El patinazo de Villar Mir con las centrales de Ferroatlántica
Los trabajadores sospechan que Villar Mir juega con las cifras para tratar de sacar adelante sus planes
Desde que Juan Miguel Villar Mir dio a conocer su intención de vender las centrales de Ferroatlántica en España, los números no han parado de bailar. La compañía se escuda en la mala marcha de las centrales y su limitado impacto en las cuentas del grupo para dejar de considerarlas un activo estratégico. Al menos eso es lo que les transmite a los trabajadores, que sospechan que el empresario juega con las cifras para tratar de sacar adelante sus planes.
Villar Mir Energía, la filial del Grupo Villar Mir que gestiona las siete centrales de Ferroatlántica en los ríos Xallas y Grande y las cinco de Hidro Nitro en Aragón, tenía previsto cerrar 2016 con un beneficio de 7,8 millones de euros, en parte gracias a un notable aumento de las ventas, desde los 707 millones de 2015 a los 760 que prevé para este último año.
Villar Mir Energía tenía previsto cerrar 2016 con un beneficio de 7,8 millones de euros
Sin embargo, la dirección de Ferroatlántica informó a los sindicatos que firmaron este mes en Madrid el preacuerdo del plan industrial, que el resultado de explotación de la división de energía de Ferroatlántica en 2016 había sido de 2 millones de euros, apenas la tercera parte de los 6 millones con que cerró el ejercicio anterior.
Error de cálculo
Este bajón no concuerda con las previsiones del empresario, que confiaba en que el cambio de regulación que permite a las renovables participar en todos los servicios de ajuste del sistema eléctrico, incrementara la remuneración de las centrales y, consecuentemente, su resultado. De hecho, apuntaba un ebitda de 12 millones para toda la división de energía que, a la vista de los datos, no será sencillo de alcanzar.
Tampoco acertó con las minicentrales del Xallas. El pasado año contaba con tener la primera ya operando y que las otras dos pudiesen entrar en funcionamiento a lo largo de este 2017, aumentando así la capacidad de producción de los activos hidroeléctricos de Ferroatlántica hasta los 40.000 MWh al año.
En cualquier caso, patinase o no en sus cálculos (los resultados del ejercicio aún no los ha presentado), estos contratiempos le han venido bien a Villar Mir para tomar posiciones en un escenario en el que, como apunta en la web, “se ha producido un incremento sustancial de las operaciones de compraventa de activos de generación eléctrica, principalmente de instalaciones renovables”, que es ni más ni menos lo que él pretende hacer con sus concesiones en Galicia, siempre con el permiso de la Xunta.