Pharma Mar opta por aparcar su sueño: cotizar en Estados Unidos
"Estamos analizando cuándo puede ser el mejor momento, no tenemos una bola de cristal", asegura el presidente de Pharma Mar, José María Fernández de Sousa
Una aspiración que tendrá que esperar. José María Fernández de Sousa-Faro, el presidente de Pharma Mar, antes Zeltia, se resigna y, aunque mantiene el objetivo, prefiere no poner fecha para el salto de la biotecnológica a la bolsa de Estados Unidos. La compañía había presentado en septiembre de 2018 a la SEC norteamericana la documentación de registro para comenzar a cotizar en el mercado estadounidense. El proceso se ha paralizado y Fernández de Sousa se muestra cauto y opta por la prudencia.
La caída de las biotech en el mercado de Estados Unidos desaconsejó la salida en el último trimestre del año pasado. «No era bueno salir a cotizar con ese escenario y pensamos que podíamos esperar un mejor momento«, asegura Fernández de Sousa en una entrevista a Expansión. «Ahora estamos analizando cuándo puede ser ese momento. No tenemos una bola de cristal, pero debemos esperar a los resultados de Zepsyre y Sylentis en el primer trimestre», explica el presidente de la compañía. Sobre ambos compuestos, el catedrático señala que si los resultados «son positivos ayudarán a la cotización y tendremos unos acuerdos de licencia sobre la mesa».
Al gusto del inversor norteamericano
Fernández de Sousa no duda en relacionar las últimas operaciones corporativas del grupo, una ya cerrada y otra en vías, con el objetivo de adaptar el perfil de la compañía al gusto del inversor norteamericano. Pharma Mar vendió su filial de pinturas Xylazel a la multinacional Azko el año pasado, y acaba de anunciar que hará lo propio con el fabricante de insecticidas Zelnova. Se trata del último activo que le queda en el negocio químico. Ambas filiales tienen planta en O Porriño.
«Nuestro core business es la oncología y así se lo comunicamos a la SEC», explica el presidente de Pharma Mar. «Además, al inversor norteamericano no le gusta que tengamos mezclado este negocio con los insecticidas y las pinturas», se sincera Fernández de Sousa.