Nuevo frente para Alcoa: ofensiva ecologista por la balsa de lodos
En plena polémica por el cierre de la planta de aluminio de Alcoa, Adega alerta del peligro en la balsa de lodos de alúmina, algo que la empresa rechaza
La polémica que se vive por la frustrada venta de la planta de aluminio primario de Alcoa en San Cibrao a Liberty House, del conglomerado británico GFG Alliance, ha destapado otro antiguo frente de la multinacional americana: la balsa de lodos de la alúmina que tiene en A Mariña lucense y que es criticada desde hace años por los colectivos ecologistas. Este viernes, la asociación Adega ha emitido un comunicado en el que advierte de que Alcoa «no puede marcharse» de San Cibrao sin saldar «su deuda ambiental por este motivo». Un extremo, en todo caso, que la empresa niega, ya que sostiene que la balsa cumple con todos los requisitos medioambientales impuestos. Recuerda además que esta balsa depende directamente de la planta de Alúmina que, en cualquier caso, al menos de momento, no está afectada por ninguna amenaza de cierre.
Adega, no obstante, asegura en un comunicado que, en este momento, la balsa de lodos aún no cuenta con un proyecto de cierre y clausura definitivo, ni tampoco con un plan de descontaminación. La asociación ecologista gallega vuelve a poner el acento sobre esta infraestructura cuando se cumple una década del desastre ambiental provocado por el derrumbe de una balsa de lodos rojos de similares características en Ajka (Hungría). Adega asegura que «los riesgos existentes en San Cibrao son reales», a la vez que denuncia la «permisividad» de las administraciones ante esta situación.
Adega denuncia problemas en la balsa
En su comunicado, Adega segura que el volumen de agua que recoge la balsa en A Mariña «es seis veces superior al previsto«, lo que provoca que la depuradora «no tenga capacidad para tratar el volumen sobrante«. «Por este motivo, desde el año 2017 la Xunta ha autorizado a Alcoa a verter más agua al mar y con mayores cantidades de flúor», asevera.
Además, recuerda que, «cuando menos en 2018 y 2019«, se registraron «numerosos episodios de importantes deficiencias en el funcionamiento de la balsa: altos contenidos de flúor en el agua embalsada; bombeos que funcionan por debajo de lo requerido; insuficiente tratamiento de lixiviados; el aumento de filtraciones o el registro de peligros de aproximación de agua a los diques de contención».
Alcoa: «Cumplimos con todos los requisitos»
Alcoa, no obstante, rechaza de plano estas afirmaciones e indica que el depósito de residuos mineros de Alúmina «cumple con todos los requisitos legales y medioambientales y ha obtenido la certificación de dichos cumplimientos«. Por otro lado, también insiste en que el actual proceso de despido colectivo afecta a la planta de aluminio y que «la producción de la planta de alúmina no está afectada por dicho proceso, incluido el embalse de residuos mineros». «Alcoa es una empresa respetuosa con la ley y cumple estrictamente con todos los procedimientos establecidos para el mantenimiento, supervisión y control de dicho depósito», asegura.
De hecho, asegura que “en cumplimiento de la Ley de Responsabilidad Ambiental, Alcoa efectuó un análisis de riesgos del depósito de San Cibrao, entre los que se encontraba el supuesto de rotura del dique”, un informe que fue remitido a las autoridades en octubre 2018. Tras la revisión pertinente, añade, las autoridades competentes remitieron “certificación de cumplimiento con lo establecido”.
La compañía afirma que “cualquier conjetura sobre un hipotético abandono de la actividad industrial y su también hipotética repercusión en la seguridad de dicho depósito carecen de fundamento”. “Alcoa cuenta con la Autorización Ambiental Integrada que afecta a la planta de Alúmina con el fin de poder adecuar funcionamiento del depósito de residuos mineros a las obras que habrá que acometer en el futuro para su cierre y clausura de manera segura y respetuosa con el medio ambiente”, añade.
