Ocaso, el imperio a prueba de crisis de Isabel Castelo, vuelve a aumentar beneficios
La compañía de seguros de la fortuna 'Forbes' gallega más desconocida cerró el ejercicio 2022, de nuevo, con una facturación por encima de los 1.000 millones y con unas ganancias antes de impuestos que se incrementaron un 8% hasta rozar los 91 millones
Tras Sandra Ortega, la hija de Amancio Ortega y Rosalía Mera, la otra gran fortuna en femenino de la comunidad gallega es Isabel Castelo d´Ortega, la presidenta del grupo asegurador Ocaso, con domicilio en la madrileña calle Princesa. El suyo es un negocio hecho a prueba de crisis: ni con el Covid ni con la inflación su cuenta de resultados experimenta vuelcos considerables, anclada en una cifra de negocio de cada año supera los 1.000 millones de euros.
El ejercicio 2022, y según la información recientemente publicada por la compañía, no fue una excepción. Con un volumen de negocio que alcanzó los 1.022 millones de euros y unos fondos propios de 1.370 millones –por debajo, eso sí, de los 1.493 millones que presentaba el ejercicio precedente–, el resultado antes de impuestos de Ocaso Seguros se elevó un 8,7% hasta los 90,8 millones de euros. A pesar de que el grupo ha superado sin mayores problemas la crisis pandémica, aún no ha sido capaz de regresar a la cifra de beneficios que presentaba en 2019, que en todo caso no está muy lejana: fue de 92,1 millones de euros según sus registros.
Fortuna familiar de 900 millones
Castelo es una de las millonarias más desconocidas de la comunidad gallega. Tanto es así que en la mayoría de los rankings de grandes fortunas figura como natural de Madrid. A finales de 2022, Forbes le estimaba una riqueza de 900 millones de euros repartidos a partes iguales con su hija y heredera, Isabel de Mandaluniz. Ambas ocupan el puesto número 59 en el índice de grandes patrimonios del país. Según la información del grupo, la empresaria, de 93 años de edad, “es la principal tenedora de las participaciones de la entidad, con aproximadamente el 92% sobre el total”.
Nieta del fundador de Ocaso, la relación con Galicia le viene a Isabel Castelo a través de su padre, natural de Vigo. Apenas hay instantáneas de la empresaria, en tiempos cantante de ópera y zarzuela. Con una imponente casa de vacaciones en el municipio coruñés de Oleiros –el mismo en el que reside Sandra Ortega– y con una sala dedicada en el Aquarium Finisterrae de A Coruña, la presidenta de Ocaso recibió en 2017 de manos de Alberto Núñez Feijóo la Medalla de Oro de Galicia. La última foto de la millonaria en prensa es la de esa institucional entrega de galardones.
De los decesos a los incendios
A falta de conocer los números consolidados del grupo, que además de la actividad aseguradora cuenta con otras ramas de negocio, como la funeraria Servisa, el último informe de solvencia de Ocaso evidencia la buena salud del grupo, cuya principal línea es la denominada en el sector de “otros seguros de vida”. “Con un porcentaje sobre primas aproximado del 60% sobre el total, se recoge en esta línea los productos de decesos”, explican los administradores de la compañía en el citado documento, en el que también inciden en la importancia de “la línea de seguro de incendio y otros daños a los bienes, con aproximadamente un 24% sobre el total”.
Durante el pasado ejercicio, el resultado de suscripciones de seguros de Ocaso alcanzó los 108,7 millones de euros, frente a los 82,6 millones de 2021. En 2022, el volumen de primas devengadas de seguro directo ascendió a 1.021 millones de euros, lo que supone un leve descenso de un 0,14%. En lo que tiene que ver con su principal rama de negocio, la de «otros seguros de vida», el resultado de suscripción arrojó un saldo positivo de 47,3 millones de euros frente a los 43,5 del año anterior.
Por su parte, la línea de negocio relativa a los seguros de incendio y multihogar tuvo un resultado positivo de 31,5 millones de euros frente a los 16,2 millones de 2021.
Eso sí, en lo que tiene que ver con las inversiones financieras que también se realizan desde el grupo Ocaso, las mismas arrojaron un resultado positivo de 29,8 millones de euros frente a los 68 millones del año anterior, una abrupta caída que la entidad justifica con el deterioro de los mercados debido al a guerra en Ucrania y al repunte de los precios de las materias primas.