Navantia pone cifras al parón en los astilleros de Ferrol

La empresa pública reconoce en su memoria anual que la tasa de ocupación en Fene y Ferrol fue del 60%, frente al 75% en Cádiz o el 96% en Cartagena

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El astillero de Navantia en Ferrol todavía divisa en el horizonte el megacontrato de las cinco fragatas F-110 para el Ministerio de Defensa. Es el pedido estrella para unas instalaciones que se asoman a un brusco parón de actividad una vez que el próximo 30 de agosto se realice la botadura del segundo buque AOR (buque de aprovisionamiento en combate) para la Armada australiana.

Esta escasez de nuevos pedidos agravará aún más el parón de actividad que ya vienen padeciendo las instalaciones de Navantia en Ferrol y Fene, que hasta la propia empresa pública ya reconoce en su propia memoria anual.

La ría de Ferrol, al ralentí

Según asegura Navantia, la tasa de ocupación media de sus astilleros en la Ría de Ferrol (la antigua Bazán ferrolana y la antigua Astano, en Fene) se situó en el 60,1% el año pasado. Es la cantidad de horas trabajadas por el total de plantilla respecto a las que podrían realizarse en el caso de que el astillero operase a plena capacidad.

El porcentaje dista del 74,5% que registraron de media el conjunto de astilleros de Navantia con Cartagena, especializado en la construcción de submarinos, a la cabeza al disparar su tasa de ocupación al 96,1%. Entre medias se sitúan los astilleros de la Bahía de Cádiz, que funcionaron al 75% de su capacidad en un año de transición antes de que el pasado mes de enero arrancasen la construcción de las cinco corbetas para Arabia Saudí.

Sin buques en sus gradas

El dato de ocupación en sus astilleros de ría de Ferrol sufrirá, previsiblemente, un nuevo bocado en este 2019. Y es que, al igual que ocurriera en el año 2013, ni Fene ni Ferrol contarán con un solo buque en sus gradas.

Con Fene reconvertido a la energía eólica marina (su último contrato, el adjudicado la semana pasada por Iberdrola para construir 62 jackets para su nuevo parque en la Bretaña francesa) y alejado de unos petroleros que sí se siguieron construyendo en Puerto Real (Cádiz), todas las opciones pasan por Ferrol.

Durante su sequía de contratos hace seis años, el astillero se agarró al flotel encargado por Pemex (que certificaba su vuelta a la construcción civil) y el millón de horas de trabajo que trajo consigo junto a una inversión que rondaba los 150 millones de euros. Pero ahora, ante la ausencia de un contrato similar a la vista los sindicatos reclaman que la Armada dé un paso adelante y encargue al astillero ferrolano un buque de aprovisionamiento militar similar al realizado para Australia que permita relevar al Patiño y dar aire al astillero.

Efecto dominó en las auxiliares

El sector naval ferrolano reclama el contrato de un nuevo buque para evitar que el parón de dos años hasta que en 2022 se inicie de la construcción de la primera de las cinco fragatas F-110 se extienda también a las auxiliares de Navantia-Ferrol, que en las últimas semanas han sufrido la pérdida de dos firmas históricas.

Iris, la firma especializada en la fabricación de tuberías y maquinaria para buques con sede en Fene, presentó a comienzos de mes un expediente de regulación de empleo (ERE) extintivo para sus 40 trabajadores en plantilla. Su movimiento se produjo apenas unos días después de que la naronesa Elinco, dedicada a ofrecer soluciones e instalaciones electrónicas a la industria naval, anunciase lo propio para sus 90 empleados.

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