Pharma Mar, Moderna y Novavax: frenazo de los ‘chicharros’ que se hicieron gigantes con el Covid
Las tres farmacéuticas que despuntaron en bolsa durante la pandemia sufren ahora turbulencias. La española podría abandonar el Ibex mientras que la socia de Rovi pierde un 30% de su valor y la americana se despeña casi un 90%
El próximo lunes, 12 de diciembre, el comité asesor técnico del Ibex decidirá si Pharma Mar, la biofarmacéutica de José María Fernández de Sousa, continúa o no en el selectivo español. La voz de alarma la dieron la semana pasada los analistas de Bankinter, que sostienen que si hay cambios, estos pasarán por la entrada de Logista y la marcha de la antigua Zeltia, que dio su salto desde el mercado continuo en septiembre de 2020, ocupando la plaza de Ence.
La firma de origen gallego es la que se encuentra en una situación más comprometida debido a la baja negociación bursátil de los últimos seis meses y que su capitalización no cumple los mínimos exigidos (tiene que representar un 0,3% del total del parqué). No hay nada, en cualquier caso, que asegure que la farmacéutica en la que invierte Sandra Ortega abandonará el Ibex esta semana. Sin embargo, lo que sí es cierto es que, en España como en Estados Unidos, tanto Pharma Mar como otras dos farmacéuticas que, como ella, alcanzaron su mayores cotas en bolsa durante la pandemia, atraviesan sus particulares tormentas.
Y es que, a pesar de la distancia entre cada una, existen similitudes en el despegue durante la pandemia de tres compañías del sector farmacéutico que tras años de investigaciones hicieron historia con el estallido del Covid. La farmacéutica de origen gallego, Moderna (aliada en España con Laboratorios Rovi) y Novavax, firma americana que alcanzó un acuerdo de producción con Zendal (con base de operaciones en O Porriño, Pontevedra, y presidida por el primo de Fernández de Sousa).
Del Zepzelca al Aplidin
Hace unos años, Pharma Mar era lo que en argot financiero se denomina un chicharro: un valor de baja capitalización con una cuenta de resultados no especialmente boyante y que llegaba a descender del euro por acción (en 2020 acometió una agrupación de títulos mediante un contrasplit). Su evolución comenzó a cambiar ya a finales de 2019, cuando a pesar de cerrar el ejercicio en números rojos, el mercado valoró la compañía en 800 millones de euros.
El año de la pandemia, 2020, llegaría su gran arreón en bolsa. Dos fueron los factores clave: el primero, que a finales de 2019 firmó el macrocontrato que disparó sus cifras: el acuerdo con la irlandesa Jazz Pharma para la licencia en EE UU de su antitumoral Zepzelca, la gran fuente de ingresos del grupo. La segundo causa, no obstante, estuvo en la gran expectación que generó en el mercado su investigación contra el Covid a través de un medicamento, el Aplidin, un antitumoral reconvertido a antiviral que continúa aún hoy en día en fase de ensayos. Antes del desembarco de las vacunas, cualquier novedad relacionada con el fármaco era premiada por los inversores.
La foto fija es meridiana. Pharma Mar cerró la semana en el Ibex con una leve caída de un 0,34%, con la acción a 70,72 euros. Aunque la capitalización actual de la cotizada ha escalado un 24% con respecto a la que marcaba a finales del pasado año (actualmente vale para los inversores casi 1.300 millones de euros), desde que accedió al índice de referencia de la bolsa española ha retrocedido en un 30%. Durante 2020, su valor bursátil llegó a sobrepasar los 2.700 millones de euros.
¿Vacunas de más?
Pero, de forma más contundente aún que Pharma Mar, despegaron durante la pandemia dos compañías americanas que cotizan en el Nasdaq y que, sin tratarse de farmacéuticas ya consagradas como Pfizer o Johnson&Johnson, lograron sacar al mercado una vacuna contra el coronavirus. Se trata de Moderna y Novavax, valores que cerraron el rojo este viernes, con caídas de un 3,98% y un 4,68% respectivamente.
Influye en su retroceso la situación de la Unión Europea y las denominadas farmacéuticas del Covid. En la actualidad, los países comunitarios que hace año y medio sufrían por la escasez de vacuna tienen excedentes de dosis que no alcanzan a administrar ni a donar y reclaman tanto a Pfizer como a Moderna que reajusten las cantidades contratadas y los plazos de entrega.
En el caso de Moderna, además, hay que tener en cuenta que hace aproximadamente un mes, la compañía sufrió un fuerte varapalo en bolsa –cayó un 16% en una jornada– tras anunciar una revisión a la baja de sus previsiones de venta de vacunas contra el Covid para este año, de 21.000 a 18.000 millones de dólares.
Por su parte, a finales de noviembre, Novavax anunció al mercado la ruptura de su acuerdo con Gavi, entidad financiada por Bill y Melinda Gates con la que firmó un memorandum de entendimiento el pasado año para el suministro de 350 millones de dosis.
Caídas en bolsa
Con profundas diferencias en su cuenta de resultados (a Moderna le ha ido muchísimo mejor que a Novavax que, atascada en problemas regulatorios, llegó tarde con su vacuna a la pandemia), ambas compañías han visto cómo la cotización de su acción retrocedía de forma notable este año.
Con la acción en 177,35 dólares y habiendo llegado a los 250 dólares, la acción de Moderna ha perdido un 30% de su valor en lo que va de año. Además, en 2021, tocó su máximo histórico de 497 dólares. Con unas ganancias que se dispararon sobre los 12.000 millones de dólares el pasado año, los analistas creen que sus beneficios podrían reducirse este 2022 hasta los 8.800 y caer hasta los 2.000 en 2023.
En el caso de Novavax, el retroceso es aún más monumental. Sus títulos se intercambiaban al finalizar la semana en 16,51 dólares. En lo que va de ejercicio, la acción se ha derrumbado un 88,46%. Este 2022, llegó a los 145,20 dólares, pero en febrero de 2021, la acción logró cotizar por encima de los 300 dólares. Tras perder 169 millones en el tercer trimestre del año, el mercado cree que este ejercicio tampoco será capaz de abandonar los números rojos.
Curiosamente, tan solo un año antes de su gran escalada en bolsa, los de Stanley Erck estuvieron a punto de ser excluidos de la cotización en el Nasdaq. Un artículo del Financial Times en pandemia sobre su repentino crecimiento explicaba que la compañía había invertido millones de dólares en investigación y desarrollo de vacunas y, sin embargo, “en 33 años, se acercaba a la mediana edad sin una sola inyección aprobada”. Por su parte, los primeros beneficios en la historia de Moderna llegaron en 2021 y se debían, exclusivamente, a su vacuna.
Así, tanto Pharma Mar como Moderna y Novavax navegan sus particulares tormentas bursátiles tras el éxito alcanzado hace ahora dos años, en plena pandemia.