Mestrelab: “Galicia llegó a tiempo a la revolución biotecnológica, casi no hay límite a lo que podemos conseguir”
Santiago Domínguez, uno de los impulsores del primer fondo gallego de capital privado especializado en biotecnología, sitúa como gran reto del sector que los proyectos ganen tamaño y generen más empleo
La presentación del primer fondo gallego de capital privado especializado en biotecnología, Bio&Tech Smart Capital, ha motivado la celebración de una jornada de debate e intercambio de ideas entre investigadores, empresas y administración este martes en A Coruña, que dio continuidad a la celebrada un día antes en Santiago.
No es de extrañar la actividad en torno a un sector que ha crecido en Galicia de manera importante en los últimos años y que cuenta con empresas como Mestrelab o Zendal, compañía que se dio a conocer al gran público por la crisis sanitaria del Covid gracias a su capacidad para producir vacunas, por ejemplo, el antígeno del tratamiento contra el coronavirus de Novavax.
Pero si la pandemia puso el foco en una parte del sector, en paralelo se desarrollan una multitud de proyectos de pequeño tamaño y centrados en la innovación y la investigación.
“El fondo ofrece una grandísima oportunidad justo en el momento adecuado. Hace falta capital para que un proyecto se dimensione. La función del capital público es permitir la transferencia inicial, pero no se puede pretender que lleve el recorrido de crecimiento e internacionalización que requiere un proyecto. Lo lógico es que ese acompañamiento lo ofrezca el capital privado”, explica Santiago Domínguez, consejero delegado de Mestrelab y uno de los impulsores del fondo junto a Zendal, DIH DATAlife o la gestora de Antonio Couceiro Noso Capital, entre otros.
Crecer más y generar más empleo
El sector ha cobrado un fuerte dinamismo en los últimos años con el apoyo de la Xunta y del resto de administraciones, lo que ha permitido la puesta en marcha de numerosos proyectos y una transferencia efectiva del conocimiento generado en las universidades y centros tecnológicos hacia iniciativas empresariales. Llegado a este punto, con un trabajo “excepcional” de instituciones y clústeres –también con el apoyo de fondos públicos como Xesgalicia, Unirisco y Vigo Activo— el siguiente paso es que las empresas ganen tamaño y eleven su capacidad para generar empleo. Para eso hace falta dinero, pero no solo dinero.
“Una de las razones por las que los proyectos no crecen hasta ahora es que falta un tejido de capacidad de gestión, de perspectiva internacional, acceso a mercados globales… la importancia del fondo radica en que viene con la iniciativa de aportar también eso”, explica el confundador de Mestrelab, que habla del sector biotecnológico gallego como un “ecosistema incipiente”.
“Aunque estamos transfiriendo tecnología mucho mejor y aunque tenemos más empresas que antes, queda muchísimo más por hacer. Con la tecnología que se está sacando hay muchas oportunidades de crear proyectos empresariales, pero lo más importante es el dimensionamiento de esos proyectos. Somos muy buenos creando micropymes y, si me apuras, pymes. Eso está genial, pero tiene un alcance limitado y crean un volumen limitado de empleo. El reto es dimensionar esos proyectos”, insiste.
El salto que le falta al sector biotecnológico
No hay un ápice de pesimismo en sus palabras, al contrario, es un paso hacia delante de un territorio que tiene la capacidad de innovación, el conocimiento y la iniciativa empresarial para poner en marcha proyectos viables y que camina ahora hacia una nueva fase para su consolidación, aunque nadie diga que sea sencilla.
“Creo que podemos dar ese salto y ofrecer retorno al inversor. En la situación en la que estamos, probablemente con el fondo Bio&Tech Smart Capital llegue, aunque no sobre. Y para cuando tengamos mayores necesidades de capital ya habremos validado que sabemos cómo hacer esto”, apunta Domínguez.
La estrategia de crecimiento de sector mediante el Plan de Consolidación del Sector Biotecnológico de Galicia 2021-2025 prevé un incremento del 50% en el número de empresas y establece una inversión mínima de 662 millones de euros, de los que el 35% (232 millones de euros) corresponden a la iniciativa privada. Bio&Tech Smart Capital aportará unos 30 millones, aunque Antonio Couceiro explicó este martes que estaba esperanzado en que pudieran movilizar un importe todavía mayor.
«Podemos ser una referencia en biotecnología en Europa»
Cuando se le pregunta a los profesionales si Galicia puede realmente liderar el sector biotecnológico, la respuesta es que, al menos en esta ocasión, ha llegado a tiempo. “Estamos al principio de la revolución biotecnológica, que se espera que dure unos 20 años, y la podemos equiparar a la revolución industrial o tecnológica. Hay sitio de sobra y oportunidades de sobra. Casi no hay límite a lo que podemos conseguir en Galicia. Todo va a depender de que nos lo creamos y de lo que invirtamos. Creo que podemos ser uno de los líderes a nivel europeo, uno de los polos de referencia. Sería la primera vez que eso pasa en Galicia en términos globales, las anteriores revoluciones nos pillaron completamente dormidos”, concluye Santiago Domínguez.