Navantia emerge como el mayor cliente de la empresa del exministro de Defensa de Rajoy
Los astilleros públicos representan más del 20% de la cifra de negocio de Amper, el grupo que preside el exministro Pedro Morenés
Amper, una empresa que atravesó una profunda crisis durante la etapa de Enrique Bañuelos, el fundador de Astroc, y Yago Méndez, el hijo del que fuera director general de la extinta Caixa Galicia, ha salido a flote de la mano del exministro Pedro Morenés. Y también de las de Navantia, grupo público estrechamente vinculado al departamento que dirigió el exministro de Defensa y, ahora, su principal cliente.
Es la propia Amper la que pone números a su vinculación con los astilleros al detallar a los inversores cuáles son sus principales clientes con motivo de su programa de pagarés. Según recoge el documento, Navantia representó en 2020 el 23% de los ingresos de la compañía, mientras que en el primer semestre de este año alcanzaba el 21%. Poniéndolo en relación con la cifra de negocio, Amper facturó el año del Covid 46 millones al grupo de construcción naval, mientras que en los seis primeros meses de 2021 sumó otros 29 millones.
El resto de grandes clientes de la firma de tecnología y servicios industriales ni siquiera se acercan a estas cifras. El más relevante es Repsol, que supuso el 14% de la cifra de negocio de 2020 y el 10% en el primer semestre de 2021. El resto no supera el 3%. Entre ellos están Unión Eléctrica de Canarias, Matsa, Armón, Metro de Madrid o el mexicano Grupo Salinas.
Hay que recordar que el año pasado Amper se hizo con un contrato de 100,7 millones para construir los soportes eólicos marinos (jackets) del parque Saint Brieuc que impulsa Iberdrola en la Bretaña francesa. El encargo de Navantia supone un hito para una compañía que facturó poco más de 200 millones en 2020.
Amper y Navantia
A este contrato se suman este año tres más: el diseño y fabricación de los arrancadores y centros de control de motores de 690V, para las cinco fragatas de la serie F-110 de la Armada; el desarrollo del gemelo digital para la representación de los centros de carga y conmutadores de transferencia de estos cinco buques y el diseño y fabricación de los cuadros eléctricos principales.
Aunque la relación entre Amper y Navantia es previa al aterrizaje de Morenés en el grupo, por ejemplo en los trabajos realizados para los AOR australianos, también lo es que desde la llegada del exministro en 2019 ha logrado contratos de los astilleros públicos con regularidad, incluso en programas incumben a su etapa en Defensa, como el de las fragatas F-110.
Morenés y Amper
La llegada de Morenés a Amper no estuvo exenta de críticas al tratarse de un contratista de Defensa. También debido a la situación que atravesó la empresa en 2014, cuando inició un preconcurso de acreedores del que saldría gracias a un acuerdo con la banca.
En aquella crisis también jugó su papel el Gobierno de Mariano Rajoy, que autorizó la venta de la filial Amper Programas Electrónica y Comunicaciones a Thales, un trámite necesario al tratarse de una subsidiaria dedicada a la defensa y que pasaba a manos de una compañía foránea.
Esa inyección de liquidez sirvió para amortizar deuda bancaria y continuar en el proceso de saneamiento de la compañía, que salió muy tocada de la crisis financiera.
Morenés fichó por Amper en 2019 para ponerse al frente de una de las filiales del grupo y contando con el visto bueno de la Oficina de Conflictos de Intereses. En 2020 asumió la presidencia ejecutiva del grupo.
No parecen irle mal las cosas. En los primeros nueve meses del ejercicio, Amper logró 210,9 millones de ingresos, un 63% más que en el mismo periodo del año pasado. El ebitda alcanzó los 12,9 millones frente a los 6,1 millones del ejercicio previo, un incremento del 113%, mientras que el resultado de explotación se situó en los 4,6 millones, casi el doble del obtenido en todo el curso de 2020.
La cartera de pedidos ascendía a cierre de 2020 a 319.595 millones, con Navantia contribuyendo decididamente a engordar la cifras