Modesto Rodríguez, una de las grandes fortunas de Galicia, acaba con su última sicav
El empresario, uno de los promotores de Marineda City y exconsejero de Fadesa, liquida Moterfin, con un patrimonio de 35 millones
Modesto Rodríguez es una de las grandes fortunas de Galicia y también una de las más desconocidas. Exconsejero de la antigua Fadesa, fue uno de los promotores de Marineda City junto al fallecido Manuel Jove, José Collazo (Comar) y José Souto, y es también el dueño de Fincas del Noroeste, su principal brazo inversor con 135 millones de patrimonio.
El empresario llegó a manejar casi 100 millones a través de tres sicavs, pero la reforma normativa del Gobierno para poner cerco a los llamados mariachis ha hecho que cierre una tras otra. La última en caer ha sido Moterfin, con 34,8 millones de patrimonio.
La sicav gestionada por UBS ha comunicado que la junta de accionistas ha decidido “disolver y liquidar” la sociedad, aprobar el balance de liquidación y la cuota a percibir por los accionistas.
Antes de clausurar Moterfin, Modesto Rodríguez había hecho lo mismo con sus otras dos sociedades de inversión de capital variable: Solainainvest y Cibrán, que comunicaron su disolución en febrero de este año. La primera tenía 14,1 millones de patrimonio y la segunda 35,1 millones.
Cierre masivo de sicavs
El cierre masivo de sicavs tras el cerco del Gobierno a los mariachis ha afectado a la mayoría de sociedades vinculadas a las fortunas gallegas, entre ellas, a Sandra Ortega, la hija mayor de Amancio Ortega y la mujer más acaudalada de España, que decidió transformar Soandres en una Sociedad de Responsabilidad Limitada cuando contaba con un patrimonio de 255 millones. Juan Carlos Rodríguez Cebrián, Josefa Ortega o Luis Fernández Somoza son otras de las fortunas gallegas que decidieron poner fin a sus sicavs.
La reforma del Gobierno obliga a estas sociedades a justificar que cuentan con 100 socios con una inversión mínima de 2.500 euros para mantener las condiciones blandas de tributación. En caso contrario, pasarían de tributar al 1% a hacerlo al 25%. Como la mayoría de sicavs carecen de este número de socios, el cambio normativo desencadenó una oleada de cierres.
