pharma Mar apuesta todo al fármaco que la hundió en bolsa
La biotecnológica abre la puerta a suspender parte de su actividad no oncológica si necesita dinero para el desarrollo de Zepsyre, su nuevo fármaco estrella
Pharma Mar tiene un nuevo fármaco estrella. El mismo cuyo naufragio en los primeros ensayos de su efectividad contra el cáncer de ovario provocó que la biotecnológica de José María Fernández de Sousa se desplomara un 33% en bolsa a comienzos de año. Sin embargo, la apuesta de la compañía participada por Sandra Ortega es firme. Zepsyre, que está desarrollando los estudios para el tratamiento de cáncer de pulmón, constituirá el centro de su actividad inversora en 2019.
Tanto es así que Pharma Mar está dispuesta a suspender temporalmente otras áreas de actividad en caso de verse necesitada de liquidez para continuar con el desarrollo de su nuevo fármaco de referencia. La compañía explica en su informe de gestión que “tiene identificadas una serie de actividades, referidas a negocios no oncológicos que, si fuera necesario, podrían posponerse sin perjudicar la parte central del negocio, lo que le da la flexibilidad suficiente para adaptar las necesidades de inversión a los recursos disponibles de una forma ágil”. Todo ello, para concentrarse en Zepsyre.
La biotecnológica finalizó 2018 con una tesorería de casi 18 millones y líneas de crédito de 2,78 millones, que prevé ampliar a lo largo del presente ejercicio. Adicionalmente, admite que la inversión será seguramente menor, al centrarse en el desarrollo de Zepsyre. La concentración de recursos en la rama oncológica no es algo sorprendente, pues la venta de la química pontevedresa Xylazel por 21 millones y la puesta a la venta de Zelnova (Kill Paf, Casa Jardín, ZZ Paf) ya apuntaban en esa dirección.
Genómica y Sylentis, dos filiales no prioritarias
Zepsyre es uno de los productos vocacionales de Pharma Mar, cuya rama oncológica se centra en el descubrimiento de moléculas marinas con actividad antitumoral. El fármaco se basa en la lurbinectedina, un compuesto de la rama de los inhibidores de enzimas que sirve para inducir la muerte de las células tumorales. Su primer ensayo para cáncer de ovario resistente, el estudio Corail, fracasó, provocando que la compañía cayera en bolsa un 33%. Nunca se repuso del golpe y finalizó 2018 con una depreciación del 57%, dejándose 350 millones de capitalización en el ejercicio.
Sin embargo, el fármaco continúa con su desarrollo en otras áreas, con un comportamiento positivo en cáncer de pulmón y en cáncer de mama. Ahora mismo, es la apuesta más firme de Pharma Mar, por encima del resto de áreas del grupo. Entre ellas están Genómica, centrada en el diagnóstico; Sylentis, centrada en medicamentos para enfermedades inflamatorias, oculares y del sistema nervioso central; y Zelnova, que ya está a la venta.
La empresa culpa al entorno del batacazo bursátil
La compañía, que finalizó ejercicio con cinco millones en pérdidas, admite su batacazo en bolsa. A su juicio, los avances en sus proyectos no han sido premiados por los inversores debido a los malos resultados de Zepsyre en el cáncer de ovarios y “por el mal comportamiento del sector biotecnológico en general y sobre todo en EEUU, donde los índices de biotecnología registraron durante el último trimestre del año la mayor caída en un trimestre de los último 16 años”, dice en su memoria anual.