Órdago de la plantilla a Alcoa: la última huelga en San Cibrao le costó 70 millones
La plantilla culpa a la multinacional de bloquear la venta de la factoría e irá a la huelga, la medida de presión que quería evitar Alcoa
El atasco en el proceso de venta de la planta de aluminio de Alcoa en San Cibrao (Lugo) ha llevado a la plantilla a convocar una huelga indefinida a partir del lunes, la medida de presión más contundente para intentar garantizar la continuidad de la actividad industrial en A Mariña. Acusan a la multinacional norteamericana de torpedear el traspaso al pedir condiciones que impiden el acuerdo, como la de negociar directamente el precio de la energía para el posible comprador.
La huelga se produce antes de que el Tribunal Supremo decida sobre el recurso presentado por la compañía contra la decisión del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia de anular el ERE que quería aplicar a más de 500 empleados de la factoría lucense y, en consecuencia, abra la puerta a que se ejecute.
El presidente del comité de empresa, José Antonio Zan, aseguró que había cuatro empresas dispuestas a comprar la factoría con el plan energético del Gobierno, pero Alcoa pone obstáculos a la operación. “Todavía no tenemos ninguna solución”, concluyó el sindicalista, quien también aseguró que el Ejecutivo descarta que sea posible una intervención de la fábrica.
El impacto de la huelga para Alcoa
Antes de las actuales negociaciones para la venta, con grupos como Sidenor, Trafigura, Aludium o Liberty interesados en la fábrica, los trabajadores ya hicieron una huelga. Se inició en octubre del año pasado y, hasta el final del ejercicio, provocó el bloqueo de 50.000 toneladas métricas de aluminio y tuvo un impacto de 70 millones en las cuentas de la multinacional.
Según detalló la propia Alcoa, la compañía alcanzó los objetivos marcados para el pasado ejercicio, al lograr un ahorro de 111 millones de dólares en capital de trabajo y de 73 millones en costos de productividad. No obstante, este logro «se habría incrementado en 82 millones (cerca de 70 millones de euros) más sin el impacto de la huelga de trabajadores de San Cibrao, que ha aumentado los saldos de inventario en la instalación”, señala en sus cuentas anuales.
En el informe de resultados trimestrales, Alcoa advertía que “la reactivación de la huelga podría afectar negativamente a los resultados operativos y financieros de la compañía” debido a la reducción de la producción de refinerías y los envíos de metales.
Los paros de los trabajadores no solo habían impactado en la actividad de la planta de aluminio, sino también en la de alúmina ubicada en el mismo complejo de San Cibrao y en fabricantes europeos que llegaron a tener problemas de abastecimiento.