Ola de solidaridad en la primera huelga en la historia de Cándido Hermida
Los organizadores de la huelga agradecieron a los comités de empresa de las principales compañías de Ferrolterra el "enorme apoyo" tanto en los piquetes como en la difusión de la convocatoria y asistencia a la concentración
La primera huelga de la historia de Cándido Hermida se cerró con la satisfacción y agradecimiento de los trabajadores. La jornada, convocada para ayer jueves 6 de mayo, comenzó con piquetes en la fábrica de Narón para evitar la entrada de los empleados, y terminó con una concentración en la Plaza de Armas de Ferrol de aproximadamente un millar de personas, según los organizadores. Los sindicatos (UGT, CCOO y CIG) cifraron en un 80% el seguimiento de la jornada de huelga, que estuvo fuertemente marcada por la solidaridad de otros comités de empresa de la comarca de Ferrolterra.
Los trabajadores que organizaron y secundaron la huelga se reunieron frente a las instalaciones del polígono industrial de Río do Pozo, en Narón (A Coruña) desde primera hora de la mañana, coincidiendo con el momento de entrada de los empleados (7:00h), según confirmó Marcos Sánchez, de la CIG Ferrol. Allí impidieron la entrada al centro a los obreros que se dirigían a comenzar su jornada laboral, y que por tanto no apoyaban la huelga. Sobre las 9 de la mañana tuvo que mediar la Policía Nacional, restaurando el paso del personal a la planta, que accedió a la misma entre aplausos y gritos sarcásticos de los protestantes.
«En la nave grande entraron muchos trabajadores de ETTs, pero ningún compañero hizo el turno de noche. Algunos compañeros, que por su situación laboral tienen más complicado hacer huelga, hicieron paros de una hora o trabajaron turnos de 8 horas en vez de las 12 habituales», comentó Daniel Bonome, trabajador despedido, haciendo recuento de los muchos apoyos recibidos durante la jornada a pesar de «las presiones de la empresa para evitar el seguimiento de la huelga«.
La clave, la solidaridad
Los organizadores de la huelga se mostraron profundamente agradecidos con los comités de empresa de otras compañías que les ayudaron «con los piquetes, a hacer difusión de la convocatoria y vinieron a la concentración». Los trabajadores de Navantia, Maessa Naval, Pull & Bear Logística, Intasa As Pontes Hijos de J. Losada y las principales empresas de Ferrolterra mostraron su solidaridad con la causa de los afectados por los despidos de Cándido Hermida porque «estamos todos en la misma tesitura», lamentó Bonome.
Un millar de personas en la concentración
La segunda parte de la jornada de huelga, que consistió en una concentración en la Plaza de Armas de Ferrol a las 19 horas, puso el broche de oro a la convocatoria. «Estamos muy contentos, no nos esperábamos esta respuesta. La concentración fue todo un éxito, con mil asistentes más o menos, según se comentaba», celebraron desde la organización. En el evento se leyó un manifiesto que explicaba las razones de la protesta, y la carta enviada al jefe de la empresa en junio de 2020 ante los ERTE presentados por Cándido Hermida.
«Exigimos la marcha atrás en la decisión tomada y abrir una mesa de negociación en la que tratar la situación de la empresa y, si fuese posible, buscar soluciones que no pueden pasar por despidos ni la merma de nuestras condiciones laborales«, reza el manifiesto. «La verdadera intención de la empresa es amedrentar al personal e intentar rebajar las condiciones laborales, algo que ya intentaron en 2019», sentencia.
Silencio de la empresa
Por su parte, Cándido Hermida, que no quiso hacer declaraciones a Economía Digital, extiende su silencio a las relaciones con sus trabajadores en huelga, con los cuales no ha establecido ningún tipo de conversación ni negociación respecto a las protestas y sus razones. Los empleados afectados se quejan de que «de nada ha servido la declaración institucional de los alcaldes de Narón, Valdoviño y Ferrol para intentar mediar y que hablen con nosotros. No se han puesto en contacto con los comités ni con nadie. Nunca hay respuesta«.
El histórico proveedor de Inditex anunció 23 despidos hace tres semanas, alegando motivos de «causas económicas», a trabajadores que llevaban en la empresa entre 10 y 28 años. Los empleados defendieron que «la compañía tiene carga de trabajo, les faltan profesionales y están subcontratando para cubrir nuestros puestos«, por lo que los despidos «no tienen sentido, es un castigo por tener una opinión diferente y criticar a la dirección cuando algo no nos ha parecido bien».