Oleada de compras de Liberty, a la espera de Alcoa
Esta semana comenzarán las negociaciones entre Liberty y Alcoa. Mientras, el grupo británico cierra compras en Australia y Francia en tan solo dos jornadas
La semana entrante, Alcoa comenzará a negociar con Liberty House, filial de GFG Alliance, el imperio del magnate de origen indio Sanjeev Gupta, la venta de la planta de aluminio de San Cibrao. La presión de trabajadores, sindicatos y fuerzas políticas acabó por hacer claudicar a los de Pittsburgh, que han decidido aceptar la hoja de ruta propuesta por la Xunta de Galicia y el Ministerio de Industria. La firma americana se da hasta el 28 de septiembre para llegar a un acuerdo con el gigante del aluminio verde. Ha asegurado de forma pública que, al menos durante las próximas seis semanas, negociará en exclusiva con esta empresa y, además, lo hará manteniendo la factoría lucense en funcionamiento, es decir, sin parar las cubas de electrolisis.
Aunque ninguno de los actores implicados en este proceso se atrave a dar nada por sentado, lo cierto es que, tras el anuncio público de Alcoa la pasada semana de que estaba dispuesto a negociar en exclusiva con Liberty, el grupo británico parece estar más cerca de San Cibrao. A priori, la opción no disgusta ni a trabajadores ni a administraciones públicas. Liberty les ha expuesto su proyecto, que pasa por mantener el empleo y los puestos de trabajo. Además, asegura que puede generar más contratos y es que, al igual que está haciendo en otras partes del mundo, su apuesta por una industria neutra en carbono en el año 2030 la lleva a plantear allí donde compra no solo planes industriales, sino también soluciones energéticas. Liberty piensa que puede abaratar la factura eléctrica de San Cibrao con la creación de una planta de hidrógeno verde que le suministre energía. No solo está dispuesto a construir la planta, también el parque renovable que la proveerá de la energía necesaria para electrolisis (en Australia está construyendo una gigantesca granja solar destinada a abastecer su planta metalúrgica en Whyalla). Pero, más allá de sus planes, lo que GFG está demostrando estos últimos meses es que la pandemia del Covid-19 no se ha convertido en un obstáculo para su expansión. Lo cierto es que, en la misma semana en la que ha recibido luz verde para empezar a negociar formalmente con Alcoa, ha cerrado la compra de activos industriales tanto en Australia como en Francia.
Tres activos más en una semana
El pasado jueves, el grupo de Sanjeev Gupta anunció que había llegado a un acuerdo vinculante de compraventa con la minera South32 para hacerse con la fundición Tasmanian Electro Metallurgical Company (Temco), que funciona con energía hidroeléctrica. En un comunicado, la compañía indica que este activo pasará a fomar parte de la cartera de negocio de Liberty en el sector del acero. También explica que mantendrá los 250 puestos de trabajo actuales. Temco se dedica a la producción de ferromanganeso de alto carbono y manganeso, empleados en la producción de acero. Gupta explicó en el comunicado que, con este activo, que se aprovecha de la energía renovable de Tasmania, la compañía da un paso más en su objetivo de ser «neutrales en cuanto al carbono para 2030«.
Tan solo un día después, el pasado viernes, Liberty anunció que acababa de recibir luz verde para hacerse con dos importantes activos en Francia relacionados con el sector del acero: el negocio de France Rail Industry (Hayange) y la acería Ascoval. Según explica la compañía, tras el visto bueno del Tribunal de Estrasburgo, «el Gobierno francés ha dado su aprobación definitiva al acuerdo que garantizará el futuro de las plantas estratégicas nacionales y de sus 700 empleados«.
La planta de Hayange, situada en Moselle, fabrica una amplia gama de rieles de acero para clientes de envergadura en Francia, como su operador nacional de ferrocarriles (la SNCT) o el operador del metro de País (RATP). La planta emplea a cerca de 430 personas.
Por su parte, Ascoval, con sede en Saint-Saulve, en el norte de Francia, cuenta con 270 empleados. La planta utiliza la tecnología de los hornos de arco eléctrico y tiene capacidad para producir 600.000 toneladas anuales de palanquillas de acero, tochos y otros productos forjados a partir de chatarra reciclada. Ascoval usará acero reciclado, incluyendo chatarra recuperada de los rieles, para abastecer a Hayange.
Aunque, de momento, no ha trascendido la cantidad por la que Liberty adquire estos tres activos, su volumen de compras hace pensar que está en disposición de poder alcanzar un acuerdo con Alcoa. Hay que recordar que el pasado año, después de fracasar en el intento de compra de las dos plantas de Alcoa en A Coruña y en Avilés, se hizo con seis factorías siderúrgicas de Arcelor Mittal distribuidas por Europa en República Checa, Rumanía, Macedonia, Italia, Luxemburgo y Bélgica por 740 millones de euros.
Expansión en el aluminio
Si bien, en el campo de la industria pesada, Liberty tiene una amplia experiencia en el acero, su incursión en el negocio de aluminio no es tan reciente. No obstante, también es este segmento crece rápido. La división de aluminio de Liberty posee y opera la única fundición de aluminio que existe en Reino Unido, ubicada en Fort William, en las highlands escocesas. Las instalaciones de la fundición funcionan con dos estaciones hidroeléctricas vecinas y con un complejo de unidades de biodiesel que también es de la propia GFG Alliance.
En 2018 también adquirió uno de sus principales activos en el sector, la planta de aluminio primario de Dunkerque, en Francia, considerada la más grande Europa. Se la compró a Río Tinto por 500 millones de dólares, mantiendo el trabajo de sus 570 empleados. En estos momentos, el grupo también ultima la compra de otra planta de laminación de aluminio en Duffel (Bélgica) por unos 300 millones de euros, según medios internacionales.
GFG explica en un video el funcionamiento de su planta en Escocia