Novo Banco: la última batalla de Rodríguez Cebrián
Marlolan, uno de sus brazos inversores, da una alegría al exdirector general de Inditex al recuperar parte de una venta al heredero de Banco Espírito Santo
Juan Carlos Rodríguez Cebrián ha venido contando por rotos y descosidos determinadas inversiones al margen de Inditex en los últimos años. El que fuera director general del grupo textil, casado con Dolores Ortega, sobrina de Amancio Ortega, pinchó en Fadesa, en Hábitat y en Realia, y lo hizo en el peor momento, en plena crisis inmobiliaria. Todavía en fase de recuperación, y reorientado su negocio hacia los servicios, Rodríguez Cebrián empieza a llevarse alguna que otra alegría.
Es el caso de Marlolan, una de las dos sociedades sobre las que pivotan sus iniciativas empresariales (la otra es Inversiones Saona). Marlolan, que absorbió en 2012 a otra de las patrimoniales del matrimonio, Reordo SL, acumula resultados negativos de más de sesenta millones de euros en los últimos tres años (2015 a 2017, último disponible en el Registro Mercantil). Sin embargo, tiene unos activos de 144 millones, de los más de 117 millones son inversiones en empresas del grupo a largo plazo.
La espinita de Marlolan
Marlolan acaba de quitarse una espinita, que tenía clavada desde que Rodríguez Cebrián comenzó a hacer negocios con el Banco Espírito Santo portugués, hoy Novo Banco, tras la quiebra, saneamiento y segregación de activos sanos del primero. La Audiencia Provincial de Madrid ha dado la razón a la sociedad inversora de Rodríguez Cebrián y a Sobrinos de José Pastor Inversiones, vinculada en su día al Banco Pastor, tras el recurso presentado por Novo Banco, que había sido condenado por un juzgado madrileño a abonar tres millones de euros a ambos socios por incumplimientos contractuales.
De acuerdo con la reconstrucción que realizan los magistrados de la sala, Marlolan y Sobrinos de José Pastor Inversiones llegaron a un acuerdo con una participada de Novo Banco para proceder a la venta del 100% de una compañía participada por ambos grupos, Moura Consulting, domiciliada en Vigo y que llegó a contar con un capital superior a los 21 millones de euros. Fueron los compromisos de pago firmados primero por Banco Espírito Santo, y heredados después por Novo Banco, el eje de la controversia, que llegó a los juzgados.
Tres millones en juego
La sentencia deja claro que esas confort letters suponían un compromiso real de pago. Ni Banco Espírito Santo, primero, ni Novo Banco, después, procedieron a emitir la garantía bancaria a la que se habían comprometido en virtud de las cartas de patrocinio litigiosas en relación con el vencimiento del pago del precio de la compraventa de Moura Consulting, pactado en 2015.
Tras el recurso, Rodríguez Cebrián y Marlolan se llevan su premio de consolación de 1,5 millones, al igual que Inversiones Sobrinos de José Pastor, actualmente en proceso de liquidación por parte del Banco Santander.