Otra vuelta de tuerca en la crisis de Alcoa: sin acuerdo sobre el fin de la huelga
La reunión entre Alcoa y plantilla se cierra sin acuerdo sobre el fin de la huelga. Según los trabajadores, la compañía se da nueve meses para negociar la venta a la SEPI
El pasado lunes, Alcoa anunció su disposición a retomar las negociaciones con el Estado para la venta de la factoría de aluminio primario de San Cibrao. Eso sí, en su comunicación pública puso una condición: la desconvocatoria de la huelga indefinida en marcha en la planta de A Mariña. Los propios trabajadores ya habían indicado horas antes que estaban dispuesto a ello si la multinacional se sentaba, de nuevo, a negociar una solución que pase por el mantenimiento de los empleos y la actividad. No obstante, la reunión entre empresa y parte social celebrada este jueves se ha cerrado, de nuevo, sin acuerdo.
Todo esto mientras que, al menos de forma pública, el Ministerio de Industria, del que depende la SEPI, la empresa pública dueña de Navantia y que podría hacerse con la planta de aluminio si las negociaciones prosperan, se mantiene en silencio.
¿Por qué no hay acuerdo?
Pero, ¿por qué no se alcanzó un acuerdo para desconvocar la huelga si se había manifestado la voluntad de llegar a entente? Fuentes de Alcoa expresaban este jueves su lamento por “no haber alcanzado un acuerdo, debido a las exigencias adicionales planteadas por la representación de los trabajadores”. Los de Pittsburgh insisten en su disposición a “explorar de nuevo” la venta a la SEPI, pero en la medida en que la huelga se desconvoque y apelan a su “buena fe”.
Sin embargo, fuentes sindicales consultadas por este medio indican que, de momento, no se ha llegado a un acuerdo debido a diferencias en temas como los tiempos. Y es que la parte social ha ofrecido a Alcoa una “paz social temporal” durante siete semanas, en las que la empresa tendría que alcanzar un principio acuerdo con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales.
No obstante, y según la versión de los representantes sindicales, ese tiempo no sería suficiente para la compañía americana, que ha hablado de un periodo de hasta “nueve meses” como plazo para encontrar una salida al conflicto. Los representantes de los trabajadores quieren alguna garantía para saber cómo se retomarán las conversaciones con la SEPI y en qué circunstancias. También que se les asegure que, durante el tiempo que duren las negociaciones, la planta no se dejará «morir», algo que pondría en riesgo su continuidad futura.
Las demandas de los trabajadores
Los trabajadores solicitan que la SEPI esté presente en la denominada Mesa de Alcoa, en la que empresa, trabajadores y administraciones han debatido a lo largo de los últimos meses sobre el futuro de la planta de A Mariña. Del mismo modo, también exigen a la empresa que dé cumplimiento a un acuerdo de 2019 por el cual, aseguran, «debía reconocer e incorporar a trabajadores de ETT que tenían que incorporarse a la plantilla el 31 de diciembre».
Del mismo modo, los trabajadores, que buscan asegurar el mantenimiento de la planta durante el tiempo que duren las negociaciones, también solicitan a la compañía que reactive tanto el servicio de rebrascaje de las cubas como el rearranque de las que se encuentran paradas.
El silencio de Industria
En todo caso, tanto los representantes de CCOO como de la CIG insisten en la necesidad de que la SEPI y el Ministerio de Industria se pronuncien y tomen la iniciativa para capitanear esta nueva vuelta a las negociaciones. De momento, los sindicatos van a presentar sus propuestas al propio departamento de Reyes Maroto, con el objetivo de que se llegue a un acuerdo que facilite la desconvocatoria de la huelga, pero, sobre todo, el inicio de las negociaciones para desbloquear la crisis de San Cibrao.
“Queremos un acuerdo que dé paz social y normalidad a la fábrica, pero este acuerdo tiene que venir dentro de un proceso de venta y la SEPI tiene algo que opinar«, aseveran.