Los accionistas de la vieja Pescanova vuelven a bolsa tras perder casi toda su inversión
La vieja Pescanova, liderada por Broadbill, Fernández de Sousa, Luxempart y Masaveu, calcula que su valor se deterioró un 99% durante la suspensión
En marzo de 2013, la CNMV suspendió la cotización de Pescanova. La pesquera presidida por Manuel Fernández de Sousa había comunicado que no presentaba resultados, hecho que marcaría el inicio de la profunda crisis de la compañía. Más de cuatro años después, las acciones, congeladas en los 5,1 euros por título, volverán a cotizar, al entender el regulador que “no resulta oportuno” prolongar la supensión ni existe “ningún supuesto de exclusión”, después de que Pescanova cumpliera las obligaciones de información tras varias intentonas frustradas.
El regreso al mercado de la vieja Pescanova, que ya no es más que una sociedad cartera con un 1,6% de Nueva Pescanova, el brazo productivo controlado por la banca, combina dos hechos significativos. Se producirá el próximo miércoles, poco después de que un ampliación de capital en Nueva Pescanova haya diluido la participación de la sociedad del 20% al 1,6%. La vieja Pescanova impugnó la operación. Por otra parte, supondrá el regreso al parqué de Manuel Fernández de Sousa, el denostado e imputado expresidente de la multinacional, como uno de los principales accionistas.
La lista de accionistas
El accionariado de Pescanova, según la información remitida a la CNMV, está liderado por Broadbill, fondo estadounidense que recibió en varias ocasiones el apoyo de Fernández de Sousa, con un 11,5% del capital. Se hizo con la mayoría accionarial comprando a precio de saldo la participación de Damm y de Fidelity.
Manuel Fernández de Sousa y Alfonso Paz Andrade permanecen como accionistas significativos de la empresa
El expresidente de la compañía, segundo accionista, mantiene un 7,5% del capital, a través de tres sociedades, siendo la más importante Sociedad Anónima de Desarrollo y Control, con más de un millón y medio de títulos. Fernández de Sousa da paso a otros accionistas históricos que conservan participaciones, como Alfonso Paz Andrade (3%), que estuvo 30 años en la dirección de Pescanova, o José Antonio Pérez Nievas, consejero desde 2006 hasta 2013, cuando dimitió arremetiendo contra la actuación de Fernández de Sousa.
Entre estos se posicona Luxempart, con un 7,2%, y Carolina Masaveu, que irrumpió en plena crisis de la pesquera haciéndose con un 7,1% de la compañía a través de la sociedad Grisgadini. También compró a precio de saldo.
Cuánto vale la vieja Pescanova
El valor de estas participaciones se ha deteriorado a pasos de gigante durante los cuatro años de suspensión. En las comunicaciones a la CNMV, Pescanova estimó que su valor en bolsa se situaría en los 862.131 euros. Esta valoración se fundamenta en los tres céntimos por acción que pagó Broadbill a la cervecera Damm para hacerse con su 6,2% del capital. Dando por buena la capitalización a tres céntimos por título, el valor de las acciones se habría deteriorado un 99%.
El único activo de Pescanova es la participación del 1,6% en Nueva Pescanova y los litigios que mantiene contra ella
Sin embargo, en las diversas operaciones de compraventa realizadas en el periodo de suspensión de cotización, los precios han sido muy diversos, desde los 0,0001 euros de una operación registrada en agosto de 2013, hasta los 20,4 y 18,6 euros que se pagaron en marzo de 2016 y febrero de este año, respectivamente.
Pescanova prevé que en la vuelta al mercado se produzca una venta masiva de acciones “en los primeros días o semanas”, que derive en una fuerte volatilidad. A priori, el valor caerá con fuerza. Y cuando se estabilice, estará indexado a la solidez de Nueva Pescanova, único activo que conserva la vieja Pescanova, tanto por el 1,6% del capital que controla como por los distintos litigios que mantiene contra ella, incluída la ampliación de capital que laminó su participación.